La encarnación del mal

Viernes, 19/12/2025 12:09 PM

Es posible que muchas personas no estén familiarizadas con el verbo "encarnar", por lo que me obligo a clarificar tal vocablo: viene del latín incarnare que significa "hacer carne" o "tomar forma corporal". De este verbo se deriva la palabra encarnación, que es la acción y efecto de encarnar, así mismo, expresa la personificación, representación o símbolo de una idea o doctrina. A manera de ejemplo, los pintores Velázquez y Goya encarnan al intelectual de su tiempo, Simón Bolívar es la encarnación de la independencia de América. Sin embargo, han existido y actualmente existen seres tan despreciables que se pueden tomar como modelo de la encarnación del mal, lo cual se refiere a la personalización o materialización de la maldad pura, se trata de una persona que no tiene ni un ápice de bondad.

En los tiempos antiguos la encarnación del mal estaba personificado, por lo general, por el emperador, un sujeto implacable, ególatra, con afán expansionista, esclavista, ambicioso de riquezas y sin ningún interés por resolver las adversidades de sus súbditos, quienes sufrían muchas penurias. Es por esto que, a pesar de que una dinastía permanezca por muchos siglos en el poder, el último representante de dicha estirpe finalmente la conduce al eclipse, simplemente porque nada es eterno. Se trata, por ejemplo, del imperio persa que desapareció en el 330 a.C, bajo el mandato de Darío III; el imperio bizantino que duró hasta el 1543 d.C bajo el rigor de Constantino XI Paleólogo; el imperio romano que se desvaneció el 476 d.C bajo el mando de Flavio Rómulo Augusto; el gran khan del imperio mongol, el cual se disipó el 1368 d.C; el imperio otomano que duró hasta 1917 bajo el guía del sultán Mehmed VI…Así como los anteriores otros imperios y nuevos representantes de la encarnación del mal se marchitaron, con ellos se extinguió la ralea que acompañó al último soberano en sus inflexibilidades y que tanto daño le hicieron al prójimo.

Con el tiempo los malos no desaparecieron y nuevos infames se dedicaron a organizar el mundo desde otra parte del planeta. Surgen los linajes ambiciosos de Europa organizados en monarquías, en su pretensión de dominar el mundo, como es el caso de Francia, España, Portugal, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Noruega, Países Bajos, Reino Unido entre otras. Y algunas de estas noblezas en su afán de apoderarse de las tierras ajenas comienza a luchar entre ellas, guerras que perduran por décadas y en algunos casos más de un siglo. Lamentablemente el mal tiene brazos muy largos y las tierras de Europa quedaron muy pequeñas para los monarcas ambiciosos y era necesario extender sus dominios hacia otros lugares del planeta: Asia, África y Oceanía. Muchos de aquellos reinos se convirtieron en imperios arrogantes ávidos de riquezas y tal como en las épocas pasadas, comenzó la conquista y la colonización de nuevos territorios.

El mal se fue extendiendo hacia otros lugares del planeta y aquellas monarquías europeas actuando como aciagos imperios planificaron apoderarse de otros territorios. Para cumplir tal objetivo Otto Von Bismarck, canciller alemán, a petición de Leopoldo II de Bélgica, convocó a la conferencia de Berlín (1884-1885) a la cual acudieron 14 países europeos. Finalmente, el pacto firmado incluía un acuerdo que regulaba la colonización europea en África y el comercio en dicho continente, comenzaba así el nuevo imperialismo y la ocupación efectiva de Europa del territorio africano. El cónclave del mal dio su vil fruto y la encarnación del mal, personificada en los reyes de Francia, Alemania, Reino Unido, Portugal, Italia, España y Francia decidieron repartirse África en 50 colonias. Por más de un siglo la encarnación de la impunidad se hizo presente en aquellos países que fueron esclavizados, subyugados, despojados de sus riquezas y materias primas, transculturizados, explotados, segregados, exterminados, manipulados, maltratados de forma despiadada, lugares donde se cometieron los mayores crímenes de lesa humanidad ante la mirada impasible de los habitantes de Europa, quienes se beneficiaban de la soez colonización.

Tal como ocurrió en épocas pasadas, todo tiene su término y este le llegó a los viejos y crueles imperios europeos. Esto ocurrió con el desenlace de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, era el fin de los sueños imperiales. Fue así como se le arrebataron los laureles de las cabezas de los monarcas europeos, acabando con los viejos regímenes absolutistas, quedando de esta forma frustrada la hegemonía colonial que tanto daño le hizo a África y no solo a estos territorios, lo mismo ocurrió en Asia y América. Se acabó la supremacía en los patios traseros, aquellos lejanos dominios de ultramar dejaron de ser sus posesiones, de los mismos de los cuales se nutrieron los imperios para hacer crecer sus economías, el progreso industrial y los avances tecnológicos. Ya la matanza de africanos se convirtió en parte de una inhumana historia y comenzó un proceso acelerado que transformó el mapa político global, tanto de África como de Asia, cuando la mayoría de las colonias lograron su independencia. Como secuela de aquella colonización todavía aquellos "protectorados" continúan su lucha para lograr una verdadera emancipación para desligarse de los nudos que los mantienen atados a la tecnología y la economía criminal de los viejos imperios. La voracidad del mal siempre está presente y corresponde luchar contra este.

Lamentablemente el mal está personificado en todas partes del mundo y en especial en algunos lugares donde los abatimientos alcanzan el grado máximo, en el caso particular, en Palestina donde el genocida criminal Netanyahu hace gala de su mala entraña. Este ser perverso es la encarnación del mal, de todo lo funesto que representa el sionismo expansionista cuyo único fin el exterminio del pueblo palestino. La encarnación del mal de este miserable está demostrada en sus viles acciones contra la franja de Gaza: genocidio, infanticidio, bombardeos a hospitales y a escuelas, ametrallamientos a población civil, bloqueo a la entrada de camiones para proveer a las víctimas de alimentos y medicinas, además, todo tipo de violación de los derechos humanos que corresponde a delitos de lesa humanidad. No son crímenes de guerras, es un cruel genocidio contra una población desarmada cuyo único delito es haber nacido en la tierra que le fue legada por su ancestro y arrebatada de la forma más vil por los sionistas arribados a Palestina de Europa oriental. Además de ser protagonista de la barbarie genocida en la franja de Gaza mantiene en una eterna amenaza a la zona del Medio Oriente en el afán expansionista sionista. No cabe duda que el criminal Netanyahu es la encarnación del mal.

En todas las épocas y en toda la geografía del planeta se encuentra la encarnación del mal, Hitler es un modelo a seguir por otros engendros diabólicos que hacen gala de su egolatría en su afán de gobernar el mundo. Todo esto con el único fin de hacer crecer la fortuna, tanto personal del bravucón como la de una cáfila de ambiciosos millonarios que lo acompañan. El mejor ejemplo de esta calamidad es el gordiflón anaranjado Donald Trump, quien no ha hecho sino seguir las mismas orientaciones de gobernantes antecesores, agregando su toque personal y autoritario. Tales señales demuestran su verdadera calaña, muy desligada de los conceptos de la democracia burguesa de la que han hecho alarde todos los presidentes de EEUU.

Hitler llegó al poder porque los germanos lo eligieron y se mantuvo porque los viejos imperios europeos lo permitieron por el temor al avance del comunismo en el mundo occidental. El pueblo estadounidense no debe consentir que el rubicundo Donald continúe en la presidencia de los EEUU ya que la siembra que recogerá será similar al aciago fruto le entregó al mundo el Tercer Reich. Ya por todos es trillado de las aspiraciones del gordiflón, las cuales constituyen un peligro para la humanidad. Esto debido a los miles de misiles nucleares almacenados en USA y el empleo que pudiera hacer de la tecnología en acciones bélicas. Para el mundo occidental y el oriental no es descocido las inclinaciones de Trump: es un pedófilo; un agresor de mujeres; perseguidor y secuestrador de migrantes; racista convencido; genocida; menosprecia el gentilicio de muchos pueblos de África a los cuales llama países de mierda; un ególatra que desestima el Congreso de EEUU; un agresor de periodistas; un embustero: miente descaradamente para justificar una invasión a Venezuela, México y Colombia; un violador de los derechos humanos al masacrar, sin justificación ni evidencias, pescadores que viajan por el Caribe y el Pacífico; un pirata, aborda de manera ilegal a barcos petroleros venezolano para robarle crudo; aplica sanciones criminales para matar de hambre a millones de personas; injerencista, interviene en la política de diversos países con la intención de derrocar los gobiernos que no les son sumisos; acosador, desata guerras sicológicas para aterrorizar a los pueblos y gobiernos, creando con estas viles prácticas situaciones de angustia a sus pobladores; impostor: falsifica realidades para argumentar acciones bélicas contra otros países, como es el robo que le hizo Venezuela al gobierno de EEUUU de un crudo que está enterrado dentro de las entrañas del subsuelo y cuyo únicos dueños son los venezolanos; infractor: viola las leyes internacionales como la del comercio y el uso de los mares y cielo al bloquear el paso de barcos y aviones por dichas rutas de libre tránsito. Lo anterior es parte del dossier del actual presidente de EEUU quien actúa impunemente sin importarle las leyes de su país, ni tampoco lo que respecta al derecho internacional. No hagamos tiempo arrepentimiento y luego experimentemos remordimientos, no se debe consentir que Hitler reencarne en el cuerpo graso de Trump porque sabemos lo que al mundo le espera. Descartemos de una vez que la encarnación del mal este por encima de los anhelos de paz de miles de millones de personas.

Muchas veces las desgracias llegan sin esperarla ni buscarla y a Venezuela arribó la encarnación del mal en la goda María Corina Machado, que por fortuna abandonó el territorio al cual le causó mucho daño. Tales desgracias que afectó a millones de venezolanos lo hizo en alianza con lo peor que se puede concebir de un ser humano; entre sus compinches están el colorado Trump y el genocida Netanyahu, ya con esto sabemos el talante de esta señora, por decir algo. La "premio Nobel" favorecida por la derecha internacional demuestra en cada una de sus intervenciones públicas los trastornos que les desea a todos los venezolanos: medidas coercitivas ilegales para asesinar y empobrecer a millones de personas; invasión militar extranjera, con toda su viles secuelas de muerte y desolación, otros de los tantos de los aciagos ofrecimientos del reencarnación de Lilith (la mujer del diablo); además, la entrega de nuestras riquezas a consorcios extranjeros internacionales; entre tantos males que esta encarnación del mal le promete a los venezolanos: están advertidos.

La encarnación del mal está al acecho y nunca descansa, ha gobernado por muchos siglos con las consecuencias que todos conocemos. Tuvo razón el científico germano Albert Einstein cuando expresó: "El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad". Lee que algo queda.

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