La idea de que la guerra "resolvió problemas internos" en Rusia es una premisa indiscutible. Gracias a ella grandes sectores de la población han logrado unificarse en torno a una causa nacional, develó los grupos más influenciados desde el exterior, se aclaró el papel que juegan medios y redes para debilitarla, se unifico al ejercito con la derrota de la pandilla armada que inclusive marchó, hace poco hace dos años, sobre Moscú y reactivó hasta ahora parcialmente toda la estructura de innovación y producción que dejo la antigua Unión Soviética. Ahora puede aplicar políticas impensables de realizar antes como revertir la venta indecente de propiedades del Estado, expropiándolas a los nuevos millonarios.
En fin aunque parezca un contrasentido, ya que también ha tenido pérdidas, a Rusia no le ha ido mal con la guerra. Ahora hay que ver cómo le iría con la paz. La Guerra y la Paz, siempre compañeras de Rusia. Ya se vio como le fue mal bajo la influencia de Estados Unidos, ahora hay que pensar si un convenio cuya arquitectura ellos elaboran le traerá beneficios a Rusia y sus amigos. Rusia se teme que pueda perder en la mesa de negociación lo que ganó en el frente de guerra.
Sin embargo el gran problema que hasta ahora presenta el convenio para el fin de la guerra en Ucrania que elabora los Estados Unidos, es que nadie quiere perder. Todos los adversarios europeos de Rusia se consideran ganadores y no quieren que se refleje su derrota, ni siquiera en una paz que sea un empate. Lo curioso de la situación es que Estados Unidos siendo el gran impulsor de la confrontación con Rusia, que llevo a una guerra que veían conveniente pero con posibilidades de ganar, que cuando hoy en día la saben perdida y ganada por Rusia, se retira y ahora tiene que convencer a sus aliados, que la solución es firmar, reconfigurar los escenarios y volver a continuar. Pero ellos no aceptan.
Los europeos derechistas y fascistas no aceptan por la sencilla razón que ven afectada su base política y electoral, que han llevado al continente a una guerra que pierden y que no tienen más ideas que mostrar ni cartas que barajar.
En este contexto, un futuro convenio de paz o acuerdo podría potencialmente exacerbar algunas de estas tensiones internas, dependiendo de su naturaleza, como puede ser los siguientes: Si el convenio es percibido como una victoria para Rusia, no será aceptado de plano por Europa aunque la realidad les de otra información. Un acuerdo que satisfaga las demandas territoriales y de seguridad de Rusia fortalece a Putin que ya es fuerte y silenciaria a la derecha que juega con una postura contra él aún más agresiva.
Si el convenio es percibido como una derrota con concesiones significativas de parte de Rusia, que implique la renuncia a territorios ya liberados o no cumpla con los objetivos declarados de Moscú será visto por sectores dentro de Rusia como una entrega. Esto podría activar crisis interna, por parte de facciones que considerarían el acuerdo como inaceptable. Cualquier convenio futuro tendría que navegar estas complejas dinámicas, y su impacto en la estabilidad interna dependerá en gran medida de cómo sea presentado y percibido por la opinión pública rusa.
Para Estados Unidos ya firmar el convenio y detener la guerra es una victoria, pues además de presentarse como el gran administrador mundial, tiene el beneficio para ellos, en primer lugar de contener sus efectos negativos que no puede evitarlos. Pues le impacta la disminución de la actividad económica europea, por otra parte no puede dedicarse con esa guerra inmensa a su nueva agenda que viene dada por la colosal dimensión del capital acumulado que supera cualquier magnitud en otros países.
Hay que administrar el capital. Un dato, las 7 empresas más valoradas en la bolsa de NY tienen más valor que todas las europeas, y son ellas y otras gigantes más quienes están diseñando con Trump, el futuro del país. Y los ingleses tienen unas 7 empresas de más 100.000 millones de dólares y los Estados Unidos más de 40. El tamaño importa.
Así que la nueva agenda de EE. UU, impulsada por la vastedad del capital de sus empresas se ha modificado dejando de lado la defensa de los estados nacionales y se centra en mantener una hegemonía global indiscutible, no solo en sectores como la inteligencia artificial o las cadenas de suministro, sino sobre todos los sectores y países, por pequeños que sean o heridos que estén como Haití. La inestabilidad causada por una guerra prolongada en Europa es perjudicial para su dominio, el mercado global y las rutas comerciales que sustentan esta agenda. Un acuerdo de paz, incluso uno defectuoso y restauraría la previsibilidad necesaria para los intereses corporativos y nacionales de EE.UU proyectando su dominación.
De allí la urgencia que ponen en llegar a un acuerdo que ponga fin a la guerra. Después se tomaran unos 2 años para reponerse y vuelta al ataque contra Rusia, si es que en algún momento la dejan tranquila.