Los migrantes, compuestos por 46 venezolanos y cinco ecuatorianos, viajaban en una lancha rápida que fue avistada por una patrulla del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) en la costa del Caribe de la comarca indígena Guna Yala, en la frontera con Colombia.
El capitán Carlos Reyes, del Tercer Batallón Puerto Obaldía del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), explicó que los agentes intentaron detener la lancha, pero esta huyó y encalló en una playa.
Los individuos que operaban la embarcación lograron escapar hacia la selva y las autoridades están haciendo operativos para capturarlos y contrarrestar el tráfico ilícito de migrantes.
De los migrantes abandonados, 10 recibieron atención médica debido a heridas leves sufridas cuando la lancha encalló en la playa, ubicada en el corregimiento de Tubualá.
Este incidente se suma a un panorama de migración irregular que atraviesa Panamá, siendo una ruta de tránsito para miles de personas provenientes del sur del continente que se dirigen hacia Norteamérica.
Mayormente compuesto por venezolanos, seguidos de haitianos y ecuatorianos, este fenómeno migratorio representa un desafío humanitario y de seguridad nacional.
En lo que va de año, más de 308.000 migrantes, incluyendo un 20 % de menores de edad, han llegado a Panamá a través de la peligrosa selva del Darién, fronteriza con Colombia.
Las autoridades locales y organismos internacionales establecieron estaciones migratorias para proporcionar asistencia médica y alimentaria a los viajeros que enfrentan dificultades en su camino, enfrentando tanto las condiciones adversas de la selva como la amenaza de grupos criminales.
Panamá considera esta situación un asunto tanto humanitario como de seguridad nacional, señalando que los países del sur de América han dado la espalda al problema migratorio.
*Con información de Efe y RSS