El partido que no se jugó: cuando la URSS eligió la dignidad

Viernes, 05/12/2025 10:54 AM

En 1973, la Unión Soviética renunció a un Mundial para no legitimar con su participación, un estadio convertido en campo de detención y tortura tras el golpe civil militar en Chile. Cincuenta años después, la política internacional vuelve a interferir con el deporte: Rusia está suspendida de múltiples competencias internacionales, mientras Estados Unidos —responsable de invasiones, guerras y golpes de Estado— jamás ha visto a sus deportistas sancionados. Una comparación incómoda que revela la doble moral del deporte global.

Un amistoso que reabrió una memoria incómoda

Hace pocos días la selección chilena enfrentó a la Federación Rusa en un partido amistoso en Rusia. El fútbol chileno ya no convoca como antes, pero la ocasión nos invita a recordar un episodio histórico que unió deporte, política y solidaridad internacional: el día en que la Unión Soviética se negó a jugar en el Estadio Nacional, recientemente convertido en centro de detención y tortura por la dictadura de Pinochet.

Mientras hoy los deportistas rusos permanecen excluidos de competencias internacionales como castigo por la guerra en Ucrania, este hecho adquiere una fuerza comparativa inevitable:

las sanciones deportivas no se aplican por principios, sino según por quién es el adversario político.

1973: El partido de la vergüenza

Tras el golpe militar en Chile, la FIFA programó el duelo decisivo entre Chile y la URSS por un cupo al Mundial de Alemania 1974. El encuentro de ida, en Moscú, había terminado 0–0. Pero el partido de regreso estaría marcado por una realidad brutal: la FIFA exigió jugar en el Estadio Nacional, que había estado funcionando como centro de detención masiva.

Aunque la dictadura aseguró que ya no había prisioneros, testimonios —como el del seleccionado chileno Carlos Caszely— indican que aún había detenidos cuando se montaron las cámaras y se cortó la cinta para el espectáculo.

La delegación soviética tomó una decisión inédita: no jugar en un estadio convertido en símbolo del terror.

Renunciaron así, a su oportunidad mundialista. La URSS denunció falta de garantías de seguridad y temió ser utilizada por la dictadura para propaganda. La FIFA ignoró los argumentos y el resultado fue grotesco: Chile marcó un gol sin rival y clasificó automáticamente. Nació así el nombre que se mantiene hasta hoy: el partido de la vergüenza.

2025: cuando el deporte castiga a unos y protege a otros.

En octubre pasado, Chile fue sede del Campeonato Mundial de Ciclismo de Pista Tissot UCI 2025 en Peñalolén. Mientras observaba la competencia, un detalle era imposible de ignorar: la ausencia absoluta de deportistas rusos, vetados de múltiples disciplinas desde 2022, ellos estaban ahí pero no podían representar a su país. Ello abre una pregunta inevitable:

¿Por qué Rusia es sancionada por la guerra en Ucrania, pero Estados Unidos nunca ha sido castigado deportivamente a pesar de que en 2003 invadió Irak utilizando argumentos falsos, destruyó Libia en 2011 junto a la OTAN, bombardeó Serbia en 1999 sin mandato de la ONU, impulsó y apoyó golpes de Estado en América Latina, incluido Chile en 1973. Ni un solo atleta estadounidense ha sido excluido de Juegos Olímpicos, Mundiales o federaciones. La vara ética no es universal: es geopolítica.

Solidaridad ayer, hipocresía hoy.

La Unión Soviética —con todos sus defectos y contradicciones internas— puso en la balanza un principio humano por sobre el resultado deportivo. Renunció a un Mundial para no justificar de ninguna manera un crimen de Estado.

Hoy, en cambio se sanciona colectivamente a un país por intereses políticos, se exime de castigos a las potencias que controlan federaciones, comités y organismos y se instrumentaliza el deporte como herramienta de presión, no como espacio de encuentro entre pueblos.

Recordar el partido que no se jugó no es un ejercicio nostálgico, es una advertencia. El gesto soviético de 1973 demuestra que la dignidad también puede ganar partidos, incluso cuando no se pisa la cancha.

La política internacional volvió al deporte, pero no con la coherencia de aquel gesto solidario, sino con la doble moral de quienes castigan selectivamente según sus intereses. Quizás el legado de aquel episodio no esté en los libros, sino en la memoria crítica de los pueblos que saben reconocer cuándo el deporte sirve a la justicia y cuándo sirve al poder.

Fuentes:

https://www.tiktok.com/@zappingchile/video/7516680374374763832

https://www.memoriaestadionacional.cl/a-50-anos-del-partido-de-la-verguenza/#:~:text=El%20Estadio%20Nacional%20se%20desocup%C3%B3,Nacional%20retom%C3%B3%20sus%20actividades%20deportivas.

https://www.infobae.com/historias/2025/11/21/el-partido-fantasma-el-dia-que-chile-jugo-28-segundos-contra-nadie-y-gano-1-a-0-en-un-estadio-convertido-en-centro-de-detencion/

https://latinta.com.ar/2016/09/27/el-partido-de-la-verguenza/

https://elsoldeiquique.cl/en-1973-el-partido-fantasma-o-de-la-verguenza-entre-chile-y-la-urss/

https://www.biobiochile.cl/noticias/deportes/futbol/la-roja/2019/09/14/del-gol-mas-triste-y-absurdo-a-la-verguenza-que-nadie-recuerda-la-derrota-mas-dura-de-la-roja.shtml

Nota leída aproximadamente 222 veces.

Las noticias más leídas: