Hienas contra Cristina González

Domingo, 27/09/2009 12:51 PM

Escandalizado, y aterrado, escribo estas líneas después de leer algunos comentarios donde se injuria a Cristina González que hasta hace pocas semanas fue la presidenta del Circuito YVKE Mundial, así como a otros compatriotas de la misma emisora.

Todos tenemos derecho a opinar sobre los temas que atañen a nuestro proceso bolivariano, pero la moral bolivariana nos diferencia de la otra moral, la del terrorismo de la infamia propia de la conducta de la derecha. Nuestro proceso implica un comportamiento reglado por una nueva moral y una nueva ética que no puede aceptar la infamia que configura una actitud contrarrevolucionaria. Y en esta avalancha de ofensas, también se han tomado la libertad de descalificar a otros militantes de muchos años de lucha, como Arístides Medina Rubio, Roberto Hernández Montoya… hasta ahora. Falta que otros resentidos, por razones personales o no, preparen una lista de “condenados”, es decir, un índex.

Cristina González no es una revolucionaria que comienza su lucha en la época de Chávez, ella es hija de un luchador acosado por la cuarta república con prisiones y persecuciones, es hija de los sinsabores y del terror de la derecha. Ella misma desde su juventud ha sido una luchadora política y social infatigable contra el pensamiento y el sistema capitalista. Es decir, ella es, como muchos otros venezolanos, constructora de una época que engendró a este tremendo líder para Venezuela y Nuestra América que es Chávez. Durante los últimos años le tocó dirigir el circuito Mundial, y a pesar de las muchas carencias financieras -pues no recibía presupuesto del estado-pero con el apoyo de un equipo de trabajadores de enorme compromiso con el proceso revolucionario , con grandes conocimientos profesionales, sacrificando sus necesidades económicas personales y con una mística digna de esta época , logró convertir a la emisora en una escuela política e ideológica al servicio de la revolución, y además colocando a la radio en un sitial de altísima audiencia.

Ella ya no dirige la radio, y es una decisión disciplinadamente aceptada, pero no significa que se acepte que se la injurie. Ni tampoco es una solidaridad automática, porque su historia la defiende. Se trata de reafirmar los principios revolucionarios de respeto a la integridad y al honor de quien lo merece.

Para finalizar estas líneas digo que tengo la esperanza, para no mantenerme aterrado, de que los frívolos insultantes, sean los consabidos escuálidos e infiltrados con el conocido objetivo de atacar nuestra unidad y nuestra dignidad.

isidorohugo@hotmail.com

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