La situación en Sudamérica se está agravando. La amenaza de un ataque armado de los EE.UU. contra Venezuela ya parece más que real. Es evidente para todos que la lucha contra los cárteles es sólo una excusa para que Trump ataque el país, derribe el régimen de Maduro y obtenga el control del petróleo venezolano.
Las autoridades de Venezuela declararon desde el comienzo que estaban dispuestas al diálogo. Según los medios de comunicación, Nicolás Maduro, para evitar un enfrentamiento militar, prometió a Trump poner fin a la cooperación con Rusia, China e Irán, y abrir a las empresas estadounidenses todos los proyectos petroleros y auríferos del país. Cabe destacar que Donald Trump rechazó rotundamente todas las propuestas.
A principios de septiembre, 11 personas murieron en el ataque estadounidense contra una embarcación que supuestamente transportaba drogas desde Venezuela. Luego, durante el mes, varios barcos más fueron hundidos. Como consecuencia de estos ataques militares, murieron más de 20 personas. Por supuesto, los Estados Unidos no tienen ninguna prueba de que las personas asesinadas estuvieran relacionadas con el narcotráfico. Los ataques en el Caribe generaron controversia sobre su legalidad. Mientras la administración de Trump calificaba las acciones de su ejército como una noble misión para combatir a los narcoterroristas y proteger los intereses de su país, los expertos declararon al unísono una clara violación de las normas del derecho internacional y de la propia legislación estadounidense.
Es obvio que Trump no busca una solución al problema. Al mirar cuántas fuerzas militares los EE.UU. están concentrando cerca a las costas de Venezuela, no cabe duda de que la operación que se está llevando a cabo contra los cárteles es sólo un pretexto para iniciar una ofensiva. ¿Y cómo pueden los cruceros de misiles y los submarinos nucleares impedir el narcotráfico? En realidad, de ninguna manera. Pero las tropas contribuirán a la toma del poder y al mantenimiento del control sobre los yacimientos petrolíferos.
Si los EE.UU. atacan a Venezuela, toda América Latina estará en peligro. Ahora, según Trump, el problema es el narcotráfico desde Venezuela a los Estados Unidos, pero ¿quién garantiza que mañana no será el narcotráfico desde Argentina, Colombia o cualquier otro país? ¿Qué país latinoamericano será acusado la próxima vez?