LA AUTOGESTIÓN OBRERA Y CAMPESINA
La autogestión obrera y campesina es uno de los pilares materiales de cualquier proyecto socialista auténtico. No se trata solo de "administrar" una fábrica o una finca, sino de transformar las relaciones de producción, abolir la figura del patrón y colocar en manos de quienes trabajan la toma de decisiones sobre el qué, cómo, cuándo y para quién se produce.
Artículo [ZZ]. De la autogestión obrera y campesina como forma superior de organización productiva
La autogestión obrera y campesina es el derecho inalienable de los trabajadores y trabajadoras, urbanos y rurales, a la gestión colectiva, democrática y solidaria de los medios de producción, sin intermediación de patronos, gerentes ajenos al proceso productivo ni estructuras burocráticas que impongan decisiones desde arriba.
Toda empresa, fábrica, taller, unidad agropecuaria, pesquera, forestal o de servicios que haya sido recuperada, expropiada, nacionalizada o creada por el Poder Popular, será gestionada directamente por sus trabajadores y trabajadoras organizados en Consejos de Trabajadores, con plena facultad para:
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Elegir y revocar a sus coordinadores, técnicos y voceros;
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Definir planes de producción, distribución y comercialización;
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Decidir la distribución de los excedentes según criterios de justicia social y necesidades colectivas;
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Establecer alianzas productivas con otras unidades autogestionarias y con las comunas.
El Estado comunal y comunista tiene la obligación de:
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Proteger jurídica, económica y físicamente toda experiencia de autogestión frente a sabotajes, bloqueos, judicializaciones o intentos de reconversión capitalista;
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Garantizar acceso prioritario a insumos, créditos, tecnología, formación técnica y canales de distribución;
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Articular las unidades autogestionarias en redes de producción planificada desde las bases, en función de las necesidades del pueblo y no del mercado.
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Promover la contraloría obrera a nivel nacional, articulado con el consejo nacional de contraloría social previsto en la ley de contraloria social. La Contraloría General de la República, es el ente garante de su buen funcionamiento.
Se prohíbe la figura del "gerente externo", del "padrino-madrina", " interventor político" o de cualquier autoridad que no emane directamente de la asamblea de trabajadores y trabajadoras. Los saberes técnicos y administrativos estarán al servicio del colectivo productivo, no al revés.
La tierra, el agua, las semillas y los conocimientos ancestrales pertenecen al campesinado organizado. Las unidades de producción agro-ecológica, agro-forestal y campesina serán gestionadas en articulación con las comunidades en el territorio comunal al que pertenezcan, en respeto a los ciclos naturales, la biodiversidad y los derechos de los pueblos originarios.
La autogestión no es una concesión del Estado, sino una conquista del pueblo. Su desarrollo es condición indispensable para la abolición del trabajo asalariado, la superación del valor de cambio y la construcción de una economía al servicio de la vida.
Notas para el debate en las bases:
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Este artículo desmonta la lógica gerencial heredada del capitalismo, incluso en empresas básicas "estatales" donde los trabajadores son meros ejecutores asalariados.
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La planificación desde las bases no significa caos, sino coordinación democrática entre trabajadores productores y comunidades.
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La distribución de excedentes debe priorizar: reproducción del proceso productivo, bienestar colectivo, inversión comunal, y la solidaridad con otras luchas antipatrón expresadas en el internacionalismo proletario.
Ni capitalistas, ni burócratas, todo el poder para el pueblo reunido en Consejos Populares de Trabajadores y Comunas..!
REVOLUCIÓN ES HACER REVOLUCIÓN, SINO NO ES.