El próximo domingo 20 de julio se cumplirá un siglo del nacimiento de Frantz Fanon, el revolucionario nuestramericano, caribeño, africano y universal. Su corta vida estuvo marcada por un gran compromiso ético, político y revolucionario, con un legado decolonial, anticapitalista y antiimperialista que sigue vigente seis décadas después de su muerte.
Joven martiniqués, caribeño Fanon encarnó un espíritu libertario y patriótico, aunque inicialmente cargado de falsa conciencia y subjetividad alienada, como colonizado y colonializado producto de su condición como hijo de tierras conquistadas y colonizadas desde hace 533 años. Estos pueblos fueron enmascarados desde 1492 (Dussel, 1994), cuando conquistadores, extraviados en sus mapas, llegaron a civilizaciones que, en muchos aspectos, superaban a las suyas en desarrollo cultural, espiritual y material.
A los 18 años, Fanon viajó como polizón a París, su metrópoli, se enroló en el ejército colonial francés para luchar en la Segunda Guerra Mundial. Esta experiencia marcó el inicio de un doloroso proceso de desgarramiento de su identidad y despertar decolonial. La discriminación que sufrió por ser un negro, colono caribeño, en el ejército francés, esa situación lo indujo al abandono de dicho ejército e inicia estudios de medicina y especializarse en psiquiatría. Su trabajo en un hospital psiquiátrico de Argelia, no solo fue un ejercicio profesional, sino también un acto político y ético, porque abrazó la causa liberadora de Argelia, al hacerse militante del Frente de Liberación Nacional (FLN), siendo expulsado al exilio en Túnez.
Aunque su vida fue corta, su legado es inmenso. Obras como Piel negra, máscaras blancas, Los condenados de la tierra y sus escritos para el periódico El Combatiente del Frente de Liberación Nacional Argelino, reflejan un pensamiento profundo, revolucionario y crítico del colonialismo, el imperialismo y el capitalismo. Su obra sigue vigente, agigantándose con el tiempo.
Entender a Fanon desde la Salud Mental Colectiva Decolonial
Su hija, Mireille Fanon Méndez-France, también médica, señala que en Fanon "la producción de conocimiento estuvo sometida a las tensiones dialécticas de las relaciones sociales". Develó el vínculo entre las neurosis de sus pacientes y el contexto social, así como la conexión entre la práctica terapéutica y la liberación política colectiva.
Fanon fue un adelantado a su época. Demostró que la fragmentación y alienación capitalista colonizan y colonializan mentalmente, imponiendo un pensamiento eurocéntrico que enmascara los saberes ancestrales de los pueblos originarios de donde él provenía. Su enfoque partía de las vivencias, las emociones y la complejidad del momento histórico, no de creencias impuestas.
Quien escribe, psiquiatra que en los últimos cinco lustros a realizado un tránsito hacia la Salud Mental Colectiva Decolonial y la entiende como el encuentro de tres subjetividades humanas:
-
El Ser: Integrado o aislado en la sociedad, según sus posibilidades de desarrollo en la misma.
-
El Amar: La calidad de las relaciones comunitarias y vínculos afectivos que determinan la felicidad o infelicidad.
-
El Tener-Estar: La residencia y convivencia en un territorio cuyo Estado y Gobierno, debe garantizarle derechos humanos, derechos constitucionales, servicios públicos dignos y condiciones materiales para una vida plena.
Cuando estas subjetividades si se desequilibran, aparece el malestar, el sufrimiento psíquico, que de superarse tienden a cronificarse y terminan en psicopatologías. Fanon abordó esto en su obra:
-
Piel negra como grito de humanidad: Denunció cómo el colonialismo aliena la subjetividad del colonizado y colonializado, quien internaliza inconscientemente el desprecio colonial, hasta desear "convertirse en blanco".
-
El desgarramiento del Ser: El racismo resquebraja la identidad, obligando metafóricamente hablando al sujeto negro, a portar una "máscara blanca", lo que genera ansiedad racial, auto odio y trauma histórico.
-
Del Ser al Amar: Fanon afirmaba que la liberación es colectiva y afectiva. En Los condenados de la tierra, llamó a reconstruir lo comunitario desde la solidaridad y el respeto mutuo.
-
El Tener-Estar: Sin territorio no hay subjetividad. El colonialismo expropia recursos simbólicos: lengua, espiritualidad, cultura, cosmovisiones, produciendo extrañamiento y alienación, conocida hoy como colonialidad del Ser (Nelson Maldonado Torres, 2005)
La línea del No Ser y la lucha por volver a Ser
Fanon denunció una "línea del No Ser" que divide a los humanizados (colonizadores) de los deshumanizados (colonizados y colonializados). Hoy, esta línea persiste como racismo estructural, necropolítica, xenofobia y apartheid en sus múltiples formas. Pensar desde la "línea del No Ser" traspasarla implica restituir el derecho a Ser, Amar y Tener-Estar con dignidad.
Reflexiones finales
-
Fanon legó un proyecto radical de humanización de quienes los conquistadores, subalternizaron e inferiorizaron mediante la colonización y colonialidad en seres des-humanizados
-
Su obra dialoga con la Salud Mental Colectiva Decolonial, buscando sanar las heridas coloniales en el cuerpo y la conciencia de los pueblos.
-
Liberar el Ser, revitalizar el Amar y reconstruir el Tener-Estar son pasos hacia una subjetividad plena y libre.
-
Su pensamiento sigue siendo nuestro Sur, para la resistencia, la rehumanización y la re-existencia.
La sanación del Ser colonizado y colonializado aún hoy, solo será posible mediante la lucha organizada del pueblo, el reencuentro comunitario y la construcción de nuevas formas de vida y gobierno, más allá del Estado colonial burgués, que desde la postguerra (1950), se vistió de ropajes nuevos, como Estado de Bien-estar keynesiono, de escaso desarrollo en Nuestramérica, dicho Estado debe ser transformado en el proceso bolivariano, en Estado comunal, democrático, social de derecho y justicia, para superar la retórica y hacer letra viva, el testamento de Hugo Chávez Frías "Comuna o nada".