En el mundo de hoy la crisis y los conflictos afectan en los cinco continentes, y desde Haití a Sudán, Etiopía, Myanmar, Gaza, Ucrania, Taiwán y Yemen, las potencias de EE.UU., Rusia, China e Israel, mantienen directa o indirectamente las guerras, exterminios y destrucciones, generando masivos desplazamientos, crisis humanitaria, interrupciones económicas y riesgos geopolíticos a nivel global, con una escalada que pone en alerta a todas las fuerzas vivas, con análisis sobre tales conflictos, que afectan a regiones y actores, con olas de violencia en Haití, donde las bandas armadas en Puerto Príncipe y otras zonas tienen conmocionada a la población y son miles los desplazados, mientras el aumento del crimen organizado se desborda. EE.UU. y otros actores muestran interés en que se estabilice la situación, por la seguridad y la migración que afecta a la región.
En Myanmar (Asia sudoriental) hay una guerra civil que lleva años sin atenuarse, la resistencia armada contra la junta de gobierno y los ataques a civiles con el uso creciente de drones, son observados por China y demás vecinos, que, ante la inestabilidad, mantienen relaciones pragmáticas con la junta. En Taiwán, Asia oriental y Pacífico, las tensiones militares y diplomáticas aumentan, China maniobra y advierte desde Beijing ante las reacciones de Japón y EE.UU. elevando el riesgo de que se llegue a una confrontación regional.
En Gaza, Yemen, Siria (Oriente Medio), las guerras Israel–Hamas ya suma un alto número de víctimas y la destrucción de Gaza por parte del sionismo, que se sostiene gracias al apoyo político y militar directo de sus aliados, principalmente de EE.UU., lo que complica las mediaciones y provoca una masiva crisis humanitaria. El Mar Rojo y Yemen donde los hutíes son actores en la región, Irán y las coaliciones árabes afectan las rutas marítimas, poniendo en riesgo la seguridad energética. Otro tanto ocurre en Sudán y Etiopía (África), donde los combates entre el ejército y las fuerzas paramilitares RSF desplazan a miles y hay bloqueo humanitario. Los mediadores internacionales intentan un cese al fuego. Etiopía y Tigray mantienen una frágil tregua que amenaza romperse con riesgo de escalada con implicaciones regionales y humanitarias. Ucrania (Europa) y Rusia se mantienen en guerra, las ofensivas acumulan pérdidas de vidas y del territorio, con un impacto militar y económico enorme. EE. UU., la Unión Europea (OTAN, Occidente), brindan apoyo a Ucrania en armas, mientras aplican sanciones contra Rusia.
Estas son las consecuencias a nivel global, con desplazamientos masivos, hambrunas y el colapso de los servicios básicos en zonas como Gaza, Tigray, Sudán y partes de Yemen. Las consecuencias económicas afectan el suministro por las interrupciones en cadenas de energía, transporte de alimentos vía marítima, con alta inflación y el aumento de los precios del combustible a escala mundial. Se nota la reconfiguración de alianzas con las sanciones y militarización de la región, con alto riesgo de una confrontación entre EE.UU., Rusia y China, que exportan inestabilidad fuera de sus frentes locales, poniendo en riesgo la seguridad internacional, por efecto de expansión del crimen organizado en rutas de narcotráfico como en el caso de Haití; los ataques a la navegación en el Mar Rojo y la proliferación de armas y tecnología militar con drones, que complican la seguridad global.
El resto de la comunidad internacional en atención a priorizar la ayuda humanitaria con corredores seguros para los civiles, coordinan con apoyo de la ONU y las ONG, sin embargo, no es suficiente, pues no hay sanciones efectivas contra los transgresores directos de los conflictos en el mundo. Se mantiene el diálogo diplomático multilateral para evitar escaladas entre potencias y lograr el apoyo en las negociaciones a niveles locales. Otras medidas que se abordan son las económicas y de seguridad, para tratar de mitigar los impactos en el comercio y suministro de energía y su diversificación en suministros básicos. Una lamentable situación que no presagia nada bueno a mediano plazo, así como van presentándose los acontecimientos. Es a decir lo menos, una locura extremada lo que está ocurriendo en el globo terráqueo, y Venezuela pareciera haber salido del torbellino y los tambores de guerra se han atenuado, sin que esto implique que no seguirán las sanciones por parte de los EE.UU. que opera como un imperio en decadencia, y requiere con urgencia retomar el control de la región, donde tiene que compartir intereses por los recursos, con China, Rusia, Irán y demás aliados en el mundo. Qué sigue mañana.