Las manoseadas e inservibles democracias

Viernes, 25/07/2025 12:37 PM

No cabe la menor duda que aquel vestuario que en algún momento sirvió para asistir a eventos elegantes, o fiestas de etiqueta, o a una cena de gala, después de ser utilizada en varias ocasiones, cuando las amistades comienzan a criticar la falta de distinción, cuando el lienzo del traje comienza exhibir los embates de tiempo, es decir, cuando el tejido del atavío se muestra bastante manoseado o ajado, es hora de pensar que es tiempo de cambiarlo por otro nuevo. El destino de aquel lujoso atuendo será la basura u ocupará un lugar en el morral de un ropavejero. Lo mismo ocurre con aquel auto nuevo, que en algún momento cautivó los ojos del comprador, con el tiempo, pasado los años, el propietario de aquel deslumbrante vehículo advierte que aquella novedad se convirtió en una chatarra, de tanto usarlo, de tanto manosearlo. Es hora de convertirlo en chatarra.

No se por qué razón cuando pensé en lo anterior me llegó a la pensadora la palabra democracia, que según sus defensores es la mejor forma de gobierno. Pero como reacción a aquella evocación mi cerebro comenzó a cavilar sobre otro vocablo que hace muchos años los grandes capitalistas, mediante todos los medios existentes (radio, televisión y cine) la consideraban la peor forma de gobierno, es decir, el comunismo y los comunistas (bolcheviques) eran calificados como los hijos de Satán. Estos herederos de Belcebú estaban localizados del lado este del globo, en el empeño de algunos de ubicar a los malos en el oriente y los buenos en el occidente, de allí la cultura occidental (la civilización) y la oriental (la inculta, donde viven los bárbaros).

Así funcionó el planeta por más de un siglo. Los buenos eran los capitalistas con su forma de gobierno en el mundo occidental llamada democracia y en el oriente, la "dictadura del proletariado" o comunismo. Por fortuna, quién inventó o cómo se desarrolló esa maravillosa inmensidad llamada Universo permitió que la Tierra girara sobre su eje y se moviera alrededor del Sol. Esto consintió a los humanos inventar algo llamado calendario para dividir el tiempo en años, meses, semanas, horas, minutos y segundos. Muy a pesar de los capitalistas, desde que ellos inventaron la democracia han pasado centurias y nada de lo que ellos ofrecían era verdad. Los políticos manosearon por silos la democracia en diversas partes del orbe y las cosas sucedían como siempre: los potentados, los inventores de la democracia, con el tiempo se hacían más ricos y los excluidos de siempre se mantenían sin esperanzas. La pobreza, la miseria, la hambruna, las guerras, los expatriados, los explotados, violación de los derechos humanos, los genocidios, el racismo, entre tantos males se mantenían, no en el mundo oriental, también en el mundo occidental con más profusión.

Pasado los siglos los habitantes del mundo occidental advirtieron de las alianzas de la clase política con los dueños de los grandes consorcios industriales, financieros, agrarios e industria militar. Que la repetida independencia de los poderes ejecutivos, legislativo y judicial no era cierta. Esto sucedió cuando los electores se dieron cuenta que quienes financiaban las campañas electorales de los candidatos a cualquier cargo público (presidente, gobernador, juez…), eran campañas muy bien manoseadas por el capitalismo. Los votantes perciben que esa consigna de libertad no tenía sentido cuando entre políticos y capitalistas se discuten intereses que nada tienen que ver con las necesidades más apremiantes de los electores. No hay libertad cuando existen compromisos económicos de un solo lado, es decir, el del capitalista.

En verdad, del otro lado, es decir, del sector político también existe compromiso económico, como son las ostentosas comisiones que cobran presidentes, ministros, diputados senadores, altos funcionarios por la otorgación de contratos públicos a ciertas empresas privadas Dinero este, proveniente del delito, que baila por todos los paraísos fiscales del planeta con la ventaja que nadie puede investigar la procedencia ni el destino de aquel dinero.

Es sorprendente como en la democracia se inventan partidos, tanto en Europa como en América, con siglas ostentosas para simbolizar disciplinas como: socialista, progresista, nacionalista, ecologista, institucionalista, revolucionaria, popular, obrero revolucionario, independentista…cada uno con su filiación doctrinaria, bien sea social, económica, hasta religiosa. Al final, los electores, pasado los años, una vez que algunos de estos llegan al poder sucede algo de lo mismo. El manoseo de la democracia ha desvencijado el ejercicio de la política y denudado a los políticos. No es nada nuevo que, una vez terminado el ejercicio del gobierno algunos presidentes, ministros o altos funcionarios se retiren, exhibiendo como esposa o amante una modelo o una artista, viviendo en una campiña, en un palacio, o una mansión, o un rancho ganadero, como parte de su vida pública y privada. Ejemplo de estos hay muchos como expresidentes de México, Colombia, Argentina, Chile…Es notorio, como en España, el debate entre las "señorías" del PSOE y el PP es demostrar cuáles de ellos son más ladrones de la cosa pública. Algo muy extraño, nunca se contabilizan presos, porque hasta el rey emérito Juan Calos I está incurso en varios delitos, pero su fuero real impide que sea juzgado. Así se manosea la democracia, para que esta ya no sirva y ya no tenga utilidad.

Han pasado siglos y el capitalismo pretende mantener el mismo estribillo sobre el comunismo y sobre el socialismo. Europa nunca podrá volver a exhibirse como el continente próspero que agrupaba varios imperios. Ya no existe ni existirá la posibilidad de formar colonias en África, Asia, América y Oceanía para robar, esclavizar, despojar territorios, establecer monopolios…que fueron las razones del gran desarrollo europeo, al igual que EEUU. Aquellas democracias occidentales y colonialistas, se convirtieron en manoseadas democracias marchitas que desean apropiarse de los pozos de crudo del medio oriente, ubicar bases militares en todo el planeta para sojuzgar a sus habitantes, amenazar al mundo con armas nucleares y armas químicas y biológicas. Los electores no creen esas inservibles democracias manoseadas por capitalistas y políticos que solo velan por sus intereses.

El ritornelo de aquella música en este momento es algo tóxico. Ya los electores no creen en una libertad de prensa manejada por empresarios y al servicio del capital, tampoco creen en la libertad de expresión cuando observan a Trump insultando a las periodistas o cuando despide a una fiscal que lo puede inculpar de un delito. A las democracias occidentales no les importa los derechos humanos y lo demuestran ante la indiferencia y complicidad con el genocidio palestino. Así mismo, los votantes no creen en las instituciones internacionales inventadas por las democracias occidentales para velar por la paz, la preservación y cumpliendo de los derechos humanos, cuando no condenan las agresiones a los manifestantes que apoyan una Palestina libre en EEUU, UK, Alemania, Italia entre otros. Las manoseadas democracias desdibujaron los verdaderos valores de un buen sistema de gobierno. El gobierno de Trump se dedicó a perseguir, encarcelar y secuestrar de forma ilegal a migrantes que trabajan en EEUU, en especial a los venezolanos, en asociación con otro "demócrata" salvadoreño, el presidente Bukele, quien convirtió el secuestro de migrantes en un negocio. Han pasado más de una centuria y las democracias occidentales envejecieron si cumplir con las promesas de acabar con la por pobreza, las desigualdades, la exclusión, el racismo, preservar la paz, ofrecer a sus connacionales viviendas saludables, educación, salud, agua potable, trabajo bien remunerado…Manosearon tanto la democracia que la convirtieron en algo inservible y tendrán que inventar otra forma de gobernar que no sea en fabricar y vender armas.

Sin embargo, los políticos y los capitalistas no tendrán que mirar muy lejos, en aquella zona oriental donde gobernaban los "hijos de Belcebú" está sucediendo algo extraordinario. El partido comunista chino junto con su presidente Xi Jinping lograron sacar de la pobreza a 900 millones de chinos, además, se convirtió en el país con el mayor desarrollo económico, tecnológico, militar, espacial e industrial. Mientras esto ocurre en China en Vietnam se están logrando grandes avances en diversas materias, gracias al gobierno comunista. Paralelamente a lo que ocurre en China y en Vietnam, existen otros modelos no comunistas como el de la Federación Rusa que ha conseguido muchos logros en diversos sectores de la economía, militar, industrial…a pesar de los miles sanciones financieras que EEUU y la UE le impone al país eslavo.

Los dirigentes de las democracias manoseadas por UE y EEUU no entienden que se les acabó su tiempo. Basta una pregunta ¿si los países comunista o socialista son lo peor, para qué le aplican sanciones económicas y financieras y no dejan que se derrumben por si sola por su "incompetencia"? La China es una respuesta y los logros de la República Bolivariana de Venezuela es otra buena réplica. Quizás el estado comunal desarrollado por el presidente Maduro y su equipo, con la participación directa del pueblo en la solución de los problemas en una buena idea.

Es hora de pensar en un nuevo modelo político, muy lejos de la manoseada democracia burguesa herida de muerte, un modelo que centre en la solución de los problemas humanos y no en la conformación de grandes consorcios que aumentan sus capitales con recursos públicos con la materia prima nacional. Razón tuvo William Hamilton, científico irlandés, cuando sentenció: "Ni democracia ni oligarquía". Lee que algo queda.

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