La población puertorriqueña ha manifestado inconformidad tras el aumento de la actividad militar estadounidense en la isla caribeña, particularmente en la isla de Vieques y en el sureño pueblo de Salinas.
Medios locales informaron que el jueves se realizaron ejercicios militares en el Campamento Santiago, en Salinas, donde existen áreas restringidas para la Guardia Nacional de Puerto Rico.
La población ha manifestado su rechazo a estas prácticas. El alcalde José Corcino Acevedo, del Partido Nuevo Progresista (PNP), declaró: "Si dimos la lucha para sacar a la Marina de Vieques, esta vez no será distinto; que sepan que van a contar con una resistencia del pueblo viequense y de este servidor".
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La Administración Federal de Aviación (FAA) autorizó a las fuerzas militares estadounidenses a utilizar armamento en el antiguo polígono de Vieques, permiso que se mantendrá vigente hasta el 19 de diciembre próximo.
Las operaciones incluyeron el uso de aviones F-35 y helicópteros en zonas de práctica con munición real. Estas maniobras podrían estar vinculadas a eventuales operativos internacionales contra Gobiernos soberanos que no se pliegan a los intereses de la Casa Blanca, como Venezuela y Colombia, en el marco de un despliegue militar promovido por la Administración de Donald Trump que amenaza seriamente la paz en América Latina y el Caribe y la soberanía de sus países.
El rechazo a la presencia militar en Puerto Rico tiene antecedentes. En 1999, la población se movilizó tras el asesinato del vigilante civil David Sanes, ocurrido durante un bombardeo de práctica en la base naval de Vieques.
Las protestas posteriores incluyeron la ocupación de áreas de entrenamiento militar, lo que llevó al entonces presidente George W. Bush a declarar en la cumbre de la Unión Europea en Gotemburgo, Suecia , que los puertorriqueños "son nuestros vecinos y amigos, pero no nos quieren".
Como consecuencia de la protesta social, el Gobierno estadounidense fijó el año 2003 como fecha para poner fin a las prácticas militares en Vieques, reconociendo el impacto negativo en la población local. Sin embargo, las prácticas militares actuales reiteran los incumplimientos de Washington con los puertorriqueños, en tanto en Vieques y sus alrededores aún persisten municiones que las FF.AA. estadounidenses nunca retiraron.