Tenemos un problema: ¿Por qué crecerá el comercio en Diciembre, pero no será beneficioso para todo?

Miércoles, 19/11/2025 10:50 AM

Introducción: La Paradoja Estacional

En Venezuela, el mes de diciembre se erige como un faro contradictorio en el mar económico anual. Lejos de ser un simple mes de festividades, se consolida como un término económico de vital importancia, un ciclo donde la supervivencia de numerosos sectores comerciales se juega en las semanas previas a Navidad. Tradicionalmente, esta temporada concentra un volumen de transacciones desproporcionado, llegando a representar, en rubros sensibles como el calzado y el vestido, hasta el 40% de los ingresos anuales. Sin embargo, bajo la aparente efervescencia comercial de este diciembre de 2025, se esconde una realidad más compleja y menos alentadora: un crecimiento impulsado no por la salud económica de las familias, sino por la distorsiones económicas que dibujan un panorama de beneficio para pocos y un impacto negativo y tangible para la mayoría.

ANÁLISIS GREMIAL: Un Optimismo Cauto, Anclado en la Resiliencia

Los principales gremios comerciales y consultoras del país, como Consecomercio y Datanálisis, proyectan para esta temporada navideña un escenario de moderación expectante. Sus pronósticos apuntan a un incremento en el valor de las ventas de entre un 10% y un 15% respecto a diciembre de 2024. Este optimismo cauteloso se sustenta en dos pilares: la notable capacidad de adaptación del consumidor venezolano, y la tendencia de crecimiento mostrada por el sector no petrolero. No obstante, creen que existen grandes desafíos como un poder adquisitivo pulverizado a más del 63% de la población incapaz de comprar una canasta alimentaria, una inflación persistente y una ausencia casi total de crédito al6 consumo que ahoga cualquier posibilidad de demanda sostenida. Como bien lo expresa José Gregorio Rodríguez de Consecomercio, "son luces y sombras en un panorama aún frágil".

LA CRUDA ARITMÉTICA: Cuando las Cifras Desnudan el Espejismo

Más allá de las proyecciones, la realidad macroeconómica pinta un cuadro diferente y nada alentador. Se estima que Venezuela cerrará el 2025 con una inflación en dólares superior al 30%, un fenómeno perverso que erosiona el valor de los ahorros y los ingresos en la moneda dura que muchos usan como refugio. Paralelamente, los salarios se mantienen estancados. El otro sustento vital para millones de familias, las remesas del exterior, enfrenta una caída histórica. Según el IIES-UCAB, el ingreso de remesas caería a un rango de 2.800 - 3.000 millones en 2025, unos 1.000 millones de dolares menos que el año anterior. Otras fuentes, como informes de la casa de cambio Zoom con datos de Western Union, indican disminuciones interanuales de hasta el 60% hasta julio. A esto se suma una devaluación del bolívar que supera el 350% en lo que va de año.

Esta combinación de inflación en dólares, salarios congelados y remesas en picada se traduce en una contracción brutal del ingreso real. Por ello, el aparente "crecimiento" del 10-15% en ventas para diciembre es, en esencia, un espejismo contable. No refleja un aumento en el volumen de productos vendidos, sino un incremento pronunciado en los precios expresados en dólares. Es un crecimiento nominal, no real. Si vemos los datos para inicios de año el kilo de harina precocida de una marca reconocida se marcaba en 0,98 USD, en la actualidad cuestas entre 1,41 y 1,50 USD, un incremento de entre 40 y 50%

Entre diciembre de 2023 y 2024, con más remesas, la irrupción de la inflación en la segunda mitad del 2024 ya generó una caída en el volumen de ventas. Para 2025, con inflación superior y remesas en caída récord, la conclusión es inexorable: pérdida de poder adquisitivo y, por ende, de consumo real.

LA HUELLA DE LA DESIGUALDAD: El Abismo que la Inflación Ahonda

El contexto externo, con sanciones internacionales e inestabilidad geopolítica, sigue siendo un lastre para la recuperación económica venezolana y ahora con amenazas de conflicto bélicos la inestabilidad se tambalea aún mas. Pero es en el plano interno donde la crisis muestra su rostro más cruel y desigual. El diciembre de 2025 será el fiel reflejo de una sociedad fracturada. Por un lado, un segmento minoritario de empresas aquellas con capacidad de ajustar precios en dólares, y por no decir lo menos, con incrementos alto en sus precios , tal vez incluso por encima de la brecha cambiaria. Por el otro, se encuentra la inmensa mayoría de la población, millones de familias que verán cómo su ya deprimida capacidad de compra se contrae aún más. La calidad y cantidad de los artículos navideños, desde los ingredientes para la cena tradicional hasta el calzado y la ropa para las fiestas se verán sensiblemente mermadas. Lo que para algunos es un balance positivo, para la mayoría es una Navidad más austera y preocupada.

Conclusión: La Navidad Más Cara y la Mesa Más Vacía

Al final del camino, la narrativa del "crecimiento" navideño en Venezuela para 2025 resulta ser la puesta en escena del incremento de la desigualdad. Es el resultado de contabilizar en dólares una economía donde la moneda local se desvanece y los precios se disparan, no por un dinamismo de la demanda, sino por el incremento de los precios. El país se encamina hacia una paradoja dolorosa: celebrar la Navidad con el ticket de compra promedio más alto de su historia, pero con el carrito de la compra más vacío. Este diciembre no marcará un punto de inflexión hacia la recuperación, sino que consolidará un modelo perverso donde la riqueza se concentra en la cúspide, mientras la base social se hunde en la lucha por la mera subsistencia. El verdadero termómetro de la economía no será la facturación en dólares reportado por los comercios, sino el contenido de las ollas y la calidad de los regalos en los hogares venezolanos. Y ese termómetro, previsiblemente, marcará un frío intenso.

Nota leída aproximadamente 1566 veces.

Las noticias más leídas: