El acontecimiento Chávez, ¿revolución, o desafío generacional?

Miércoles, 13/08/2025 04:21 PM

Interrogantes que se hallan en el contexto donde, por un lado, contribuye a definir la primera, en el ámbito sociológico, como el estudio de esos cambios indeclinables, repentinos, que se producen en casi todas las sociedades, motivadas por el derroche de fuerzas contempladas en las súper estructuras sociales que, paulatinamente, fueron deteriorándose, perdiendo la credibilidad social con el transcurrir del tiempo, y que necesitan de la existencia de una nueva composición en todos los órdenes, estableciéndose un florecimiento y surgimiento de nuevas ideas. Por otra parte, -respondiendo a la segunda- el surgimiento de pensativas generaciones, cuya insistencia y valoración, van desentrañando los ásperos derroteros, y las invitan a ser gran parte de actores ante los nuevos desafíos que les corresponderá vivir en sus horas, con sus experiencias propias, adaptadas, en mayor escala, a las dimensiones de índole axiológico, moral y al esfuerzo común.

Desde luego, ¿cómo podrían definirse esos cambios? Una respuesta quizá tenga cabida ante este planteamiento: Remudar la conciencia. Estos movimientos de conciencia en masa en el terreno de la política –como una necesidad humana- tienen sus raíces vastas y profundas en el acontecer histórico de las sociedades, en el paso avasallante de las resplandecientes generaciones, como el sol que brilla diariamente, que ligados a procesos de transformaciones espirituales y éticos, han desarticulado la crisis de conciencia de otrora generaciones que ya cumplieron su ciclo de participación, -como lo dije arriba- ya vivieron sus horas dentro del escenario que les correspondió debutar. Dijo alguien por ahí: "Los hombres pasan y las instituciones quedan". Mis estimados lectores –ellos y ellas- las revoluciones dan a luz la producción de un sistema educativo, político, cultural, entre otros que, peldaño a peldaño, van imprimiendo su huella en la innovadora estructura social. Irrebatible.

En el caso, netamente, venezolano, en concordancia con el tiempo y la generación que le correspondió participar, según la historia contemporánea, política y constitucional patria, que todo ciudadano y ciudadana connacional debe saber que, Hugo Chávez fue el centro, la piedra angular de todo este proceso que condujo cambios sustanciales en la dirección del país, como lo fueron otros personajes que les correspondió cabalgar, en épocas de antaño, ese potro indomable que llaman la Política. Es significativo señalar, que vivimos en una gigantesca sociedad humana de comunicaciones, impregnada de pluralidad ideológica, partidista, gustos diferenciales -eso es incuestionable- que marcan el carácter absoluto de una denominada democracia en el desarrollo de una comunidad con sus expectativas de convivencia social, catalogada por fuerzas internas que se debaten, procurando llevar un ritmo social equilibrado y justo. Nuevos latidos generacionales se imponen.

Ya, para cerrar estas reflexiones, ha de considerarse la importancia que tiene de ubicar el acontecimiento Chávez, en una época que, necesariamente, urgía de transformaciones en la vida colectiva de Venezuela, tomando otros rumbos, representada por una generación de sangre nueva, que reemplazó a la generación del año 28, del siglo pasado; sin duda, que cambiarían paradigmas en las metodologías, teorías y praxis del acontecer de la Nación, dejando atrás esquemas que, si bien es cierto, cumplieron sus propósitos en los espacios que les correspondió actuar, no es menos cierto que, el ordenamiento jurídico-legal, catalogando a las personas como sujeto libre de derecho, se encauzó en la corriente imperativa de los Derechos Humanos. Las bases de todo este proceso, van aceleradas y creciendo como un río que se desborda en la montaña. Por ello, se deja entrever, van agarrados de la mano, revolución y desafío generacional.

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