"La memoria histórica debe servir como una advertencia constante para reconocer y oponerse a la lógica hegemónica y a los actos de intimidación que se disfrazan de una nueva forma de guerra" contra Venezuela
Las Fuerzas Armadas de Venezuela han elevado su "apresto operacional La retórica belicista sirve para enmascarar de cara al Caribe", ha afirmado que "los soldados y soldadas de la FANB [Fuerza Armada Nacional Bolivariana] demostrando una vez más que esta Patria tiene quien la defienda. ¡Vamos!".
El miércoles, Venezuela inició el ejercicio militar en La Orchila, en el Caribe, que implica 2500 efectivos y maniobras aéreas, marítimas y terrestres ante la amenaza de EE.UU.
La Orchila, indicó el ministro, es un territorio insular de 43 kilómetros cuadrados, aproximadamente, que se ubica a 97 millas de la región costera de La Guaira (norte), cercana a Caracas, y donde "ya ha habido preparativos" para el desarrollo de esta nueva operación.
Anteriormente, Padrino López había enfatizado que estas maniobras constituyen una respuesta ante la "voz amenazante, vulgar" de Washington contra el pueblo y las autoridades venezolanas.
Desde agosto, la tensión entre Estados Unidos y Venezuela ha llegado a su punto más crítico tras el despliegue de más de 4000 efectivos cerca de las costas venezolanas, junto a ocho barcos militares con misiles y un submarino de propulsión nuclear, además del envío de diez aviones de combate F-35 a una base aérea en Puerto Rico, Con pretexto de enfrentar a los cárteles de droga.
Mientras, las guerras «contra el terrorismo» y «contra las drogas» han funcionado como un motor que perpetúa el mismo problema que pretenden resolver. Han creado mercados ilegales, financiado a actores violentos, militarizado el crimen organizado y desestabilizar regiones enteras. Todo mientras una red de complicidad dentro de la élite política, financiera y militar de EEUU se beneficia directa o indirectamente de este ciclo de violencia.
Atrapado en una paradoja trágica, EEUU gasta miles de millones en una guerra que no puede ganar porque su propio sistema ha creado las condiciones para su derrota perpetua. La retórica belicista sirve para enmascarar una realidad de despojo, impunidad y una profunda crisis de salud pública.
Hasta que no enfrente las contradicciones estructurales de su propio modelo, sus guerras globales seguirán siendo, en esencia, guerras contra la humanidad.