¡Los gringos tienen tal poder, que son capaces de hacerle creer a cualquier pendejo que una nigua es un hipopótamo!... Las redes están que arde y he visto unos MOJONES INTELIGENTES, en lo que se ve a los gringos desfilando por la Avenida Urdaneta de Caracas, siendo recibidos por el pueblo, agitando la banderita de EE UU, rumbo a Miraflores. Cree que la cosa es pan comido, VENI VIDI VICI. Los gringos nos enseñaron a despreciar lo latinoamericano, lo nuestro, siempre insistiendo en que lo nuestro es feo y sucio. ¡Cuánto boba no ha dicho por allí que ojalá nos invadan los gringos, para que las empreñen y les den carajito bellos de ojos azules! Cuando vemos en las películas de Hollywood a un mejicano, a éste lo hacen aparecer como un guiñapito, los presentan huidizos o ladinos, borrachos o putañeros, vestidos con unos trapitos blancos, unas chamarritas y usando unos andrajosos guaraches, o sencillamente descalzos.
Ayer nos dijeron que Irak tenía armas de destrucción masiva y el planeta en colectivo lo aceptó. Los gringos nos enseñaron a despreciar a los musulmanes, a los negros y a los indios. Y ayer los sionistas y los gringos dijeron que Idi Amin, el presidente Uganda, comía niños, y cuántos latinos como unos pendejos se tragaron tan especioso mojón. Previamente, también había dicho lo mismos gringos, que los comunistas comen carajitos, de modo que las viejas burguesas y emperifolladas de la oligarquía se lo metieron a sus hijos, y con el sonsonete diario de los medios, todos los pendejos se lo tragaron. "Idi Amin, el horrible negro que comía ninños!".
En los western, a nosotros de niños, nos entrenaron a ver como los gringos mataban a los indios al punto que eso nos llegó a parecer de lo más natural. Ahora andan desesperados estos gringos, tratando de meterle el mojón al mundo de que existe el Cartel de Los Soles que junto al Tren de Aragua movilizan los mayores alijos de droga hacia EE UU, y sólo esto con la intención de invadirnos para luego apropiarse de nuestros inmensos recursos energéticos. Lo mismo que han hecho toda la vida, pero la gente no aprende y siguen tragando a mansalva cuantos mojones crean los gringos.
Los gringos junto con los piratas ingleses nos enseñaron a despreciar a los asiáticos, a tal extremo que, por ejemplo, Rómulo Gallegos en su novela "Doña Bárbara", llega a escribir: refiriéndose a El Brujeador: "Su compañero de viaje es uno de esos hombres inquietantes de facciones asiáticas que hacen pensar en alguna semilla tártara caída en América Latina, quién sabe cómo y cuándo. Un TIPO DE RAZAS INFERIORES, crueles y sombrías, completamente diferente del de los pobladores de la llanura". Esa pendejada la llegó a escribir Gallegos porque ya los gringos estaban haciendo famosos los "suplementos", en los que ellos aparecían como unos héroes y todos los demás como seres despreciables. Y eso no es un mal de toda América Latina, peores en su gran complejo de inferioridad ante los gringos han sido los argentinos, cuando mismo Sarmiento decía que el indio bueno era el indio muerto.
Nos dice Jorge Abelardo Ramos que Jorge Luis Borges resumía este complejo de los intelectuales latinoamericanos en dos epigramas: "América Latina no existe" y "Somos europeos en el destierro". Añade que "desde que Europa tomó posesión de América Latina a partir de la ruina del Imperio español, no solo controló el sistema ferroviario, las bananas, el café, el cacao, el petróleo o las carnes. Consumo una hazaña mucho más peligrosa: INFLUYÓ SOBRE GRAN PARTE DE LA INTELLIGENTSIA LATINOAMERICANA Y TENDIÓ UN VELO SUTIL ENTRE LA TRAGICA REALIDAD DE SU PROPIO PAIS Y SUS ADMIRADOS MODELOS EXTERNOS". En este sentido, Rómulo Betancourt, siendo seudo bachiller se unió al coro de los que llamaban «mono» al presidente Cipriano Castro, haciéndose eco de lo que la prensa estadounidense publicó en su contra. Castro, según el Departamento de Estado, merecía el repudio de la civilización occidental, principalmente por las gotas de sangre negra e india que corrían por sus venas, y en eso estaba de acuerdo el banquero Manuel Antonio Matos y Rómulo Betancourt. Por eso se le caricaturizaba a Castro en la gran prensa mundial como a un «mico» en lo alto de una palmera buscando cocos.
Hoy resulta, que cuando al presidente Donald Trump le preguntan si planea lanzar un ataque dentro del territorio venezolano EN SU LUCHA CONTRA EL NARCOTRÁFICO, responde con la típica estrategia de buscar crear caos y zozobra y tensiones en nuestro pueblo: "YA VERÁS". Un "YA VERÁS" que se parece tanto a "VA PASAR". Pero ya hecho correr su horrible falsedad, reseñado por los más poderosos medios del planeta: "Venezuela nos envía más droga que Colombia, México, Ecuador y Perú, incluso es el mayor abastecedor de fentanilo a nuestro país". Y así lo deben creer los pendejos. Una encuesta ha revelado que de los 8.3 mil millones de habitantes de la tierra 5.9 mil millones son estúpidos, pendejos, idiotas o imbéciles, es decir manipulables. De modo que declararnos una amenaza narcoterrorista es la última carta de The Orange Pig, para echar su paradita y así convertir el Caribe en un infierno.
Los medios poderosos se regodean diciendo que ya las operaciones de Estados Unidos en el Caribe "HAN GENERADO UNA GUERRA PSICOLÓGICA QUE BUSCA HACER CREÍBLE LA AMENAZA CONTRA NICOLÁS MADURO Y EJERCER PRESIÓN DENTRO DE SU CÍRCULO". Esto lo publica así, por ejemplo, el diario franquista "El País". En realidad, el pueblo está tranquilo y alerta, sereno, viendo cómo van de un lado a otro los torpederos de mojones de los gringos por el Caribe. De lo que pueden estar seguros es que si nos agreden tendrán una contundente respuesta y que, bueno, arda Troya…