Venezuela frente a la trampa petrolera: Producir más para ganar menos

Miércoles, 22/10/2025 01:16 AM

Por años, el mercado petrolero global se movió entre la volatilidad geopolítica y la gestión de la OPEP+. Pero esa era ha terminado. El péndulo del precio ya no está regido solo por los conflictos en Medio Oriente, sino por una fuerza estructural e inexorable: la sobreoferta crónica. Mientras los futuros del crudo rondan los 60 dólares por barril, el consenso entre las principales agencias energéticas es sombrío. El petróleo se dirige a una caída libre, potencialmente con una sobreproducción masiva que amenaza con ahogar la demanda. Lo único que lo mantiene a flote es un actor singular y estratégico: China. En esta realidad, Venezuela se debe preparar a dar batalla.

LA TRAMPA DE LA SOBRESATURACIÓN: El Espectro del Barril a $51

La Agencia Internacional de Energía (AIE) ha lanzado una advertencia ineludible: el mercado petrolero global se dirige hacia un superávit récord en 2026, proyectado en hasta 4 millones de barriles diarios. Este excedente no es un evento cíclico, sino el síntoma de una transformación estructural.

El crecimiento de la oferta es robusto y proviene mayoritariamente de productores fuera del control de la OPEP+. Países como Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá y la emergente Guyana están bombeando crudo a ritmos sin precedentes. A esto se suma la decisión de la alianza OPEP+ de acelerar la reversión de sus recortes. Este panorama de exceso de oferta choca con una demanda que, aunque sigue creciendo, lo hace a un ritmo menor que la oferta. La Administración de Información Energética de EE. UU. (EIA) proyecta que el precio del barril de referencia podría caer hasta los 51 dólares en 2026. Los analistas más pesimistas advierten sobre un escenario bajista que podría llevar el crudo a cotizar consistentemente entre $47 y $55 por barril, un nivel que pondría en estrés a los presupuestos de casi todos los países exportadores.

El DRAGON COMPRADOR: La Gran Moratoria de la Caída

Si la lógica de la oferta y la demanda apuntara a un colapso inminente, ¿por qué los precios no están ya en picada? La respuesta está en Pekín. China, el mayor importador de crudo del mundo, ha emprendido una histórica campaña de "acaparamiento" estratégico. Se estima que, en el último año, el país ha comprado cientos de millones de barriles más de los que su economía consume, gastando miles de millones de dólares en asegurar inventarios.

En esencia, China está absorbiendo el excedente global, actuando como el "comprador de último recurso" y creando una gran moratoria artificial para el desplome de precios. Sin esta demanda estratégica, el mercado estaría inundado, acercando la cotización a los temidos 47 dólares por barril que proyectan algunos informes.

El DÍA DESPÚES: Cuando Pekín Cierre la Billetera

El verdadero riesgo reside en el momento en que China decida cerrar su billetera. Cuando este "acaparamiento" cese, el superávit de 4 Mbpd que la AIE proyecta para 2026 volverá a presionar directamente al mercado.

Esta reversión podría precipitar una corrección violenta y rápida, empujando los precios del Brent y el WTI firmemente a la franja de los 40 A 55 dólares. Los productores se encontrarían con un excedente masivo y una capacidad limitada para reaccionar a tiempo.

VULNERABILIDAD ESTRATEGICA: El Impacto de la Contracción en las Arcas de Venezuela

El escenario de precios a la baja presenta una amenaza existencial para los países cuya economía depende casi exclusivamente de la renta petrolera. Venezuela, que lucha por aumentar su producción tras años de sanciones e infraestructura deteriorada, es particularmente vulnerable.

Durante 2024, el país registró una producción promedio de 921.000 barriles diarios, con su mezcla cotizando a 60,11 dólares. En el transcurso de 2025, la producción se ha incrementado en más de un 17%, situándose en 1.085.333 Mbpd; no obstante, el precio ha descendido a un promedio de 56,26 dólares por barril. Este contexto se traduce en un aumento estimado de la facturación de entre apenas un 2% y un 8%, un efecto atenuado por los descuentos aplicados a los envíos dirigidos a Asia que no se reflejan en los reportes oficiales.

De mantenerse el crudo en 60 dólares, la nación caribeña se vería compelida a elevar su producción hasta 1.299.167 barriles diarios un aumento de casi 200.000 barriles únicamente para equiparar los ingresos en divisas proyectados para 2025. Esta meta, aunque substancial, no resulta inalcanzable si se considera el incremento de más de 180.000 barriles logrado entre 2024 y 2025. Sin embargo, de persistir la actual sobreoferta global de crudo, los precios experimentarán una presión bajista adicional de pronósticos reservado.

Y es que, el año 2.026 para Venezuela solo tiene un camino, incrementar su producción de petróleo para minimizar los impactos negativos a la Economía y su población de la caída estructural de los precios del crudo debido a la sobre oferta mundial.

Conclusión:

Las proyecciones para 2026 demuestran que, incluso con un aumento continuo de la producción, la caída estructural de los precios del petróleo por la sobreoferta global anularía los esfuerzos de recuperación de Venezuela. La nación bolivariana se encuentra en una carrera contra el tiempo: el aumento de la producción se vuelve insuficiente para generar mayores ingresos si la cotización internacional cae a los 51 dólares, y mucho menos si se acerca a los 47 dólares, lo que impactaría en la inflación, devaluación y en una inminente recesión Económica.

Para Caracas, la complacencia de que China mantenga los precios a flote debe transformarse en urgencia y con la capital de Venezuela llena de representantes de empresas internacionales con recursos y la voluntad de invertir, una política de acercamiento a la estatal Petrolera para estas empresa y Capitales ya no puede ser un lobby, sino una política de Estado y poner la mirada en la petroquímica y el Gas una tarea que no acepta demoras. El día en que Pekín deje de acaparar, los presupuestos nacionales de los países exportadores se enfrentarán a la más dura prueba fiscal de la década. La caída estructural de los precios del Petróleo llego, y hay que responder en consecuencia.

José Antonio García.

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