En el tablero de ajedrez geopolítico actual marcado por la confrontación entre el mundo unipolar y el nacimiento del mundo multipolar existen 3 frentes cuya definición marcarán la ruta de lo que será el mundo en los próximos siglos. En estos 3 frentes donde el imperialismo norteamericano se juega la vida como potencia hegemónica mundial, es quizás uno de ellos el de mayor importancia, ya que, reúne todos los recursos estratégicos y las condiciones ideales para sostener una lucha frontal a largo plazo contra las potencias emergentes que lideran el destierro del hegemonismo norteamericano. En el frente Europeo tenemos a una Federación de Rusia en guerra contra la OTAN, luchando por mantener sus áreas de influencia y sus zonas de seguridad territorial, mientras que en la región asiática nos encontramos con una China que sorprende con su poderío militar mostrado recientemente en el desfile de celebración de los 80 años de la victoria sobre Japón en la 2da Guerra Mundial, además de su avasallante músculo económico que ya lo perfila a corto plazo como la primera economía mundial, es por ello, que en este frente la forma de lucha norteamericana contra el gigante asiático ha sido mediante la imposición de grandes aranceles a productos y servicios Chinos, así como también a su industria tecnológica. Ahora bien, el siguiente frente de lucha es quizás, como ya mencionamos, el de mayor importancia, ya que éste se encuentra en la zona natural de influencia de la potencia norteamericana y es sin dudas Venezuela.
1. El teatro de Operaciones.
El actual movimiento geopolítico diplomático estadounidense que incluye una gira del secretario de Estado, Marco Rubio por América Latina donde visitó países como México y Ecuador con una agenda marcada por temas de seguridad, narcotráfico y la cuestión Venezuela, así como también la realización de ejercicios militares conjuntos con Argentina sumado al despliegue de la maquinaria de guerra sobre el Caribe venezolano, demuestra que el Departamento de Estado y el Pentágono ya han iniciado toda la organización del aparato militar norteamericano, - encabezado por el Comando Sur -, y solo esperan por la autorización de la casa Blanca para iniciar una operación de ocupación militar sobre territorio venezolano. A pocas millas de las costas de Venezuela están posicionadas diversas naves de guerra conformadas por 5 Destructores de la Clase Arleigh Burke (USS Gravely, USS Jason Dunham, USS Sampson, USS Lake Erie, USS Stockdale) con capacidad para 330 tripulantes cada uno, que además incluye lanzadores de misiles Tomahawk, Standard, sistemas de lanzamiento vertical M41 para misiles Rim, Ashwrocky y antisubmarinos. A estos Destructores se le incorporan como unidades de acompañamiento 4 Buques de asalto anfibio de la clase Wasp (USS Iwo Jima, USS San Antonio, USS Fort Lauderdale, USS Newport News) con capacidad para movilizar a más de mil marines, misiles antiaéreos y misiles para bombardeo a objetivos en tierra. Cómo unidad de apoyo a estos Destructores y Buques anfibios se suma un submarino de propulsión nuclear, al cual se desconoce su posición actual en el Caribe.
La Fuerza Aérea por su parte (USAF) ha desplegado aviones AV-8B Harrier II, aviones F35, aviones de guerra electrónica y aviones de reabastecimiento aéreo, así como también, aviones para el despliegue de 2 divisiones aerotransportadas que suman entre las distintas fuerzas desplegadas un total de más de 4 mil efectivos movilizados que se suman a los 10 mil soldados estadounidenses desplegados en la región caribeña según reportes del New York Times[1]. Dichas tropas están especializadas en tácticas aéreas, navales y terrestres para combate, control y eliminación de objetivos. Resulta necesario mencionar que en diciembre de 1989, el gobierno del presidente George H. W. Bush envió un contingente similar de tropas (más de 20.000 soldados estadounidenses) para invadir Panamá[2].Toda esta configuración de elementos militares que involucran a la Marina, la fuerza aérea, fuerzas terrestres e incluso aeroespacial -con el uso de satélites militares-, y que además suman millones de dólares en costos para mover toda esta maquinaria de guerra señalan que solo es cuestión de tiempo para dar inicio a las hostilidades contra el país bolivariano.
Mientras tanto, del lado de Venezuela, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana se prepara en ejercicio militares de apresto operacional con el despliegue de equipos de fabricación rusa para defensa antiaérea, integrados por el sistema S300, Pechora, artillería antiaérea, aviones caza bombarderos Sukhoi 30MK2, aviones F16 Fighting Falcon, así como también, el despliegue de buques militares, lanchas de fabricación Iraní de acción rápida con misiles antibuques, submarinos Diesel y la movilización de material bélico terrestre y tropas apoyadas por más de 4.5 millones de milicias armadas que pudieran sumar otro tanto de millones para la defensa del país.
Aún cuando Venezuela dispone de medios militares para defenderse parcialmente en una guerra convencional, sin duda alguna, la asimetría del poderío militar entre ambas naciones inclinado claramente a favor de EEUU evidencia que la nueva doctrina militar venezolana (guerra de todo el pueblo) será la estrategia a seguir para hacer frente a la agresión estadounidense.
2.- El petróleo Venezolano en la ecuación indeterminada del mundo unipolar vs el mundo multipolar.
Recientemente, según artículo publicado por la revista digital energética norteamericana, Oil and Gas Journal[3], se ratifica a Venezuela como el país con las mayores reservas probadas y certificadas de petróleo del planeta, las cuales alcanzan los 303 mil millones de barriles, por encima de Arabia Saudí con 267,2 mil millones y de EEUU con solo 55 mil millones de barriles. En cuanto a gas natural, se posiciona en el 8vo lugar con las reservas más importantes del mundo, alcanzando 200 millones de pies cúbicos. Para que tengamos una idea del alcance de estas cifras, podemos decir que Venezuela tiene suficientes recursos petrolíferos y gasíferos para los próximos 200 años. Además de esto, Venezuela también posee grandes reservas de otros recursos importantes como Bauxita que son necesarias para la producción de Aluminio, mineral de Hierro, indispensable para la fabricación de Acero, Coltán, Níquel y Tierras raras, usados para la industria tecnológica, además de Oro, Titanio y Diamantes. Toda esta riqueza ubicada en el Estado Bolívar la posiciona como la región venezolana que alberga la concentración más rica de recursos estratégicos en la superficie de la tierra.
De allí deriva la gran importancia que tiene para los intereses hegemónicos de EEUU controlar los vastos recursos estratégicos que posee Venezuela. Más allá de la retórica infundada de la administración Trump de señalar a Venezuela como un Narco-Estado, realmente a lo que juega EEUU es a asegurarse el acceso a los recursos que requerirán para sostener en un futuro cercano una confrontación de mayores niveles contra China, quien es su rival natural de cara al reacomodo del nuevo orden mundial. La posición geográfica de Venezuela es fundamental, ya que, mientras el petróleo proveniente del Medio Oriente tarda meses en llegar a EEUU, los buques petroleros que salen de Venezuela atracan en las refinerías estadounidenses en pocos días. Además de esto, en un escenario bélico contra China, la presencia y control de Estados Unidos sobre las rutas petrolíferos del Medio Oriente requerirán un esfuerzo y despliegue militar enormemente costoso, que a su vez no garantizan el control seguro de estas rutas, puesto que China está más cerca de ellas. Es por ello, que la variable 'Petroleo' en la ecuación Mundo Unipolar vs Mundo Multipolar la respuesta es igual a 'Venezuela'. Quien logre resolver ésta ecuación, ya sea, China o EEUU definirá que mundo tendremos en los próximos siglos.
3.- La diplomacia venezolana como elemento disuasorio.
Aún, cuando EEUU está dispuesto a llevar a cabo la opción militar, una buena estrategia diplomática de parte de Venezuela pudiera contrarrestar o disuadir a la administración Trump a no materializar la intervención militar. La retórica del gobierno venezolano ha logrado sumar posiciones favorables a la causa antibelicista en la ONU, así como también, el de países como Brasil y Colombia, quienes hasta ahora no reconocen al gobierno de Nicolás Maduro como legítimo, pero que ante la amenaza de una escalada mayor en la región, han tomado una postura también de denuncia internacional contra el despliegue militar norteamericano en el Caribe. Venezuela debe activar todos los mecanismos regionales de integración posibles como la Celac, Unasur, Alba y sumar todos los esfuerzos diplomáticos que permitan alcanzar una salida pacífica y negociada a los tambores de guerra que hoy se cierne sobre Venezuela y la región. Si bien es cierto, que el enviado presidencial especial, Richard Grenell, ha cesado las negociaciones con el gobierno de Venezuela por orden de Trump, aún este manifiesta que se pueden alcanzar acuerdos diplomáticos para evitar una guerra que será de desgaste, y que además, no ofrece garantías reales de alcanzar los objetivos. EEUU en términos generales se juega su hegemonía mundial en el teatro de operaciones Venezuela.
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