Somalilandia petróleo y geopolítica

Martes, 30/12/2025 12:43 AM

Somalia posee reservas de petróleo, aunque su desarrollo ha sido limitado debido a la inestabilidad política en el país. En las últimas décadas, se han hecho esfuerzos para explorar y desarrollar estos recursos, y ha habido interés por parte de empresas internacionales.

Reservas Potenciales: Se han identificado áreas en el norte y el sur de Somalia con potencial para la producción de petróleo. Algunas estimaciones indican que estas reservas podrían ser significativas.

Inestabilidad Política: La guerra civil y la falta de un gobierno central fuerte han dificultado las operaciones y la inversión extranjera.

Problemas de Infraestructura: La mala infraestructura y la falta de seguridad también presentan desafíos para el desarrollo de la industria petrolera. En resumen hay petróleo en Somalia

¿Dónde se encuentra?

Somalilandia es oficialmente la parte de la República Federal de Somalia, se encuentra en la costa sur del golfo de Adén y limita con Yibuti al noroeste y Etiopía al sur y al oeste. De acuerdo con los datos de 2024, en este territorio viven aproximadamente 6,2 millones de habitantes.

Su ubicación en el golfo de Adén confiere a este territorio una importancia estratégica y abre la posibilidad de construir allí grandes puertos o bases militares. Por ejemplo, la compañía logística DP World alquiló a Somalilandia su mayor puerto de Berbera para desarrollarlo y prestar servicios a la vecina Etiopía, sin litoral.

Historia

Históricamente, el nombre Somalilandia hacía referencia a la región que abarca las actuales Somalia y Yibuti. Entre los siglos VII y XII, las ciudades de Seylac y Berbera, en el golfo de Adén, así como Marka, Baraawe y Mogadiscio, en el océano Índico, fueron importantes centros comerciales de la región. Desde estas ciudades se exportaban resina, plumas de avestruz y esclavos. La población de este territorio comenzó a convertirse gradualmente al islam a partir del siglo VII y, con el tiempo, la religión se afianzó.

A finales del siglo XIX, las potencias europeas comenzaron a dividir la región: Francia se afianzó en lo que sería Yibuti, Gran Bretaña estableció un protectorado en la costa norte e Italia controló el resto, uniendo posteriormente sus territorios con Etiopía para formar el África Oriental Italiana. En 1960, la Somalilandia británica e italiana se unieron para formar la República independiente de Somalia, y la Somalilandia francesa se convirtió en la República independiente de Yibuti en 1977.

El concepto moderno de Somalilandia se asocia con la autoproclamada República de Somalilandia, situada en el norte de Somalia. Tras la guerra civil de la década de 1980 y el derrocamiento del gobierno central de Somalia en 1991, un movimiento de oposición, el Movimiento Nacional Somalí, tomó el control del territorio de la antigua Somalilandia británica y, en mayo de 1991, proclamó inválida la unión de 1960, declarando así la independencia.

Economía

De acuerdo con el Banco Mundial, Somalilandia tiene uno de los PIB per cápita más bajos en el mundo y afronta enormes problemas socioeconómicos: el desempleo juvenil es de más del 70 %. Además, en este territorio la tasa de analfabetismo es alta. Así, solo alrededor de la mitad de los niños de 6 a 13 años asisten a la escuela primaria.

Al no estar reconocido internacionalmente, a los inversores y donantes les resulta difícil prestar ayuda a Somalilandia. Por ello, el gobierno depende principalmente de los ingresos fiscales y de las remesas enviadas por la numerosa diáspora somalí en el extranjero, que aporta una parte importante a la economía. La ganadería es la base económica del territorio, con ovejas, camellos y ganado vacuno que se exporta desde el puerto de Berbera hacia los países árabes del golfo Pérsico. Además, varias empresas extranjeras realizan exploraciones en diversos yacimientos de petróleo.

¿Por qué Israel reconoció a Somalilandia?

La decisión de Israel de reconocer a Somalilandia como un Estado independiente y soberano fue anunciada por el primer ministro, Benjamín Netanyahu.

Según Netanyahu, la acción fue tomada de acuerdo con "el espíritu de los Acuerdos de Abraham, firmados por iniciativa del presidente Trump", que formalizaron en 2020 las relaciones diplomáticas entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos y Baréin, a las que se sumaron posteriormente otros países.

La decisión del país hebreo se produjo en medio de sus esfuerzos por mejorar las relaciones con los países de África y Oriente Medio, especialmente ante la percepción negativa de las acciones de Tel Aviv durante la guerra en la Franja de Gaza.

Muchos expertos señalan que el reconocimiento de Somalilandia es un intento de conseguir nuevos aliados en la región del mar Rojo. "Israel necesita aliados en la región del mar Rojo por muchas razones estratégicas, incluida la posibilidad de una futura campaña contra los hutíes", afirmaron analistas del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel en un artículo. En este contexto, destaca la ubicación estratégica de Somalilandia en el golfo de Adén.

Esta decisión, anunciada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, abre nuevas oportunidades de cooperación en áreas como agricultura, salud y tecnología.

Somalilandia, ¿una futura colonia de Israel?

La primera pieza del tablero es militar. Bases permanentes, tropas, misiles. Un enclave desde el que apuntar a Yemen y controlar el Golfo de Adén, paso obligado hacia el Mar Rojo. Convertir un corredor marítimo vital en un espacio vigilado. Controlar, condicionar, disciplinar. No se trata de "seguridad", sino de hegemonía.

La segunda pieza es la competencia geopolítica. En Djibuti está la única base militar china en África. La respuesta no es apostar por la cooperación civil, sino ampliar el despliegue armado. Somalilandia se convierte así en una ficha sacrificable en una disputa global que no le pertenece.

La tercera pieza, la más oscura, es la externalización del problema palestino. La idea: deportaciones hacia el Cuerno de África mientras Gaza se "libera" para otros proyectos. Un traslado forzoso de población hacia un territorio empobrecido y sin voz internacional. Convertir una tragedia humana en un asunto logístico.

Nada de esto es nuevo. Somalia ya fue dividida por potencias coloniales europeas a finales del XIX. Aquella cartografía impuesta vuelve hoy reeditada. Despachos lejanos redibujan las fronteras; las vidas locales vuelven a ser prescindibles. Las élites globales deciden, los pueblos africanos pagan.

Reconocer a Somalilandia no equivale a apoyar la autodeterminación. Es abrir una plataforma militar y económica sobre tierra ajena. Es reactivar la lógica colonial: comprar lealtades, fragmentar estados débiles, utilizar territorios enteros como lanzaderas de guerra.

Mientras tanto, la población local permanece al margen. Somalilandia convertida en moneda de cambio. Somalia, más debilitada. El Cuerno de África, reducido otra vez a "zona estratégica" en lugar de hogar de millones de personas.

La estrategia es transparente: militarizar, controlar rutas marítimas, expandir influencia y, de paso, exportar el "problema palestino". Todo ello envuelto en lenguaje diplomático. Todo ello ignorando la soberanía africana y los derechos humanos.

No menos importante:

La Respuesta al reconocimiento de Israel de Somalilandia por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores de Catar.

La nota diplomática, fechada el 27 de diciembre, califica este paso de "precedente peligroso" y una "acción unilateral que contraviene los principios del derecho internacional", argumentando que socava la soberanía, unidad e integridad territorial de la República Federal de Somalia.

Catar reiteró su pleno apoyo a las instituciones legítimas del Estado somalí y rechazó cualquier intento de establecer "entidades paralelas".

En una parte significativa de la declaración, el comunicado señala que sería "más apropiado" que las autoridades israelíes reconocieran al Estado Palestino, cuyo derecho a existir es avalado por la comunidad internacional, y que trabajen por un fin sostenible de la guerra en Gaza, en lugar de "socavar la legitimidad internacional" con políticas que aumentan las tensiones regionales.

¿Otra futura guerra?

El líder yemení ha advertido que cualquier presencia del régimen sionista en Somalia será un objetivo legítimo para las fuerzas armadas de Yemen.

"Consideramos cualquier presencia israelí en Somalilandia un objetivo militar legítimo para nuestras fuerzas armadas, ya que constituye una agresión contra Somalia y Yemen, y una amenaza para la seguridad de la región", ha declarado este domingo el líder del movimiento popular yemení Ansarolá, Seyed Abdul Malik Badreddin al-Houthi

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