El Instituto de Investigación Aplicada de Jerusalén (ARIJ) criticó hoy la estrategia israelí de instalar más puestos de control y aumentar los cierres de carreteras en Cisjordania, en medio de una creciente tensión por la guerra en Gaza.
La Ribera Occidental es testigo de una realidad asfixiante como resultado de las políticas de ese país, afirmó la institución en un informe sobre el tema.
Esa práctica representa una herramienta para controlar y dominar la vida cotidiana de los palestinos, alertó.
ARIJ explicó que las tropas israelíes instalaron decenas de nuevas puertas en las entradas de ciudades y pueblos, y endurecieron las restricciones a la movilidad entre las gobernaciones.
Tales acciones obstaculizaron la libertad de circulación de los ciudadanos y la comunicación geográfica entre ciudades, pueblos y campamentos de refugiados palestinos, recalcó.
Apuntó que también supone para los ciudadanos costes adicionales de tiempo y dinero, además del sufrimiento diario.
Solo en la gobernación de Belén, el Ejército israelí estableció unos 150 puestos de control permanentes y temporales, además de puertas de hierro erigidas en las entradas de numerosas aldeas, resaltó.
El Instituto recordó que el artículo 33 del Cuarto Convenio de Ginebra, de 1949, prohíbe clara y explícitamente el castigo colectivo, mientras el 12 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de 1966, garantiza la libertad de movimiento.
Recientemente, el director general de la Cámara de Comercio e Industria de la Gobernación de Ramala y Al-Bireh, Salah Hussein, explicó que los retenes castrenses afectan el proceso de distribución de productos en los mercados del territorio.
Los camiones esperan en ocasiones más de siete horas en uno de esos puestos, lo cual dificulta enormemente la llegada de mercancías a otras gobernaciones, incluidos alimentos y medicinas, indicó.
Hussein resaltó que el 80 por ciento de las empresas y comerciantes palestinos aseguran que las barreras afectan su actividad.
Por su parte, la Cancillería palestina acusó Israel de imponer un régimen de apartheid en la ocupada Cisjordania mediante la instalación de más de 900 puestos de control militares, con el objetivo de desmembrar el territorio y anexarlo por partes.