China avanza con una estrategia para reforzar su dominio industrial y limitar el acceso de EE.UU. a sus recursos clave. Pekín prepara un sistema de validación que permitirá filtrar qué empresas podrán comprar tierras raras, insumo esencial para las industrias tecnológica y militar. Las compañías civiles o fabricantes de vehículos eléctricos podrán acceder fácilmente, pero las empresas vinculadas al ejército estadounidense quedarán restringidas. Con el control de entre el 60 y el 90% de la producción mundial, China impone su modelo de poder geoeconómico y replica la política restrictiva de Washington. Para muchos, esta es la constatación de la derrota norteamericana: años de errores estratégicos han permitido que el gigante asiático domine los sectores que alguna vez definieron la fuerza de Estados Unidos.
La economista y exgobernadora de la Reserva Federal, Lael Brainard, ha advertido en un artículo publicado en Foreign Affairs de que Estados Unidos está aplicando una estrategia contraproducente hacia China, que erosiona sus fortalezas estructurales y favorece el avance de su competidor asiático. “China no necesita derrotar a Estados Unidos; basta con que Estados Unidos siga debilitándose a sí mismo”, señala Brainard, quien acusa a Washington de confundir fortaleza con agresividad. Según su análisis, los aranceles generalizados y las políticas de presión tecnológica han elevado los costes internos, debilitado la industria nacional y deteriorado las alianzas con Europa, Japón y Corea del Sur.
La economista sostiene que el error de fondo fue creer que integrar a China en el comercio mundial provocaría su apertura política. “Pekín utilizó ese acceso para construir un modelo de industrialización estatal, con subsidios, barreras y control tecnológico”, escribe. El resultado: una China dominante en manufactura avanzada, energía, baterías y tecnología digital, frente a un EE. UU. que pierde terreno en sectores clave. Brainard también advierte del impacto del aumento de la deuda y de la presión sobre la Reserva Federal, que estaría debilitando la posición internacional del dólar. Concluye que China avanza con estrategia y planificación, mientras Washington responde con tácticas cortoplacistas que amenazan su liderazgo económico y geopolítico.
El objeto interestelar 3I/ATLAS ha generado gran sorpresa en la comunidad científica. La NASA y el astrónomo Avi Loeb han detectado que tras pasar cerca del Sol, el objeto ha perdido alrededor del 13 % de su masa, ha acelerado y ha cambiado ligeramente su trayectoria. Esto no coincide con el comportamiento de un cometa típico, ya que no se observa desgasificación ni cola visible, elementos que normalmente explican estos cambios en un cometa. Loeb sugiere que la aceleración podría ser un empuje controlado, abriendo la posibilidad de que 3I/ATLAS sea una sonda o un artefacto artificial.