La Coyuntura Política Venezolana

Estrategia Nacional de Seguridad de EEUU: Despliegue militar en el Caribe con ejecuciones extrajudiciales

Martes, 23/12/2025 10:14 PM

La Estrategia Nacional de Seguridad de EEUU: Despliegue militar en el Caribe con ejecuciones extrajudiciales

La Coyuntura Política Venezolana

 

Estamos siendo confrontados con acontecimientos que, muy a corto plazo, tienen capacidad para redefinir el presente y el futuro del país, y frente a los cuales se ha carecido de respuesta.

Donald Trump ordenó bombardear 29 embarcaciones y fueron asesinadas, entre el 1 de septiembre y el 20 de diciembre del presente, 104 personas acusadas de “narcoterroristas” sin prueba alguna, violando flagrantemente el derecho internacional. En un acto de descarada piratería, se apropió de dos supertanqueros con su carga de casi cuatro millones de barriles de petróleo venezolano. A través de su plataforma, Truth Social, el 29 de noviembre de 2025, Trump emitió el siguiente mensaje:

A todas las aerolíneas, pilotos, narcotraficantes y traficantes de personas, por favor consideren que el espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela está cerrado en su totalidad.

Dos semanas más tarde, el 16 de diciembre, en dicha red social, informó que:

Venezuela está completamente rodeada por la mayor armada jamás reunida en la historia de Sudamérica. Sólo crecerá, y el shock para ellos será como nada que hayan visto antes — hasta que devuelvan a Estados Unidos todo el petróleo, tierras y otros activos que nos robaron anteriormente”.

Además, agrega que:

…el régimen venezolano ha sido designado ORGANIZACIÓN TERRORISTA EXTRANJERA. Por lo tanto, hoy he ordenado UN BLOQUEO TOTAL Y COMPLETO DE TODOS LOS TANQUEROS SANCIONADOS que entren y salgan de Venezuela.

No está de más aclarar que en el derecho internacional, el único organismo que tiene atribuciones para imponer sanciones es el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y esto solo en caso de que exista una amenaza a la paz internacional. Estas “sanciones”, así como todas las que el gobierno de Estados Unidos ha impuesto a Venezuela en los últimos años son propiamente, actos de guerra, carentes de toda legalidad.

Nada de esto corresponde a decisiones impulsivas, ni está dirigido exclusivamente a Venezuela. Son las expresiones concretas de la aplicación de la nueva Doctrina de Seguridad Nacional de Estados Unidos, dada a conocer el 4 de diciembre 2025.

Es éste un documento contradictorio, bastante incoherente, en que por un lado reconoce que Estados Unidos ha estado sobre extendido, y que ya no tiene capacidad para seguir siendo el policía del planeta, con un cierto tono aislacionista, que incluso afirma una “predisposición al no intervencionismo”; mientras, por otro lado, reafirma una y otra vez el “derecho” de Estados Unidos a actuar, en cualquier parte del mundo en defensa de sus propios intereses. Dice dicho documento:

Tras el fin de la Guerra Fría, las élites de la política exterior estadounidenses se convencieron de que la dominación permanente del mundo entero era lo mejor para nuestro país. Sin embargo, los asuntos de otros países sólo nos preocupan si sus actividades amenazan directamente nuestros intereses.”

Para un país cuyos intereses son tan numerosos y diversos como los nuestros, no es posible una adhesión rígida al no intervencionismo.

Igualmente:

Estados Unidos no puede permitir que ninguna nación se vuelva tan dominante que pueda amenazar nuestros intereses.

En este documento se defiende la plena prioridad de las naciones sobre cualquier institucionalidad supranacional que pueda limitar su autonomía, oponiéndose a un “transnacionalismo que busca disolver la soberanía individual de los estados”, por considerar que “El mundo funciona mejor cuando las naciones priorizan sus intereses.” Sin embargo, esta soberanía no es para todos, sino exclusivamente para Estados Unidos.

Defendemos los derechos soberanos de las naciones, nos oponemos a las incursiones de las organizaciones transnacionales más intrusivas que agotan la soberanía, y apoyamos la reforma de esas instituciones para que ayuden, en lugar de obstaculizar, la soberanía individual y promuevan los intereses estadounidenses.

Donde no hay ambigüedad alguna es en la caracterización de América Latina que, según esta doctrina de Seguridad Nacional, es y seguirá siendo, su patio trasero. Se afirma en términos categóricos el denominado Corolario Trump a la Doctrina Monroe que:

Es una potente y de sentido común restauración del poder y las prioridades estadounidenses, coherente con los intereses de seguridad estadounidenses.

Tras años de abandono, Estados Unidos reafirmará y aplicará la Doctrina Monroe para restaurar la preeminencia estadounidense en el hemisferio occidental y proteger nuestra patria y nuestro acceso a geografías clave de toda la región. Negaremos a los competidores no hemisféricos la capacidad de posicionar fuerzas u otras capacidades amenazantes, o de poseer o controlar activos estratégicamente vitales, en nuestro hemisferio.

Para lograr esto: “Estados Unidos debe reconsiderar nuestra presencia militar en el hemisferio occidental”, reajustando “nuestra presencia militar global para abordar amenazas urgentes en nuestro hemisferio”.

Se afirma que, en la lucha contra los cárteles, “cuando fuera necesario” se utilizará la “fuerza letal para reemplazar la fallida estrategia de sólo fuerzas del orden de las últimas décadas.”

El hemisferio occidental alberga muchos recursos estratégicos que Estados Unidos debería asociarse con aliados regionales para desarrollar, para hacer que los países vecinos y el nuestro sean más prósperos.

Se afirma que:

Estados Unidos debe ser preeminente en el hemisferio occidental como condición de nuestra seguridad y prosperidad, una condición que nos permita afirmarnos con confianza donde y cuando sea necesario en la región.

Para ello es necesario revertir los “grandes avances” en el continente de los competidores, obviamente refiriéndose a China y Rusia.

Los competidores no hemisféricos han logrado grandes avances en nuestro hemisferio, tanto para perjudicarnos económicamente en el presente, como de formas que podrían perjudicarnos estratégicamente en el futuro. Permitir estas incursiones sin una resistencia es otro gran error estratégico estadounidense de las últimas décadas.

Se reafirma en términos muy categóricos, en un lenguaje de guerra fría, una amenaza que ha sido formulada, una y otra vez, por diferentes gobiernos estadounidenses. ¡Están con nosotros o están contra nosotros!

La elección que todos los países deberían enfrentar es si quieren vivir en un mundo liderado por Estados Unidos, con países soberanos y economías libres, o en uno paralelo, en el que estén influenciados por países al otro lado del mundo.

Y, a pesar del prácticamente unánime consenso científico de que la mayor amenaza a la vida en el planeta es el colapso climático, no sólo no se lo plantean como problema de seguridad, descartan todo esto como ideología.

Rechazamos las desastrosas ideologías del "cambio climático" y el "Cero Neto" que han dañado tanto a Europa, amenazan a Estados Unidos y subvencionan a nuestros adversarios.

La lectura detenida del documento Estrategia de Seguridad Nacional, nos debería llamar a preocupación. Trump se distancia de “las élites de la política exterior estadounidense que se convencieron de que la dominación permanente del mundo era lo mejor para nuestro país”, pero muestra el mayor de los cinismos para decir, a renglón seguido, “…los asuntos de otros países sólo nos preocupan si sus actividades amenazan directamente nuestros intereses.” Ese juego de palabras tiene demasiadas muertes a cuestas como para reírse de él, a pesar de lo cómico que pueda resultar. Es a eso a lo que nos confrontamos. A una deliberada exhibición de supremacismo, con el propósito de extorsión a través de la amenaza de su poderío militar y capacidad destructiva. En el Caribe está desplegada, en la práctica, lo que se postula doctrinariamente en dicho documento.

No es necesario ser demasiado patriota para indignarse. Basta con un poquito de humana dignidad, de amor propio, de respeto por nosotros mismos, para rechazar una tan miserable manifestación de abuso, una agresión tan insultante como pretender que nosotros, Venezuela, fuimos los que robamos nuestro petróleo que era de ellos, junto con las tierras, con todo. Las valiosísimas tierras raras también.

Del mismo modo en el que Trump retrató a la política antidrogas del gobierno estadounidense con el indulto al convicto, confeso y sentenciado a prisión por ser responsable de meter en Estados Unidos 500 toneladas de cocaína, Juan Orlando Hernández, ex presidente de Honduras, con el documento Estrategia de Seguridad Nacional ha radiografiado al instinto de ave de rapiña que guía su política exterior. Trump no le dejó espacio al engaño, y nos dejó, entre otros, dos problemas políticos:

Primero. ¿Cómo evitar que el instintivo y justificadísimo rechazo de cualquier persona de este país, con sentido de pertenencia, a la insultante amenaza de la estrategia de seguridad nacional estadounidense y su “armada invencible” desplegada en el Caribe, pueda seguir siendo utilizada por el autoritario gobierno Maduro-PSUV para buscar legitimarse? ¿Cómo dejar suficientemente claro que, con la misma fuerza que enfrentamos la agresión contra la soberanía nacional que representan las acciones del gobierno estadounidense, seguiremos enfrentando la agresión a la soberanía popular que burló y birló su voluntad el pasado 28 de julio de 2024?

Segundo. ¿Cómo comunicar, asertiva y respetuosamente, al sector de la oposición representado por María Corina Machado, que la degradación del gobierno nunca justificará la degradación de la oposición al punto de promover una intervención militar extranjera en su propio país? ¿Cómo pedirles que se pronuncien en contra de la acusación de Trump, de que nosotros, Venezuela, fuimos quienes les robamos a ellos, los Estados Unidos, el petróleo y las tierras de Venezuela a lo largo de la historia? ¿Cómo facilitar el diálogo nacional ahora que Trump habla de soberanías si están aceptando incondicionalmente el liderazgo de los Estados Unidos? ¿Soberanos y sometidos es posible? ¿Aceptar el liderazgo de los Estados Unidos también implica que se llevarán las tierras raras y el petróleo?

En esta Navidad los venezolano estamos expuestos a dos amenazas que nos humillan: por un lado, el despliegue militar estadounidense, y por el otro, la puerta giratoria del gobierno de Maduro y el PSUV que libera un preso y apresa cuatro, siendo los ejemplos más recientes el comunicador social Nicmer Evans, y el presidente de Fetracarabobo, Omar Escalante. La Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución llama al pueblo venezolano a estar preparado para enfrentar cualquier pretensión de resolver la situación venezolana a cañonazos, y fomentar, aprovechar y promover todos los diálogos posibles en las diferentes expresiones, organizadas o no de la ciudadanía.

¡Libertad para todos los presos políticos!

¡No al bloqueo y a la intervención militar de EE.UU. en Venezuela!

Venezuela, diciembre 2025

 

Por  la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución

Antonia Muñoz, Carlos Mendoza Potellá, Roberto López, Ana S. Viloria, Santiago Arconada, Oly Millán, Mariano Crespo,              Gustavo Márquez, Luis Mogollón, Juan García, Héctor Navarro, Edgardo Lander

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