Hemos advertido en escritos previos sobre las diferencias entre la geopolítica y la geopoética. La geopolítica es parte del interés de una idea dominante o contra dominante, sobre la cual se tejen diferencias y se les busca solución mediante diversos mecanismos, de atenuación, eliminación de obstáculos; pero, el caso extremo de aceptación de una diferencia es la sumisión.
En principio, los grandes problemas del mundo no se resuelven con la geopolítica porque ese interés, lo que hace es postergar la aparición de diferencias más agudas. No hay posibilidades reales en lo inmediato de atender los temas de la pobreza, el hambre, la violencia de género, la segregación racial, delimitación de fronteras, las migraciones, las guerras, el caos ecológico y otras más. ¿Puede hacerlo la geopoética?
Veamos, el planeta tiene una clase económica dominante que representa 1% de la población total y controla el 80 % de los bienes de capital, y está apoyada por una clase que representa el 5% de la población mundial, que son beneficiarios de parte del ejercicio económico del gran capital. Su patria es el “poder económico”. El poder económico es superior al poder militar, en efecto lo domina, lo subyuga y le da las pautas anti humanistas que todos conocemos. El restante de la población esta albergada en algo que llamamos países, y desde el punto de visto de la fantasía política lo llamamos soberanos; con pueblos soberanos, sumergidos en las calamidades de la desigualdad real y de oportunidades. Cada país invadido, tomado por el capital o todavía etiquetado como soberano tiene una lista de calamidades por resolver, y el poder económico lo menos que desea es que eso se haga realidad, o que la gente ayudada por la prosa emergente, se conflictúe, y se haga acreedor de más miseria y desigualdad. Hoy, a todo esto se le ha añadido una nueva desigualdad, que es el acceso a las tecnologías. y la nueva categoría de análisis son los oprimidos desinformados.
En el enfoque llamado “Sin fronteras”, la prensa, la medicina, la educación, los voluntarios frente a catástrofes naturales o artificiales, como las derivadas de la guerra, actúan en cualquiera de estos países. En forma simple son acciones intrusivas así sean necesarias. En algunos casos se duda sin son sufragadas como cuota de la inmoralidad por el gran capital. Al inicio y al final de sus actuaciones, queda solo la evidencia de la incapacidad de los pueblos oprimidos, y empobrecidos del mundo para soliviantar a los pobres por sus necesidades.
La geopoética de los oprimidos es algo más parecido a la pedagogía de los oprimidos, se trata de mantener los sistemas de vida, la cultura propia, la forma de percibir sus penurias, y de percibir sus soluciones. Cada pueblo por muy oprimido y vejado sabe hacia dónde debe encaminarse en el tema ambiental; y cuando se extralimitan por el uso de recursos es a causa de su propia hambre. Si somos sinceros cada pueblo por mucha hambre y penalidades tiene sus códigos para diseminar sus ideas. He disfrutado tener en mis manos poemarios subsaharianos, y de otros países africanos con una sensibilidad humanística muy superior a cualquiera de los que se pueden adquirir en las mejores librerías de Manhattan.
Volviendo a las ideas centrales es mundo plagado de inequidades y con esperanzas de vida menores a los 50 años, no requiere de una poesía sin fronteras intrusiva. Los oprimidos pueden construir versos sobre sus realidades y expectativas, puede describir al enemigo, sin que sea una amenaza sino una voluntad para vivir diferentes. Pueden construir versos que educan, pueden hacer de la poesía motivo de intercambio con el resto del mundo. Y posiblemente, un ser humano, puede estar en el lugar más oculto del planeta y es parte de la geopoética, porque a todos nos interesa que sea así.
En principio la geopoética reconoce que cada sociedad, territorio, gentilicio, trae sobre sus hombros el conocimiento de la realidad bajo su propia percepción, y asume sus problemáticas desde sus capacidades. En ese proceso, las soluciones no son parte de la conflictividad, la gente construye de diversas maneras sus argumentos y las propuestas. La experiencia es que la ausencia de imposiciones desde el entorno, favorece el verbo creativo, que se puede hacer música, o se puede plasmar en pinturas alegóricas, etc.
Al gran capital no le interesa la poética más que para saber cómo estamos cambiando la forma de pensar y escribir. Parodiando a Adriano González León, en este momento del avance sobre el pensamiento de la importancia de la geopoética podemos decir que: “Cada poeta que no parta de la geopoética podrá llegar a la poesía para la nada”. Diría que esta es la gran oportunidad de la humanidad para reflexionar y conocer lo que piensan más de 8 mil millones de oprimidos o candidatos a oprimidos, mediante la geopoética o la poesía con destino. Lo que planteamos sobre una realidad de las tecnologías para abusar la desinformación podemos revertirla a las tecnologías para ampliar el espectro de la geopoética, desaparecer al oprimido desinformado.