Desde siempre la mayoría de las guerras se han hecho por dos motivos: el oficial y el subrepticio como pretexto. Es lógico pensar que a medida que va pasando la historia del mundo, va evolucionando el ser humano, tanto individual como colectivamente, como organizado políticamente. Pero no es así en los tres casos. Individualmente y colectivamente sñi evoluciona y se va civilizando. Pues son innecesarias las señales y pruebas a este respecto. Pero no en el plano político.
En en el ámbito político y diplomático apenas evoluciona.: la mentira flagrante, el engaño infantil manifiesto, el pretexto mas tosco, ese que insulta a la inteligencia común, están presentes en las guerras actuales desde la guerra de Troya hasta ayer en que Trump ordena un bloqueo total de losnpetroleros sancionados que entren y salgan de Venezuela. Esta y numerosas noticias de las pasadas guerras del siglo XXI no hacen más que enmascarar burdamente unos propósitos, de prepotencia y de descarado empeño en mostrar la superioridad armamentistíca de una nación sobre otra u otras. ¿Cómo es posible que en las universidades se enseñen asignaturas como la de Derecho Internacional Público y Privado, repletas de alusión a Tratados Acuerdos y articulado para explicar profusamente las relaciones internacionales y su regulación, cuando no puede ser más evidente que es la fuerza bruta, la manu militari, siempre lo que decide en esas relaciones?
Si nos ponemos serios, ésta es otra manera de engañar al alumno, que solo se dará cuenta de la patraña académica cuando, terminada la carrera, pase a vivir la vida real. Estos amenazas y amagos de Trump contra Venezuela, hacen presagiar una escalada que termine en la ocupación del país, con la misma estratagema de la ocupación de Irak. Está claro que hay un propósito de anticiparse al déficit de petróleo que se barrunta en Estados Unidos. Y no es extraño el nerviosismo de Trump que representa muchas cosas, pero también los interese de los dueños virtuales del mundo esparcidos en esta materia entre todos los cuantiosos intereses de miles o centenares de miles de individuos implicados en la necesidad del petróleo a costa de lo que sea, como se implican y presionan sin escrúpulos el Pentágono, la CIA y demás estamentos al servicio de las baladronadas y bravuconadas de Trump ahorac como de Biden y los Bush, y la destrucción del Maine para explicar al planeta de qué iba la guerra contra España.