Los precios se desataron: Y ahora ¿quién podrá defendernos?

Jueves, 30/10/2025 05:42 AM

El DESCONTROL

El descontrol de precios es total. No vale de mucho buscar atajos, intentar protegerse adquiriendo divisas, criptomonedas, comprar rápidamente los bienes necesarios para sobrevivir, buscar alternativas para salvarse, al final siempre te alcanza el verdugo: la situación parece no tener salida, como en el laberinto del Minotauro sin el hilo salvador de Ariadna.

Desde hace semanas el problema cobra una dimensión inusual, a pesar de que ya hemos vivido varios procesos similares en los últimos años y deberíamos estar acostumbrados, esta situación de las últimas semanas tiene aristas más hirientes, frustrantes, desesperanzadoras, como cuando un paciente de una enfermedad crónica cree que ya pasó lo peor y se presenta una recaída.   

Entonces aparecen las acostumbradas soluciones: control de precios, control de cambio, mano dura, aplicar todo el peso de la ley. Más de lo mismo. Ninguna ha servido antes y no servirán ahora, si no se acompañan de medidas más estructurales.

Al mismo tiempo las redes sociales se inundan de versiones que van desde echarle la culpa de la inflación al gobierno por prender la maquinita de hacer dinero, pasando por el tradicional sermón de que el socialismo es productor de pobreza (y fracasó) hasta la manoseada fórmula de que es culpa de poner lo público por encima de lo privado. Conclusión: dejen trabajar a la economia y esta hará milagros (con los empresarios como salvadores), menos Estado y más Mercado.

 ¿ES POSIBLE ENTENDER EL PROBLEMA REAL?

Es vital intentar poner en claro este espinoso asunto. Ninguna de las explicaciones antes citadas y otras que abundan en la calle parecen dar en el clavo. Intentemos dar un poco de claridad.

EL PRIMER PUNTO CLAVE: EL TAMAÑO DE LA ECONOMIA (EL PIB)

Hemos aprendido, de las lecturas, que un marinero perdido en alta mar busca orientación en la Estrella Polar. El tamaño de la economia es la clave para buscar orientación en este laberinto, esa es la Estrella Polar de la economia. Veamos. Hagamos lo que hace un buen doctor con un paciente crónico: indagar sus antecedentes, su herencia genética, sus enfermedades anteriores, etc. 

Según varias organizaciones dedicadas a recabar y publicar información y los respectivos análisis económicos sobre Venezuela, estas plantean que el peso de nuestra economía está alrededor de los $234,34 mil millones de dólares (estimación 2025), ocupando el puesto 72 a nivel mundial (recordemos que el BCV dejó de publicar esas cifras, por eso recurrimos a otras fuentes). Con una expectativa de crecimiento del 7,71% para el primer semestre de 2025, según la CEPAL.

De acuerdo a análisis de la profesora Pasqualina Curcio, para que un volumen determinado de PIB se pueda cristalizar en nuestra economia, se necesitan entre el 35% y el 45% del valor de ese PIB en medios de pago circulando, en liquidez necesaria en circulación (la sangre), sin la cual es imposible que ese PIB se cristalice (observando el comportamiento de nuestra economía y de acuerdo a datos históricos del propio BCV). Recordemos que el PIB de un país es la suma de todas las transacciones formales (facturas de por medio) ocurridas en ese país en un periodo determinado (un año por lo general), por tanto, sin los medios de pago suficientes es imposible que esa economía se produzca. 

Pongamos este ejemplo, un elefante adulto necesita aproximadamente unos 350 litros de sangre para poder vivir, entre el 5% y el 8% de su peso corporal. Un ratón necesita entre 77 y 88 mililitros de sangre por cada kilogramo, es decir, entre el 7% y el 8% de su peso corporal. El punto común del elefante y el ratón es el 8% (aproximado) de sangre según su peso corporal. La cantidad absoluta, el litraje de sangre específico, depende del tamaño de su masa corporal. Lo mismo opera en la economia. En el caso de nuestra economia, según análisis de la data del BCV hechos por Curcio, se necesitan entre 82 mil millones de dólares (35% del PIB) y 105 mil millones de dólares (45% del PIB) para que se pueda cristalizar (para que suceda de verdad, como la sangre del elefante) ese volumen del PIB. Eso indican los datos históricos de nuestra economía (datos publicados por el propio BCV).

LA SANGRE FALTANTE

El BCV colocó entre el año 2024 y lo que va de 2025 un aproximado de 7.340 millones de dólares en las mesas de cambio de la banca comercial (aproximadamente 5 mil millones en 2024 y 2.340 millones en lo que va de 2025, que se supone determina el precio del Tipo de Cambio, el precio de las divisas respecto al bolívar); pero esa cifra apenas representa el 3,2% del PIB estimado hoy como el tamaño de nuestra economía. Si a eso le sumamos los 539,5 mil millones de liquidez en bolívares que hoy circulan (M2) según cifras del propio BCV, eso significan unos 2.454 millones de dólares más, que sumado a todos los medios de pago en divisas dan un total equivalente a 9.794 millones de dólares, es decir, apenas un 4,18% de liquidez (expandida). Todavía falta sangre.

¿EL BCV PRENDIO LA MAQUINITA?

SI; pero no la de crear dinero, sino la de destruirlo. En bolívares apenas circula un magro 1,05% de liquidez o medios de pago en bolívares en comparación con el PIB. 

Primera conclusión: el incremento de la inflación (y la respectiva devaluación de la moneda nacional, el bolívar) no es por exceso de liquidez monetaria, no es porque se prendió la maquinita de hacer dinero: aquí muchos economistas salen raspados. La respuesta está en otra parte. 

Por cierto, esos 7.340 millones de dólares que vendió el BCV en las mesas de cambio en estos dos años, representan (a una tasa promedio del tipo de cambio de 36 bolívares por dólar) unos 264 mil millones de bolívares, más del 50% de la liquidez en circulación actual en bolívares y en una sola cuenta del Estado ¿Qué pasó con ese dinero? Suponemos que el BCV los quemó, eliminó, suprimió, secó liquidez, etc. ¿Es legal? SI, pero es un absurdo del tamaño del cielo. Siguen tributando al dogma monetarista de que la liquidez es la causante de la inflación: aquella falsa sentencia de que todo fenómeno inflacionario es monetario en todo momento y en todo lugar (ideología).

EL PRECIO DE LA DIVISA: EL TIPO DE CAMBIO

La otra versión muy extendida y recurrente es que el BCV oferta muy pocas divisas (y por eso se encarecen): FALSO. Es verdad que el BCV ha colocado muy pocas divisas entre 2024 y 2025 (aunque son un gran volumen de lo que percibimos); pero entre los años 2011 y 2013 el BCV colocó más de 64 mil millones de dólares y mientras el precio oficial era de 5,6 bolívares por dólar, el dólar paralelo triplicaba ese valor (casi 16 bolívares por dólar). Coloque pocas o coloque muchas, siempre opera otra dinámica que va en contra del sistema de precios que impulsa ese tipo de cambio especulativo. Lamentable para aquellos que creyeron encontrar aquí la explicación al fenómeno inflacionario.

 SEGUNDO PUNTO CLAVE: EL BCV NO TIENE EL CONTROL DEL MERCADO MONETARIO

El BCV no tiene el control del mercado monetario, ni lo podrá tener en un futuro cercano de seguir operando tal como lo ha hecho hasta ahora. La razón es muy simple, si apenas controlas un 4,18% de liquidez (expandida) de nuestra economía, NO controlas el 95,82% restante que debe estar circulando para que se puedan dar las transacciones de compra-venta que permiten cristalizar ese PIB estimado de nuestra economía de alrededor de 234,34 mil millones de dólares. Por tanto, es ingenuo y necio esperar que el BCV controle lo que NO puede controlar, lo que escapa a sus manos. Debemos buscar (estamos obligados a ello) otras explicaciones y otras alternativas de solución al problema.

De lo anterior podemos identificar que el MERCADO de monedas (o más bien de medios de pagos) EXISTE y no está controlado por el BCV.  Ese mercado lo constituyen actores del sector privado en posesión de medios de pago (divisas de diverso origen, incluyendo las que en décadas ha entregado el BCV), criptomonedas (USDT, USDC) expresadas o transadas en diversas plataformas (Binance, Zelle y otras) que permiten completar la sangre que el sistema necesita para ser, para producir ese volumen del PIB que antes mencionamos, proceso que es imposible que suceda sin esa cantidad de sangre. 

Por supuesto que existe un componente especulativo que prevalece en este mercado; pero no todo el que participa en ese mercado está en clave especulativa, muchos apenas logran correr la arruga de la devaluación de sus inventarios, que de no hacerlo serán expulsados de la actividad económica. No somos una sociedad de especuladores. El Estado (el aparato, el gobierno) se desentendió del problema y asumió la narrativa monetarista de que hay que controlar lo que NO se puede controlar (por lo menos con estas políticas) y esto es aprovechado por los que tienen más poder de incidir en ese mercado, los grandes cacaos.  Mientras tanto el sistema resultante favorece la pauperización de los asalariados y crea las condiciones de protección del sector privado: tanto del productivo como del especulativo, con el lema (históricamente en contra de los asalariados) de que primero hay que producir la riqueza y luego hay que distribuirla (la teoría neoliberal del goteo, que a la actualidad no ha sido más que una engañifa).

TERCER PUNTO CLAVE: EL PROBLEMA ES DISTRIBUTIVO, NO ES MONETARIO

Aquí viene lo más importante. Nos han distraído haciéndonos creer que el problema es monetario (aunque un componente importante se expresa en lo monetario, como la fiebre del paciente tampoco nos dice cuál es la enfermedad de fondo que padece) y que controlar el valor de la moneda es lo fundamental, mientras los bienes de la economía se siguen distribuyendo cada vez de forma más inequitativa. Incluso legalmente el BCV está blindado, porque si bien está obligado a proteger el valor de la moneda, NO así la capacidad adquisitiva de los asalariados. Inconsistencias de un modelo que dice estar orientado hacia la construcción del socialismo.

Para entender esto es preciso identificar dos grandes escenarios. El primero es el de los bienes reales, producidos por toda la sociedad. El otro escenario es el de las representaciones virtuales de esos bienes (precios y expresiones monetarias). Este segundo escenario, a pesar de ser virtual (no irreal, pues existe y condiciona al otro escenario donde se producen y se distribuyen LOS BIENES REALES) tiene consecuencias que impactan el otro escenario, el de los bienes reales. Aunque algunos marxistas distraídos siguen repitiendo que los incrementos de precios no aumentan la ganancia, porque no cambian el valor total del producto socialmente producido, olvidan que Marx lo explicó en Salario, Precio y Ganancia, replicando al señor Weston, que siendo eso verdad (que no incrementaban el valor total del producto), también lo era que los descontroles de precios aumentaban el tamaño de la cuchara con el que tomaban la sopa los burgueses, mientras la cuchara de los asalariados se hacía cada vez más pequeña, tomando el ejemplo de la sopa expresada por John Weston, es decir, el descontrol de precios cambia la matriz distributiva a favor de la burguesía. Y concluía Marx que, a pesar de eso, era importante continuar la lucha por aumentos salariales.

Cuando nos dicen que la economia está creciendo, siendo verdad, no lo sentimos en nuestra capacidad adquisitiva del día a día. Y es porque el nivel de precios, si bien no cambia el valor real del total de lo que se produce (aquí Marx sigue teniendo razón), el nivel de precios, o más bien, la falta de coherencia (equivalencia de lo aportado a lo recibido socialmente entre los diversos actores o más bien clases sociales) en la relación de precios entre las diversas mercancías y el precio de la mercancía clave (la fuerza de trabajo), el salario, producen un cambio sustancial en la matriz de distribución de la riqueza creada por toda la sociedad. Unos perciben una tajada desproporcionada (en relación con su aporte al valor del producto socialmente creado) y otros apenas logran sobrevivir el día a día.   

ENTONCES ¿ESTAMOS PERDIDOS?

NO.  Aquí viene EL CUARTO PUNTO CLAVE (y la solución para salir del laberinto)

Una vez más debemos insistir que la solución es la INDEXACION DEL SALARIO ¿Es una necedad insistir en ello? NO. Es la única solución históricamente probada. Tenemos varios ejemplos, entre los cuales destaca el Plan Real de Brasil en el año 1994 y toda la documentación científica aportada a ese plan por la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro. 

Lo hemos explicado en diversas oportunidades (llevamos años en esta tarea). Toda la economia está indexada, es decir, todo el que produce una mercancía o la vende (local o importada) va adecuando los precios a la inflación (pasada o por venir, a esto último lo llaman expectativas racionales; los economistas burgueses siempre dando nombres extravagantes a la especulación). Es decir, tanto los capitalistas industriales (capital industrial), como los capitalistas comerciales (capital comercial), se indexan, ajustan los precios, aplican ajustes por inflación o como quieran llamarlo.  Pero en esta ley de la selva se quedan por fuera varias especies: gobierno, asalariados y banqueros. ¿Banqueros? SI, banqueros. Y aquí está la clave de lo que proponemos.

LOS BANQUEROS NOS DAN LA BRUJULA PARA SALIR DEL LABERINTO

No vayamos tan lejos en el tiempo, como para analizar el Plan Real de Brasil del año 1994 (más de 30 años atrás). Aquí cerquita tenemos el Plan de los banqueros para escapar de la inflación y de la devaluación de sus patrimonios o activos financieros. Para entender esta clave debemos ir al 19 de enero del año 2021 cuando el Banco Central de Venezuela (BCV) estableció, mediante la Resolución No. 21-01-02, que los créditos a los que se refiere dicha Resolución deben ser expresados únicamente mediante el uso de la Unidad de Valor de Crédito (UVC). Es decir: los banqueros quedaron dentro del universo de los INDEXADOS, cuando antes de esa resolución estaban fuera, como el resto de los mortales. El BCV les creó a los banqueros su mecanismo de indexación, porque era el único sector del capital (capital financiero) que no podía indexarse por cuenta propia. Entonces, sabiendo que nadie sabe más que los banqueros sobre cómo funciona el dinero, no nos queda más opción que intentar descifrar esta jugada.

¿Qué fue lo que pasó? La banca le dijo al gobierno: no nos importa qué vas a hacer con la inflación, si la controlas, si no la controlas, no es nuestro problema, dame un salvavidas (LA INDEXACIÓN) y más nada. Por otro lado, el gobierno, lentamente ha venido indexando todos los servicios (tasas, aranceles, multas, trámites, etc.) excepto el presupuesto público que sigue a la intemperie, expuesto a los rigores de la tempestad devaluatoria. Solo están por fuera del SISTEMA INDEXATORIO los ASALARIADOS.

CONCLUSIONES

  1. Queda claro que la inflación que estamos viviendo NO tiene un origen monetario, no es por exceso de liquidez circulando o porque el BCV prendió la maquinita de hacer dinero y saturó el mercado de liquidez, entonces ese dinero extra disparó la demanda y la famosa ley de la oferta y la demanda hizo que los precios de los bienes se disparasen. Por tanto, es un exabrupto que el BCV desintegre (elimine de un teclazo) el equivalente a más del 50% de la liquidez actual, resultante de la venta de divisas públicas, solo para tributar a un dogma monetarista que la realidad se empeña en descreditar, dinero que pudo haber servido para pagar mejores salarios del sector público, por decir lo menos.

  2. Todos los actores económicos (los capitalistas: capital industrial, comercial y ahora financiero) se incluyeron en el espacio INDEXADO de la economia (hasta el aparato del Estado, gobierno en diversas instancias). Solo quedan por fuera LOS ASALARIADOS.

  3. El gobierno decidió desatender los controles de la economía dejando el terreno libre y a disposición del sector privado. Los controles, la mano dura, aplicar todo el peso de la ley son medidas necesarias, pero insuficientes e inútiles si no se INDEXAN LOS SALARIOS. Esta desatención tiene particular dramatismo en los derechos laborales que hoy son casi inexistentes. El país es una gran maquila, con los salarios y el costo de despido más baratos del mundo.

  4. Las divisas públicas no deben ser asignadas más en ese mecanismo mal llamado mercado de divisas, que son las mesas de cambio. Hay que dejar que el sector privado sostenga, como efectivamente ya vimos que existe, el verdadero mercado de divisas, criptomonedas y otros medios de pago. Porque la inyección de divisas públicas (que funciona más como un mecanismo de asignación que como mercado), si bien no define realmente los precios del tipo de cambio, si a ayudan a distorsionarlo, porque pueden ser una fuente de corrupción si no se hace de forma transparente.

  5. Finalmente. La calle es un termómetro del malestar sobre el tema económico y salarial en especial, y en esta coyuntura, cuando existen verdaderas amenazas a la integridad soberana de la Patria, desde adentro y desde afuera (coligados), es fundamental atender este tema, por lo menos ponerlo en la agenda del debate (hoy inexistente) y buscar solucionarlo de verdad, sin ambages y dilaciones, para blindar la unidad del pueblo en defensa de la soberanía de nuestra amada Patria. Porque no olvidemos que LA PATRIA ES EL HOMBRE ( y LA MUJER ).

 

tonyboza@gmail.com

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