¿Por qué Venezuela es un país tan rico y tan pobre a la vez?

Miércoles, 16/07/2025 05:48 AM

Desde una perspectiva económica y de desarrollo, sobre Venezuela se afirma que "a pesar de ser uno de los países con mayores reservas petroleras del mundo, su economía muestra niveles de industrialización y desarrollo tecnológico similares a las naciones más pobres del mundo". Esto no es una falacia argumentativa, sino una paradoja empíricamente observada y ampliamente documentada en la literatura sobre desarrollo y economía de recursos naturales.

Esta afirmación encapsula el fenómeno conocido como la "maldición de los recursos naturales" o "paradoja de la abundancia". Esta teoría económica postula que los países con abundantes recursos naturales, particularmente petróleo y minerales, a menudo experimentan un crecimiento económico más lento y un menor desarrollo industrial y tecnológico en comparación con naciones con menos recursos o incluso con un modelo de desarrollo basado en la manufactura y la diversificación.

Aquí los puntos clave que sustentan la lógica de la afirmación:

  • Evidencia Histórica y Comparativa:

Si se comparan indicadores de industrialización (como el porcentaje del PIB proveniente de la manufactura, el empleo en el sector industrial, o la complejidad de la cadena de valor) y desarrollo tecnológico (inversión en I+D, patentes, exportaciones de alta tecnología) de Venezuela con países de similar nivel de renta per cápita o con aquellos que no poseen vastas reservas de petróleo, se observa una desproporción. Países con abundantes recursos a menudo se especializan excesivamente en la exportación de materias primas, descuidando el desarrollo de otros sectores productivos más complejos y generadores de valor agregado.

  • Enfermedad Holandesa:

Un mecanismo central de la maldición de los recursos es la "enfermedad holandesa". Los grandes ingresos por exportaciones de petróleo pueden llevar a una apreciación de la moneda local, lo que hace que las exportaciones no petroleras sean más caras y las importaciones más baratas. Esto desincentiva la producción manufacturera y agrícola local, ya que no pueden competir con los bienes importados, y debilita la inversión en tecnología y diversificación. Con el tiempo, esto erosiona la base industrial del país.

  • Rentismo y Ausencia de Estímulos a la Productividad:

La facilidad de obtener renta de la exportación de recursos desincentiva la búsqueda de eficiencia productiva, la innovación y la complejidad económica. La élite económica y política se concentra en capturar y distribuir esta renta, en lugar de fomentar la productividad y el desarrollo tecnológico que impulsen la industrialización. Las ganancias no provienen de generar valor, sino de la renta.

  • Dependencia Estructural:

La fuerte dependencia de un solo producto (el petróleo) hace que la economía sea extremadamente vulnerable a las fluctuaciones de precios internacionales. En los períodos de bonanza, el dinero "fácil" reduce la presión para diversificar y tecnificar; en los períodos de crisis, la falta de una base productiva diversificada agudiza los problemas económicos, sin una industria o tecnología robusta que sirva de amortiguador o motor de crecimiento alternativo.

La afirmación no implica que Venezuela sea exactamente igual a los países más pobres sin recursos naturales, sino que, a pesar de su riqueza petrolera, su estructura económica y sus indicadores de desarrollo industrial y tecnológico no reflejan esa ventaja comparativa y, en muchos aspectos, se asemejan a los de economías más pobres del planeta. En otras palabras, pese a su enorme riqueza natural, no ha seguido la trayectoria de desarrollo que cabría esperar de un país con tales ventajas, y en muchos aspectos estructurales, no ha logrado diferenciarse significativamente de economías que parten con una base de recursos mucho más limitada.

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