Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
Rusia tendrá que terminar la guerra militarmente en sus propios términos por una paz duradera.
El Presidente de EE.UU está considerando la idea de suministrar misiles crucero Tomahawck al régimen de Kiev no se ve bien. No desde el punto de vista de plantear una amenaza contra Rusia. No es así. Sino más bien, demuestra que Trump no está en serio abocado a terminar la guerra por encargo de la OTAN contra Rusia.
De este modo, Rusia tendrá que ganar la guerra en el campo de batalla y adelantar sus condiciones de paz como el concreto vencedor. Cualquier posibilidad para un arreglo negociado del conflicto con el gobierno de Trump ahora parece muy remota.
Cuando Trump le dio la bienvenida al presidente ruso Vladimir Putin en Alaska, el 15 de Agosto pasado, nuestra editorial semanal tituló: "La cumbre Trump-Putin, atajo hacia la paz, pero EE.UU. necesita terminar la guerra."
La reunión de Anchorage fue en realidad un avance para una diplomacia posible en vez de la habitual y cerrada hostilidad occidental hacia Rusia y Trump aparentemente entendió la posición rusa sobre las profundas causas del origen del conflicto.
No obstante, los meses han pasado y Trump no ha demostrado ninguna acción para "terminar la guerra". Él pudo haberlo hecho poniendo fin a todo el apoyo militar norteamericano al régimen de Kiev. Al contrario, semanas después de la reunión de Alaska, Trump ha anunciado el suministro de Misiles de Ataque de Alcance Remoto (ERAM sigla en inglés) a Ucrania. Los misiles ERAM con un alcance de 500 kilómetros superaron lo que el gobierno de Biden había ofrecido. Trump aprobó la medida porque los miembros de la europea OTAN pagarían las municiones, cínico cálculo que no parece provenir de un pacificador de principios.
De tal modo, Trump no está acabando con la guerra. Él solo está maniobrando para conseguir que los europeos paguen por ella, eso sería todo. El problema de Trump es que él esperaba un rápido acuerdo de paz relámpago para terminar con una guerra de casi cuatro años en Ucrania --y luego alzarse con el Premio Nobel de la Paz por ser tan brillante negociador. Final propio de Hollywood.
En realidad, Trump y su gobierno evidentemente carecen de compresión o voluntad para encarar las raíces de las causas de la guerra por encargo. Su retórica reconoce que se trata de una guerra por encargo pero Trump y sus asistentes están fuera cuando se trata de llevar a cabo negociaciones en serio acerca de la histórica agresión de la OTAN y la traición de la OTAN a sus promesas al final de la Guerra Fría. Las preocupaciones de Rusia por su seguridad estratégica y los derechos del pueblo ruso enfrentado a un régimen neonazi armado por la OTAN en sus fronteras. El superficial enfoque de Trump es traicionado por su errática actitud y crecientes poco amables comentarios acerca de Putin y Rusia.
La última maniobra de Trump supuestamente contemplar el envío de misiles crucero Tomahawck a Ucrania y su publicitada autorización para compartir inteligencia norteamericana con el régimen de Kiev para asestar ataques profundos dentro de Rusia no aporta nada. Suena más bien como un bluff de una persona cuyo ego super hipertrofiado ha sido lastimado porque Rusia no combina con sus teatrales esfuerzos de paz.
Para comenzar, Estados Unidos y sus socios de la OTAN ya están compartiendo inteligencia con el régimen de Kiev para atacar a Rusia con misiles y aparatos aéreos no tripulados. Ellos tienen muchísima sangre en sus manos como para hacerlo. Por lo tanto la aprobación de Trump para "compartir inteligencia" no es nada nuevo sino que se trata de una suerte de aplacamiento con Rusia. En cuanto al mismo Tomahawk como el mismo Putin lo reconoció en una gran discusión pública durante el foro de Valdai en Sochi esta semana, los Tomahawks son un arma poderosa que pueden causar graves daños. Este misil crucero tiene un alcance de 1.500 a 2000 kilómetros portando un cabezal de guerra de 450 kilos de explosivos, impacto que puede penetrar refugios profundos . Pero este armamento subsónico que data de los años 70 sería efectivamente neutralizado por las modernas armas antiaéreas rusas. Por otra parte, el lanzamiento de los Tomahawcks yace más allá de la capacidad de las fuerzas ucranianas. Pueden ser lanzados desde navíos de guerra y submarinos. ¿Está Estados Unidos dispuesto a comprometerse directamente disparando misiles de largo alcance contra Rusia?
Como también Putin lo señaló, aunque los Tomahawks sean entregados estos no cambiarían la situación en el campo de batalla en la cual las fuerzas ucranianas apoyadas por la OTAN en el campo están rápidamente perdiendo terreno a lo largo de todo el territorio de mil kilómetros de longitud. La OTAN ha perdido la guerra. Los Tomahawks son solo otra ilusoria "arma maravillosa" que la OTAN y sus medios propagandísticos han agitado anteriormente en muchas ocasiones sin ningún éxito militar. Recordemos a los F-16 a los tanques Leopard, Abrams, Challengers, Storm Shadows, SCALPS, ATACMS y más. Se suponía que todos ellos ganarían la guerra. Pero no pudieron.
En todo caso, un informe de la agencia Reuters esta semana cita a una "fuente oficial" diciendo que era poco probable que Estados Unidos suministrara Tomahawks a Ucrania en este momento debido a que no hay ninguno disponible, con toda la actual existencia comprometida con los requerimientos de la Marina de Estados Unidos. Con Trump el "pacificador" preparándose para ir a la guerra contra Venezuela y otra vez contra Irán, probablemente los norteamericanos harían mejor conservando sus existencias.
Lo que esto sugiere es que Trump está actuando como un bocazas jugador de poker al que le quedan muy pocas cartas que jugar, como cuando alguna vez reprendió a Zelensky, títere de Kiev, durante un altercado en la Casa Blanca. El presidente norteamericano está apostando a que su grosero y duro parlamento y toda la retórica acerca de enviar Tomahawks a Ucrania y "compartir inteligencia" de algún modo intimidarán a Rusia para que se siente a la mesa de negociaciones y acepte un acuerdo de paz semi cocinado lo cual tiene que ver con ganarse el trofeo del Nobel y su ego adornado con luces de neón.
Si la referencia de Trump acerca de los Tomahawks fuera seria, sería una "locura" como lo señaló Scott Ritter esta semana.
Pero aquí está la cosa, lo que dice Trump no es genuino y eso significa que toda su posición acerca de encontrar un acuerdo de paz en Ucrania con Rusia, tampoco es genuina. Está jugarreteando para su ego y sencillamente transfiere el costo de la guerra hacia Europa.
Moscú no puede confiar en el gobierno de Trump para poner fin al conflicto sobre la base de una solución honesta y negociada de las raíces del problema. Las causas en la raíz emanan desde el poder imperialista de Estados Unidos y sus lacayos europeos. Trump está sumamente ajeno como para negociar.
Rusia tendrá que poner fin a la guerra militarmente en sus términos por una paz duradera.
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