Hace algunos años, 16 para ser exactos, en ocasión de que el primer presidente negro de Estados Unidos recibiera el premio Nobel de la Paz, después de reabrir heridas profundas tanto en Iraq como en Afganistán ((habiendo prometido no hacerlo) reanudando un combate armado que parecía estar en extinción, y con esto, multiplicando por miles las victimas fatales (civiles en su mayoría, como casi siempre), desplazados, y por supuesto, contando entre los sobrevivientes a grandes masas de infantes huérfanos y mutilados. Como decía, hace 16 años escribí este brevísimo artículo de opinión, donde, básicamente expresaba mi asombro por el asombro de muchos ante el galardonado y el "desatino" de la organización que otorga el premio. Y aunque me gustaría decir que ya está más que clara la situación, posición ideológica e intereses políticos y económicos de instituciones como el premio Nobel, entre muchísimas otras, debo confesar que aún me asombra el asombro.
El artículo lo titulé como queda al comienzo de este texto, y con algunas correcciones es lo que sigue:
Premio de Paz, novel en la guerra. Barak
Europa y sus intereses ya no tendrían porque sorprendernos, le conocimos hace más de 500 años cuando su carácter expansionista y conquistador, la empujó a buscar una supuesta ruta comercial, y no más que eso. De donde se desprende la siguiente pregunta:
¿Cómo y por qué un grupo de "exploradores" tratando de establecer y controlar una nueva ruta comercial, que llegan por accidente justo a donde no iban, y el sólo contacto con tierras y personas extrañas, los transforma en los asesinos más grandes de la historia, sólo superados por los EE. UU?
Todavía hoy pese a cuidadosas investigaciones históricas, no logra ubicarse ningún registro que indique que los pobladores originarios de las "nuevas tierras" recibieran a los recién llegados con violencia (palos, piedras, lanzas y flechas), al contrario lo que sí registra la historia es el carácter cordial, generoso y casi ingenuo de los indígenas, que hacía pensar a los invasores que estos extraños seres "mitad humanos, mitad animales", eran presa fácil del engaño; recordemos en los primeros contactos el intercambio de oro y perlas por espejos y otros utensilios de poco valor. En definitiva no hay nada en la historia que justifique el ensañamiento y el crimen que contra los pobladores del "nuevo continente" perpetraran los europeos.
Por otro parte hay en el nacimiento, comportamiento y desarrollo de cualquier imperio algunos rasgos bastante elementales, que para identificarlos no es necesario ser un especialista en el tema, veamos cuales son estos: 1º Un imperio nace, además de todos los razonamientos político-económicos que ya conocemos, nace cuando un grupo social se considera a sí mismo inmensamente fuerte, es decir, invencible. 2º Un imperio nace cuando el grupo social, ya conformado en nación empieza a considerar la expansión territorial como una acción no solamente indispensable para su desarrollo, sino legítima. Crea e impone normas con las que resulta indefectiblemente beneficiado sin importar el costo a terceros, poblaciones o territorios. 3º Genera progresiva pero rápidamente una sociedad enferma que cada vez exige más de lo que necesita para su supervivencia, lujos con lujurias, riquezas con despilfarro y acumulación de territorios y recursos con indolencia. Los imperios entonces crecen, y crecen sin control, financiando con el botín de cada invasión y saqueo, la próxima campaña. En definitiva, podemos hablar de un imperio cuando estamos en presencia de un inmenso grupo de criminales organizados como Estado Nación. Aunque en la actualidad, para comprender el fenómeno del imperio, debe hablarse de formas híbridas donde el Estado Nación es un componente de una estructura mucho más compleja.
La historia de Europa, y especialmente la de Europa central está llena de pasajes y reseñas donde nos cuentan cómo se invadieron, robaron y asesinaron unos a otros, con lo que pretendieron hacernos creer que esta dinámica obedecía al orden natural de las sociedades. Hoy, iniciando el siglo XXI según el calendario que ellos (los europeos) nos impusieron, resulta imposible sostener erguida la estructura de mentiras históricas que levantó la vieja Europa, sin embargo la carga imperial y criminal que se instalo en su configuración genética se resiste a ceder terreno a un nuevo orden mundial.
EE. UU, siendo el imperio más grande en la actualidad, tanto en extensión como en brutalidad criminal, es al mismo tiempo y por ello mismo el alumno más brillante de la vieja escuela europea. Recibe de su anciana madre un premio que a todos los países del mundo en vía de liberación nos resulta la más grande de las contradicciones. Empero, Europa y sus intereses ya no tendría porque sorprendernos, no perdamos tiempo en acusaciones orientadas injustamente contra el presidente Obama, éste hay que tenerlo presente, es un títere más en el teatrino imperial, un fantoche incapaz de decidir o actuar por cuenta propia. ¿Qué premian entonces desde Estocolmo? Pues premian la capacidad destructiva del imperio de turno, premian la inmoralidad de sus actos, premian sus privilegios de "primer mundo", premian también las innovaciones en el arte de la guerra, los nuevos formatos de colonización y saqueos, y además legitiman las resoluciones tomadas por los organismos multilaterales y multinacionales que permiten las barbaries cometidas y por cometer por el imperio, porque la Paz, la única Paz que ellos admiten, es la paz del estado de cosas que sin ser modificado le permiten existir como quieren, como saben y como prefieren, si esa paz tiene por costo el exterminio de un pueblo, digamos el palestino, es para ellos una "nadería". De tal manera que toda acción colectiva o individual que esté orientada a perpetuar el orden imperial será premiado por las instituciones imperiales, esto es una lógica irrebatible o casi irrebatible.
Por eso siempre propongo: esperemos de los gringos y de la vieja Europa lo peor y nos aproximaremos a la realidad, corriendo el riesgo siempre de quedarnos cortos, muy cortos.
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