En nuestro artículo anterior, nos sumergimos en la entrañable fábula de “Con Real y Medio” y la sabiduría de la gallina, para entender cómo, históricamente, hemos gastado la inmensa fortuna de nuestros dólares petroleros en lugar de multiplicarla. Nos preguntábamos entonces: ¿Qué estamos haciendo con nuestro “Real y Medio” petrolero? ¿Lo estamos disipando, o lo estamos transformando para construir la prosperidad que Venezuela anhela?
Hoy, es momento de ir más allá de la pregunta y adentrarnos en la respuesta definitiva: Es hora de multiplicar, de dejar atrás el malgasto. Es hora de transformar radicalmente la manera en que el Estado venezolano gestiona la renta petrolera, pasando de un modelo que disipa el capital a uno que lo multiplica y lo pone, de manera efectiva, al servicio del desarrollo integral de todos. Este será el corazón de la Nueva Reforma Constitucional 2026, diseñada para sentar las bases inquebrantables de una Venezuela verdaderamente productiva, próspera y justa.
El Camino Viejo: Quemar el "Real y Medio" en Tonterías
Por décadas, el modelo económico de nuestro país ha sido el contrario al de la fábula. El Estado, que es el receptor de esos "reales y medios" (los inmensos dólares del petróleo), en vez de invertirlos con la visión de un granjero sabio, ha optado por un camino que, en términos económicos, denominamos el Principio de Transferencia Irreversible de Divisas sin Contraprestación Productiva (PTID-SCP).
¿Y qué significa eso en criollo? Significa que el gobierno, una y otra vez, ha tomado esos valiosos dólares y los ha vendido en el mercado interno como si fueran una mercancía cualquiera, casi "barata". Su único fin ha sido conseguir bolívares para cubrir gastos inmediatos o permitir que un grupo reducido pueda importar productos de afuera. Es como si el granjero de nuestra canción, en lugar de comprar su gallina para que le diera huevos, hubiera tomado su "real y medio" y se lo hubiera gastado en una fiesta fugaz o en dulces y juguetes que se consumen al instante, sin dejar ningún rastro de multiplicación.
¿Cuál es el doloroso resultado de este camino de "quemar" nuestras divisas?
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El Bolívar se devalúa sin cesar: Al inundar el mercado con bolívares sin un respaldo productivo genuino, nuestra moneda pierde valor a una velocidad vertiginosa.
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Los precios suben como la espuma (inflación): Tu salario, fruto de tu arduo trabajo diario, se vuelve agua entre las manos, incapaz de cubrir las necesidades más básicas.
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La producción nacional se asfixia: ¿Para qué producir en Venezuela si resulta "más fácil" importar con esos dólares "baratos"? Nuestras fábricas cierran, nuestros campos se quedan vacíos, y el ingenio venezolano se ve forzado a emigrar.
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La riqueza se concentra en unos pocos: Solo un grupo selecto, aquellos con acceso privilegiado a esos dólares subsidiados, se enriquece desproporcionadamente. Son los "vivos" que aprovechan la distorsión del sistema, mientras la inmensa mayoría de la sociedad se hunde en la pobreza y la desesperanza.
Este es un modelo parasitario, depredador y autodestructivo. Es la tragedia de la "quema de divisas petroleras" que ha generado una desigualdad insostenible y ha marcado dolorosamente nuestra historia económica y social.
El Nuevo Camino: Multiplicar el "Real y Medio" para una Renta Productiva (La Propuesta)
La propuesta del Dr. Andrés Giussepe Avalo es exactamente lo contrario a ese camino de despilfarro y autodestrucción. Es la aplicación de la sabiduría de "Con Real y Medio" llevada a la macroeconomía de nuestro país, y para ello se plantea una Reforma Constitucional en 2026 que garantice este cambio fundamental e irreversible.
¿Qué significa esto para Venezuela y para cada uno de nosotros?
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El Estado deja de ser el mero "vendedor" de dólares para convertirse en el "prestamista" sabio: Nuestros valiosos dólares del petróleo ya no se disiparán vendiéndose sin más. Ahora, el Estado los prestará, sí, ¡prestará! a los empresarios y proyectos productivos que realmente generen riqueza, empleo y valor agregado en Venezuela. Como el granjero inteligente que no se come su "real y medio", sino que invierte en su gallina para que esta le genere frutos.
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La renta petrolera se transforma en un activo financiero (¡Renta Productiva!): Los dólares no se gastan, se invierten estratégicamente y, lo más importante, se recuperan, ¡multiplicados! Es como cuando el granjero invirtió en su gallina: esa gallina dio huevos, de los huevos salieron pollitos, y de los pollitos, más gallinas. ¡El capital no solo se recupera, sino que se multiplica exponencialmente!
¿Cómo funciona esta "granja petrolera" y qué beneficios tangibles nos traerá a todos los venezolanos?
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Nuestras reservas internacionales crecerán robustamente: Tendremos un respaldo sólido e inquebrantable para nuestra moneda, garantizando que el bolívar se haga fuerte y estable, dándonos seguridad económica.
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El crédito se reactiva a gran escala: Los empresarios venezolanos, tanto grandes como pequeños, tendrán acceso al capital en dólares que necesitan para invertir en sus fábricas, modernizar sus campos, adquirir tecnología de punta. Su objetivo será PRODUCIR en Venezuela, no solo importar.
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El aparato productivo nacional despertará con fuerza inusitada: Veremos una drástica disminución de las importaciones y un auge de los productos hechos en Venezuela. Esto se traduce directamente en ¡más trabajo digno, bien remunerado y con futuro para nuestra gente!
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Los salarios aumentarán de verdad y de forma sostenida: Con una economía que produce, genera riqueza y una moneda fuerte, los salarios podrán crecer progresivamente y alcanzar niveles de vida dignos, como los de épocas de bonanza, garantizando que el dinero te alcance para vivir bien y prosperar.
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El Estado recaudará más impuestos de manera justa: Una mayor producción y más empleo significan más ingresos fiscales para el Estado, que podrá invertir en salud pública de calidad, educación de vanguardia, infraestructura moderna y seguridad ciudadana efectiva, sin la necesidad de depender exclusivamente de la renta petrolera.
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Los dólares prestados regresarán, ¡multiplicados y a perpetuidad!: El Estado recuperará los dólares que prestó (gracias al pago de créditos por parte de los empresarios), y ese capital se seguirá multiplicando en un ciclo virtuoso de inversión y prosperidad sin fin.
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Siempre tendremos capital financiero para el desarrollo: El FONADIR (Fondo Nacional de Desarrollo e Inversión para la Renta Productiva), que será el encargado de gestionar estos préstamos estratégicos, garantizará que el capital financiero proveniente del petróleo esté siempre disponible y creciendo para el desarrollo económico y social del país, asegurando el bienestar de las generaciones de hoy y de todas las que vendrán.
En resumen, la propuesta del Dr. Andrés Giussepe para la Nueva Reforma Constitucional 2026 no es solo un plan económico; es una invitación profunda a la sabiduría de nuestro pueblo, la misma que canta "Con Real y Medio". Es el momento crucial de dejar de ser el país que disipa su fortuna en un modelo rentista parasitario que solo genera desigualdad y empobrecimiento. Es hora de transformar y multiplicar nuestra riqueza petrolera, invirtiéndola con visión estratégica para que crezca, dé frutos abundantes y nos entregue la prosperidad que Venezuela, ¡nuestra hermosa Venezuela!, genuinamente merece.
El futuro de nuestra nación está en esta encrucijada, en esta decisión trascendental. ¿Permitiremos que nuestro inmenso "Real y Medio" siga siendo un botín fugaz para unos pocos, que se consume sin dejar rastro de bienestar para la mayoría? ¿O lo convertiremos en la semilla inagotable de desarrollo y prosperidad para todos los venezolanos, para siempre?