El capitalismo salvaje busca convertir a la naturaleza en una selva de concreto

Sábado, 20/12/2025 05:00 AM

Si fuera verdadera la afirmación de los ideólogos del capitalismo que dice que sin capital no somos nada o que estaríamos en la edad de piedra, entonces no se podría entender el surgimiento y desarrollo de tantas civilizaciones anteriores al capitalismo salvaje, que dieron grandes logros e inventos que han contribuido al desarrollo de la humanidad.
 
Si fuese verdad tal afirmación capitalista, tampoco se podría entender con qué capital construyeron nuestros ancestros,  Tiwanaku o Machu Picchu, un recordatorio histórico de la enorme capacidad arquitectónica, productiva, que contribuyó al desarrollo de pueblos y formas completas de vida. 
 
Todo se hizo sin ningún céntimo de capital, se construyó con trabajo humano y con la naturaleza productora de los materiales y también del alimento con el que esos trabajadores ancestrales se alimentaron mientras producían esas notorias construcciones milenarias. Si hay trabajo humano y naturaleza viva, hay no solo producción, economía y vida humana; también hay de la misma manera otras forma de desarrollo, pero de la vida, no del capital.
 
El capital crea riqueza capitalista pero no riqueza humana, porque el neoliberalismo para poder producir más capital necesita someter, negar, explotar, dominar al trabajador y la trabajadora. De tal manera que para poder materializar esa barbarie necesita producir y expandir pobreza, es decir, miseria en la clase trabajadora, con el propósito de que esté dispuesta a vender como mercancía al trabajo explotador. ¡Los empobrece! que al final el trabajador y la trabajadora terminan creyendo que sin dinero no son nadie. Como no tienen nada, salvo que su fuerza de trabajo, su propia corporalidad para poder vivir, necesitan venderse a sí mismo, vendiendo la fuerza de trabajo para conseguir dinero con el que reproducir su empobrecida vida.
 
El burgués y el capitalista afirman tozudamente que, sin capital (como dinero) el capitalismo (como relaciones de producción) y el mercado capitalista (como relaciones de consumo), no sólo no habría desarrollo humano, sino que no habría vida humana, o que esta estaríamos literalmente condenados a la extinción, o que la humanidad sin el capitalismos estaría anclada en la prehistoria. Esta es la criminal disyuntiva del capitalismo que debemos transformar.

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