El Grupo de Contadora fue una iniciativa diplomática crucial durante la década de 1980, que surgió como respuesta a la aguda crisis centroamericana, caracterizada por conflictos armados internos e injerencia extranjera. el contexto incluía la Guerra Civil en El Salvador (entre el gobierno y guerrillas de izquierda), la Revolución Sandinista en Nicaragua (y la posterior confrontación con los "contras", respaldados por Estados Unidos), y el prolongado conflicto interno en Guatemala; su objetivo central fue promover la paz y la estabilidad mediante negociaciones regionales, evitando así una escalada que pudiera desencadenar una guerra continental en el marco de la Guerra Fría.
El grupo se conformó oficialmente el 9 de enero de 1983, cuando los cancilleres de Colombia, México, Panamá y Venezuela se reunieron en la isla de Contadora, un pequeño paraíso turístico en el archipiélago de las Perlas, frente a las costas panameñas. Este lugar, elegido por su neutralidad, le otorgó su nombre simbólico al grupo, la iniciativa fue influenciada por un llamado internacional; una carta abierta del primer ministro sueco Olof Palme y de destacadas figuras galardonadas con el Premio Nobel como fueron el escritor Gabriel García Márquez, el diplomático mexicano Alfonso García Robles y la socióloga sueca Alva Myrdal, que instaron a estas cuatro naciones a mediar en los conflictos centroamericanos, su propósito era contrarrestar la creciente intervención de potencias extranjeras, principalmente Estados Unidos, y favorecer una solución latinoamericana.
El Grupo de Contadora representó un esfuerzo pionero de diplomacia regional para resolver problemas sin la dominación de potencias externas.
El proceso incluyó múltiples reuniones y cumbres internacionales, teniendo la isla de Contadora como epicentro simbólico, a continuación les presentamos un resumen cronológico para entender el proceso:
Enero de 1983: Se celebra la primera reunión en la isla de Contadora. Los cuatro cancilleres emiten una declaración conjunta en la que se comprometen a trabajar por la paz en Centroamérica.
Julio de 1983: El Grupo presenta el Documento de Objetivos de Contadora, una base para la negociación que incluía compromisos de desescalamiento militar, reducción de la presencia de asesores extranjeros, democratización y elecciones libres.
1984: Tras intensas negociaciones se redacta el Acta de Contadora para la Paz y la Cooperación en Centroamérica, un proyecto de tratado que desarrollaba los puntos anteriores, aunque fue respaldado por la comunidad internacional, su firma fue bloqueada por desacuerdos entre los países centroamericanos, y la oposición encubierta de Estados Unidos.
1985-1986. El proceso entra en un estancamiento debido a la complejidad de los conflictos y las presiones internacionales. Para revitalizarlo, se forma el Grupo de Apoyo a Contadora (o "Grupo de Lima"), integrado por Argentina, Brasil, Perú y Uruguay.
Estas reuniones involucraron no solo a los cancilleres del Grupo de Contadora, sino también a representantes de los cinco países centroamericanos (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua), así como a observadores internacionales.
Aunque el Grupo de Contadora no logró la firma inmediata de un tratado de paz integral, su impacto fue profundo y estratégico; sentó las bases para procesos diplomáticos posteriores, especialmente para los Acuerdos de Esquipulas (1987), liderados por el presidente costarricense Óscar Arias, que finalmente encaminaron la pacificación de la región.
Se demostró así la capacidad y el derecho de América Latina, para generar sus propias soluciones políticas a conflictos regionales, un principio fundamental de política exterior para sus miembros. La iniciativa constituyó un desafío directo a la política exterior estadounidense para la región, mostrando un frente unido que prefería el diálogo a la confrontación, hoy el legado de Contadora resalta la importancia de la diplomacia regional y multilateral como herramienta fundamental para la resolución de conflictos. Sirvió como inspiración directa para mecanismos de diálogo posteriores, incluidos los esfuerzos de paz que se han intentado en Colombia.
Por Dios..., no pretendemos hacer un símil de lo ocurrido con la gestión del Grupo Contadora en los años 80' con respecto a los conflictos de Centroamérica, y el conflicto de hoy entre Venezuela y EEUU, en contextos, tiempos socio- históricos y actores muy distintos, pero si creemos que la conformación de un grupo que integrarán Brasil, México, Chile y Colombia, podrían ayudar a la solución del conflicto señalado, y también al conflicto que a lo interno experimenta Venezuela (sociedad no cohesionada), debido al incumplimiento de la Constitución nacional por parte de su propio gobierno.