1. Introducción: La Crisis que Estados Unidos No Puede Ignorar
El fantasma de una crisis energética severa se cierne sobre Estados Unidos. La decisión de siete naciones del Golfo de reorientar sus exportaciones petroleras no es una contingencia más, sino el síntoma de un cambio de era. Como lo previó con agudeza el profesor y amigo, Dr. Eleazar Mujica, asistimos al ocaso del unipolarismo y al amanecer de un orden mundial multipolar.
Frente a este escenario, la administración estadounidense enfrenta una disyuntiva histórica con Venezuela. Una opción conduce a la estabilidad mediante el respeto; la otra, al abismo mediante la imposición. La nación bolivariana, con el pueblo como primer guardián y único beneficiario legítimo de sus recursos, no se intimida. Ha resistido la guerra multiforme más feroz de la historia contemporánea, una agresión que, como lo expuso magistralmente nuestro Canciller Yván Gil Pinto ante la ONU, combinó sanciones asfixiantes, ataques cognitivos y operaciones de desestabilización. Un plan que, según revelan analistas, incluso contempló una invasión militar descrita cínicamente como una opción "cool" por parte de altos funcionarios de la anterior administración estadounidense.
2. Los Pilares de una Negociación Soberana
Cualquier diálogo serio con Venezuela debe construirse sobre bases inquebrantables, lejos de la fallida metodología de la amenaza.
· Respeto Irrestricto a la Soberanía: El punto de partida es el reconocimiento pleno del Presidente constitucional Nicolás Maduro y de todas las instituciones de la República Bolivariana. Negar esta realidad es construir sobre arena.
· Lealtad a los Aliados Estratégicos: Venezuela honra sus compromisos. Nuestras alianzas con Rusia, China y otras naciones hermanas son sólidas y no están en discusión. Una política exterior soberana no admite vetos.
· Inserción en el Mercado con Soberanía: Estamos listos para ser un proveedor confiable de petróleo y otros recursos para el mercado global, incluyendo a Estados Unidos. Pero será bajo los términos de la Ley del Respeto Internacional y la Autodeterminación de los Pueblos, no bajo la lógica del saqueo. Como enseñaba el Comandante Chávez y se ha hecho honor a su legado, el recurso es para el desarrollo integral de la Patria.
3. El Camino Real: Pragmatismo y Beneficio Mutuo
Lejos de toda sumisión, la salida realista y beneficiosa para Washington es la negociación seria. Apretar los tornillos de la guerra multifórme ha sido un fracaso estratégico. La vía diplomática ofrece a Estados Unidos:
· Acceso Estable a Energía: Asegurar un flujo confiable de crudo y recursos desde la reserva más grande del mundo, contribuyendo a su seguridad nacional en un momento crítico.
· Estabilidad Regional: Un Caribe en paz es un interés común. La cooperación sustituye a la confrontación.
· Relaciones Predecibles: Entablar una relación comercial de Estado a Estado, con reglas claras y respeto mutuo, donde Venezuela provea recursos sin traicionar a sus aliados y bajo su marco legal.
Como lo ha analizado en profundidad el Mayor General Pascualino Angiolillo Fernández en su gestión y conferencias, enfrentar una guerra difusa exige una unión cívico-militar inquebrantable y una claridad estratégica que este gobierno ha demostrado desde el minuto uno.
4. Conclusión: La Elección es de Washington
Venezuela está firme. No nos asustan las amenazas; estamos forjados en la resiliencia. La pregunta no es qué más puede soportar Venezuela, sino cuánto más puede arriesgar Estados Unidos en una estrategia ruinosa.
La negociación soberana, que reconoce al pueblo venezolano como dueño de su destino y sus recursos, es la única puerta hacia una solución duradera. La otra salida, la injerencista y saqueadora, solo conduce a un conflicto prolongado con costos humanos y políticos que harían que Vietnam y Afganistán parezcan un prólogo. El mundo multipolar ha llegado. La elección entre la soberanía y el caos es, ahora, de Washington.