28-09-25.-Para Miguel Monserrat la revolución, la idea de un cambio político para una vida mejor, se lleva en la cabeza y en el corazón. En la cabeza van las ideas, pero también, los sellos de la ya desaparecida Unión Soviética (URSS) que adornan su boina roja. El corazón, por la voluntad de acompañar las movilizaciones que considera justas en la Venezuela de hoy.
«La boina tiene muchísimos años; incluso, antes de que Hugo Chávez hiciera presencia ante el pueblo venezolano. La boina tiene una colección de sellos, la estrella del Ejército Rojo y otros símbolos que me fueron dados por alguien que perteneció al Ejército Rojo en la Segunda Guerra Mundial», comenta.

Monserrat llegó a la URSS en 1965, «cuando se estaban desincorporando las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de las montañas». Se refiere a uno de los movimientos guerrilleros que se alzaron contra los gobiernos de los presidentes Rómulo Betancourt, primero; y Raúl Leoni, después. «Tuvimos una derrota política pero no militar. La FALN tuvo una derrota política por la falta de asentamiento campesino y asentamientos de trabajadores de base».
Todo esto lo cuenta mientras, pancarta en mano, espera que comience una protesta a favor de los palestinos en la sede de la Unión Europea en Caracas.
De todos los sellos que dan fe de sus convicciones se identifica más con el de la FALN: «Lo sacamos para identificar a los compañeros que estaban en las unidades urbanas, en los destacamentos urbanos. Yo estuve en las unidades tácticas de combate (UTC) en la zona de Lídice y La Pastora». Las UTC eran las organizaciones armadas que actuaban en las ciudades.
Lleva, con mucho orgullo, las insignias de la URSS que representaron la lucha patria, como ellos la llaman, «la liberación del pueblo y su lucha contra la tiranía del fascismo».
-¿Ese pensamiento sigue vigente?
-Todo eso sigue vigente.
-Hay gente que dice que no.
-Noooooooo. Hay grupos en Rusia que quieren de nuevo la URSS, que recuerdan mucho aquella época y ven la diferencia entre la Rusia capitalista y la Rusia del socialismo. Hay diferencias muy grandes.
Piensa que una de las fallas de las URSS fue «que abandonaron la formación ideológica», y al haber «un enfriamiento ideológico del marxismo-leninismo penetró la tendencia capitalista».
Tiene 82 años, y la mayor parte de ellos los ha dedicado a la militancia política comunista.
-¿Sigue teniendo la ilusión de la izquierda?
-Sigo teniendo la ilusión de que el cambio es necesario.
Pero «se está atomizando el movimiento de izquierda» en muchos países, agrega. También, en Venezuela. Además, critica que las decisiones de Estado se toman en una pequeña cúpula: «Es lo que yo llamo la élite que se apoderó del PSUV, que se alejó de Chávez y mandó ala basura los postulados de Chávez».
-¿Qué debería hacer la izquierda en este momento en Venezuela?
-Debe pensar en función de los intereses del proletariado, de un pueblo que está viendo las consecuencias de un gobierno que se alejó de las ideas socialistas.
Considera que la izquierda venezolana debe unificarse: «El gobierno sabe que, ante una izquierda dividida, no damos la batalla para los cambios que necesitamos».