La otredad, Donald Trump y Chevron

Lunes, 28/07/2025 01:02 PM

"Conoce al adversario y sobre todo conócete a ti mismo y serás invencible".

(Sun Tzu)

Hemos dicho, en otros escritos, que los presidentes de EEUU, son administradores de la "cosa pública", porque allí manda una constelación de fuerzas políticas, económicas, financieras, militares culturales, mediáticas, los lobbies, los think tanks, las sociedades secretas, los mainstream, y, ahora, el sionismo con mucho peso.

Ese "Estado profundo" sentenció a la Revolución Cubana de 1959 y no descansa hasta verla fallecer.

Igual han hecho con la Revolución Bolivariana, desde el año 2002.

¿Qué es la otredad?

Comencemos hablando de la otredad, la cual siempre parte de no percibir al otro como igual, sino como alguien diferente, que no forma parte de nuestra comunidad.

Implica la diferenciación de que el otro no es igual a nosotros, pero ello no significa per se que el otro deba ser discriminado. Más bien se trata de tener la capacidad de respetar, reconocer y poder vivir armoniosamente con esta diversidad. Esto da la dimensión de que cada persona es única e irrepetible en el universo.

En la otredad se lograr distinguir al otro como diferente a uno mismo, es decir como alguien externo a nuestro ámbito y es el poder coexistir entre todos y fomentar el crecimiento de cada individuo. Es el concepto de la existencia en el mundo de algo que no es lo propio, que no forma parte del mundo de cada uno.

Desde el punto de vista antropológico se podría decir que el término otredad implica apreciar al otro como un ente ajeno a nosotros, a lo que nos rodea e identifica.

Esta diferencia se manifiesta desde el punto de vista de cada individuo, lo que cada uno considera propio frente a lo del otro.

De allí que, la existencia de gran variedad de culturas y costumbres diferentes a las nuestras, permite a cada uno adquirir una visión más global de la existencia del otro en el mismo planeta que nos pertenece y, asimismo, nos brinda la posibilidad de enriquecer nuestra perspectiva y tolerancia hacia lo diferente.

¿Quién es Donald Trump?

Algunos analistas sostienen que el lenguaje que utiliza este personaje parece sacado de ultratumba, por su crudeza y acendrada sed de dominio, que retrotrae al presente la terminología del Lejano Oeste, que entonaron políticos, escritores y científicos de los Estados Unidos en el siglo XIX.

Entre los términos escogidos para referirse a la "grandeza" de Estados Unidos, Trump habla del Destino Manifiesto, un vocablo que se acuñó en 1845, aunque su sentido se viniera expresando de manera implícita desde los tiempos en que los colonos ingleses desembarcaron en la costa este de lo que hoy son los Estados Unidos.

Hay quienes hablan de locura, esquizofrenia, porque estamos en presencia de alguien que sufre de un trastorno que le afecta la capacidad para pensar, sentir y comportarse de manera lúcida.

En todo caso, hablemos con la gente que lo conoce, muy bien.

Su ex colaborador de seguridad, John Bolton, en el libro (2020) La habitación donde ocurrió. Una memoria de la Casa Blanca, lo cataloga como impulsivo, errático e insensato que miente sin cesar.

En el prólogo del libro (2020): Desleal: La verdadera historia del exabogado personal del presidente Donald J. Trump, Michael Cohen, lo llama "tramposo, mentiroso, farsante, matón, racista, depredador, estafador y un timador".

Su sobrina Mary, en el título del libro (2020) Trump. Demasiado y nunca suficiente (Too Much and Never Enough), dice cómo mi familia creó al hombre más peligro del mundo y lo acusa de ser un profano.

Y su hermana mayor, Maryanne Trump, en conversación con la sobrina Mary, filtrada a los medios de comunicación, lo describe como un hombre que "no tiene principios" y lamenta su "falta de preparación" para el cargo.

"Todo lo que quiere es apelar a su base. No tiene principios. Ninguno. Ninguno", señala Trump Barry, de 83 años, jubilada como jueza federal.

Así que Trump no practica la otredad.

Vuelve Chevron

Desde Venezuela se anuncia que la petrolera estadounidense Chevron recibió una nueva licencia para operar en Venezuela, marcando un giro en las relaciones energéticas entre Caracas y Washington.

La autorización se produce tras el intercambio de ciudadanos encarcelados en Venezuela por motivos políticos y los migrantes detenidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) de El Salvador.

La empresa, que ha tenido una presencia histórica de más de un siglo en Venezuela, opera junto a Pdvsa, en proyectos mixtos que fueron parcialmente paralizados tras las medidas coercitivas impuestas por Estados Unidos en 2019.

Desde mayo de este año, Chevron había detenido su producción tras el vencimiento del permiso temporal otorgado por la Casa Blanca.

Se informa que, durante el período de restricciones, los pozos petroleros operados en alianza con Chevron incrementaron su producción gracias al "esfuerzo nacional", lo que atribuyó a una mayor independencia del país en materia energética.

También se destaca que la producción petrolera nacional creció un 12% en el último año, sin depender exclusivamente de licencias extranjeras:

El presidente Nicolas Maduro afirmó que ya se han establecido mesas de trabajo para facilitar la reincorporación plena de Chevron, y expresó su deseo de que la compañía mantenga su presencia por "otros 100 años".

Hizo un llamado a más empresas estadounidenses favorables en el sector energético venezolano: "Todo inversionista que quiera trabajar con gente seria, de palabra, sobre la base de legalidad, venga a Venezuela. Venezuela es el paraíso de las inversiones en petróleo, gas, petroquímica e hidrocarburos"

Finalmente, y acudiendo a los principios de la Constitución Nacional, se subraya, con mucha pertinencia, que cualquier relación entre ambos países debe basarse en el respeto mutuo y sin "chantajes".

Algunos analistas sostienen que esto constituye una victoria estratégica del gobierno venezolano y una admisión tácita de EEUU sobre el fracaso de su política de presión económica.

Sin embargo, antes de concluir, habría que agregar, con la duda de René de Descarte: "cuidado con la Diplomacia de engaño". O, con un amigo embajador: "No quiero ser agorero, pero, con los gringos, ni un tantico así. No podemos confiar, solo negocios, y nada más".

En todo caso, nunca olvidar a uno de los máximos exponente del realismo en las relaciones internacionales, Henry Kissinger, quien afirmó: "Ser enemigo de Estados Unidos puede ser peligroso, pero ser amigo es fatal". "Estados Unidos no tiene amigos ni enemigos permanentes, solo intereses".

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