El siniestro sistema de coordinación de la represión orquestado por las dictaduras latinoamericanas para desaparecer, asesinar y torturar a miles de personas, está activado en Colombia, Brasil, Chile, Perú y cuatro hojas más etcétera.
Cuando una dictadura fascista perseguir a alguien fuera de sus fronteras, coordina la captura con el régimen donde el "objetivo" se encuentra, la víctima es torturada y desaparecida con el conocimiento y el apoyo de la CIA.
Esta agenda criminal está elaborada por los globalizadores norteamericanos que ha convertido a Latinoamérica en un laboratorio sangriento con el propósito de aplicar las políticas económicas monetaristas de EEUU que promueven los gemelos: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, para favorecer las grandes corporaciones creadas por el capitalismo salvaje para controlar a la humanidad y a sus regímenes de la ultraderecha.
Hay que insistir sobre esta criminalidad emblemática para que sea la referencia y el fin de la injerencia de EEUU en América Latina, Centro América y el Caribe. Debemos avanzar en los procesos de memoria histórica, pues hay un plan coordinado por las dictaduras del Cono Sur para perseguir, asesinar y torturar a disidentes políticos.