La Paradoja del crecimiento sin inclusión: Lecciones de la desigualdad en Argentina y Venezuela

Sábado, 18/10/2025 05:43 AM

El Contraste de Paradigmas: Crecimiento sin Distribución vs. Planificación Inclusiva

El debate sobre cómo generar prosperidad se reduce a dos preguntas fundamentales: ¿Crecemos primero y luego distribuimos, o la distribución es el motor intrínseco del crecimiento?

La primera opción se alinea con la visión del "Especialista en Crecimiento con y sin Dinero", referido a Javier Milei, actual presidente Argentino, que es un enfoque que prioriza la estabilidad monetaria o la acumulación de capital bajo la premisa de que la riqueza eventualmente "se derramará." Esta visión ignora la planificación activa de la justicia social. El ejemplo más elocuente se dio al ser confrontado el presidente Javier Milei con la crisis social en Argentina: "¿Cómo le pongo plata a la gente?", denotando una ausencia de estrategia directa para el bienestar del trabajador.

Mi investigación doctoral sobre los Países con Alta Distribución del Ingreso (PADI) refuta esta pasividad. El modelo PADI establece que la distribución equitativa del ingreso es, de hecho, una estrategia probada para el crecimiento sostenible e inclusivo. La clave es simple: el Capital Humano es el principal motor.

Argentina y Venezuela: El fracaso del crecimiento regresivo

El desempeño económico en Argentina (bajo la nueva administración) y Venezuela exhibe la misma patología, a pesar de sus ideologías políticas opuestas (liberalismo estricto vs. estatismo no inclusivo): crecimiento económico con desigualdad. Este es el resultado inevitable de un modelo que no prioriza la Remuneración de Empleados (RE) en el PIB.

1. El caso extremo de Venezuela (PPDI)

Venezuela, con un 25,6% de RE sobre el PIB en 2023, se clasifica como un País con Peor Distribución de Ingresos (PPDI).

  • Este bajísimo porcentaje confirma que cualquier "crecimiento" reportado es regresivo.

  • El país registra un Índice de Distribución Justa de los Ingresos (IDJI) de 0,112 (Bajo), una métrica que integra la equidad salarial y la fragilidad social.

  • La consecuencia es un profundo deterioro del capital humano: los PPDI promediaron un índice Gini de 0,51, una cifra que evidencia la inestabilidad inherente de este modelo de acumulación.

2. La Crisis de la Distribución en Argentina

El enfoque económico actual en Argentina, que se manifiesta en el cierre de 26 empresas por día y el 80% de la gente sin llegar a fin de mes, apunta a una caída dramática del %RE/PIB y la demanda interna.

  • La crítica PADI: Cuando un economista se pregunta cómo "poner plata a la gente", revela que no está planificando un crecimiento con inclusión. El crecimiento debe ser diseñado para que el PIB aumente con incrementos proporcionales en salarios y productividad (+%RE/PIB).

  • El vínculo directo: La negación de una política salarial progresiva convierte al trabajador en una variable de ajuste, reduciendo su capacidad de consumo y, por ende, sofocando la demanda interna. Se genera crecimiento de bolsillo para pocos, a costa de la contracción económica para la mayoría.

La solución PADI: La planificación del 50%

Los PADI (ej. Suiza, Alemania, China) han demostrado que una distribución equitativa (RE >50% del PIB) fomenta la cohesión social, reduce la pobreza y estabiliza la economía.

La ruta para revertir la desigualdad en Venezuela y Argentina exige la adopción de los Seis Patrones Económicos para la Redistribución Equitativa, especialmente:

  1. Modelo microeconómico Fifty-Fifty: Distribuir equitativamente el 50% de los beneficios netos entre empleados y empresarios.

  2. Reforma fiscal progresiva: Aumentar la recaudación destinada a financiar salud, educación y protección social.

  3. Índice de Distribución Justa (IDJI): Utilizar esta métrica para monitorear el progreso, en lugar de depender únicamente de un PIB estadístico que esconde la miseria social.

El dilema en Argentina y Venezuela no es entre capitalismo y socialismo, sino entre un crecimiento ciego que profundiza la desigualdad (un modelo PPDI) y un crecimiento inteligente que se apalanca en la justicia social (el modelo PADI). El crecimiento es insostenible si no se traduce en el bienestar del capital humano. La aplicación del modelo PADI podría reducir la pobreza del 34% al 8% en países adoptantes, demostrando que la equidad no es un gasto, sino la inversión más rentable para una economía estable y próspera.

Nota leída aproximadamente 1217 veces.

Las noticias más leídas: