Miles de migrantes radicados en Estados Unidos (EEUU) con estatus regular, o hijos de estos nacidos en ese país, son víctimas de mercenarios que se prestan para acosarlos, mientras que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reiteró el apoyo de su gobierno ante las olas de detención con fines de deportación.
La mandataria explicó en rueda de prensa que todos los consulados están instruidos para facilitar trámites y apoyar a sus paisanos víctimas de la inamistosa política de la Casa Blanca y recordó el plan de apoyo vigente desde diciembre de 2024, ahora más recurrente con el aumento de las presiones contra los migrantes por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU (ICE, por sus siglas en inglés).
Los mexicanos nacidos en el vecino país, denominados “chicanos”, también son víctimas de las razias. Estos sectores han creado autodefensas contra ICE y patrullan las calles con celulares, con el fin de alertar y denunciar a los cazarrecompensas que hacen arrestos por su propia mano.
Según información publicada en La Jornada, alrededor de 22 millones de personas en EEUU viven en hogares de estatus migratorio mixto; es decir, donde algunos miembros son ciudadanos o residentes legales y otros no tienen estatus migratorio autorizado, lo cual representa el 4.8% de los 130 millones de hogares en ese país.
En esos hogares hay 1.3 millones de adultos –comparten casa con familiares o roomies– y 4.4 millones de menores de edad son hijos de indocumentados, de acuerdo con análisis del Pew Research Center (o Centro Pew), especializado en el tema.
El accionar de los mercenarios o “cazafortunas” para capturar indocumentados no es reconocido oficialmente. No obstante, abundan los testimonios de quienes dicen haber sido víctimas, especialmente en California.
Los reportes de prensa especifican que el accionar de estas personas se registra desde las calles de Huntington Park, la ciudad de clase trabajadora latina al sur de Los Ángeles, hasta los callejones del barrio Boyle Heights.
Los “cazafortunas” aplican el mismo modus operandi: personas con el rostro cubierto que aparecen en camionetas “fantasmas” sin identificación, vestidos de civil, portando radios y herramientas tácticas para atacar a los migrantes.
Luego de secuestrar a los —sin importar si tienen papeles o no— los llevan a los centros de detención migratoria, en donde son interrogados sobre su estatus.
Las organizaciones sociales concluyen que estos interceptores son empleados del gobierno, ya que actúan con amparo de los agentes migratorios.
Pese a esta hipótesis, los “cazafortunas” trabajan en las sombras con total libertad y se esconden tras estructuras privadas que los protegen de cualquier fiscalización.
Cabe destacar que el miércoles, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión exigió la liberación inmediata de los mexicanos detenidos en el centro de detención migratorio Everglades, conocido como ‘Alligator Alcatraz’ (Alcatraz de los Caimanes), en Florida, Estados Unidos, así como el cierre definitivo de la que consideró es una «cárcel infamante», al ser una amenaza a la dignidad y los derechos humanos.
Legisladores de distintas bancadas coincidieron en que la prisión debe ser cerrada por representar un retroceso a prácticas proscritas desde la Segunda Guerra Mundial.