Cuento o Razón

“Más pendejo tú que lees esos embustes”

Jueves, 28/07/2022 12:43 PM

“La Tacarigua de Margarita, Pipo, ha sido un pueblo que aparte de las bellezas del paisaje, ha dado personas que han trascendido sus fronteras por sus obras y sus hechos, por eso alguien dijo que era la Atenas de Margarita, sin subestimar a otros pueblos margariteños que también han parido personajes para gloria y prez de la Patria”, le dijo el periodista Juancho Marcano a su perro Pipo, cuando éste le preguntó que dónde andaba este 27 de julio de 2022.

 “Para continuar, Pipo, y ya dicha esta introducción, te digo que uno de estos hombres nacidos en este poblado un 27 de julio de 1926, es José Joaquín Salazar Franco, a quien todos conocimos como Cheguaco y a quien la Asociación de Cronistas del Estado, la biblioteca José Joaquín Salazar Franco y la casa de la cultura de Tacarigua, le rindieron un homenaje en la sede de la última institución nombrada, por ser el día de su natalicio y ahí varios cronistas como Heraclio Narváez, Iván Gómez, Manuel Ávila, Euro Omar Gil y Alexis Marín Cheng, tomaron la palabras y cada quien a su manera y sus conocimientos, se pasearon por la obra y por los recuerdos que tienen de Cheguaco, como cronista, investigador folklórico, escritor costumbrista, poeta e historiador, y por lo cual este hijo de Tacarigua dejó un legado para las nuevas generaciones para que perduren en el tiempo aquellas creencias, leyendas y mitos, las cuales las recogió de la tradición oral y las recreó con mucha imaginación y las publicó en sus maravillosos libros que han estado abiertos para todo aquel que quiere saber sobre historia popular e identidad del pueblo neoespartano”.

¿Juancho y manejaba también el humor? Preguntó el perro.

 - Claro, Pipo, y eso se lo contaba al amigo Evaristo, quien no pudo ir al acto. Sucede que un día un señor le dijo a Cheguaco: “Señor Cheguaco usted me va a perdonar, pero últimamente en sus artículos está metiendo muchos embustes. A lo que el citado escritor, le respondió rápidamente: “Más pendejo tú que lees ese montón de embustes, yo siendo tú no los leyera”. Y así como esa respuesta, siempre tuvo otras muy ocurrentes para otras ocasiones.

  El perro Pipo, viendo que la esposa del periodista lo estaba llamando, optó por no preguntar más y Juancho Marcano, caminó hacia donde estaba su compañera de vida.

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