Hace un par de días el canciller de la República Bolivariana de Venezuela, Yvan Gil, acudió ante medios nacionales e internacionales, donde leyó un comunicado, donde denunció que el destructor estadounidense US Jason Duham se encontraba dentro de la Zona Económica Exclusiva de la República Bolivariana de Venezuela, realizando operaciones de abordaje y registro a la embarcación atunera "Carmen Rosa" con 9 pescadores atuneros a bordo, el día viernes 12 de septiembre de 2025.
Dieciocho marines fuertemente armados abordaron la embarcación atunera in comento, y durante 8 horas mantuvieron retenidos a estos pescadores, sin ningún tipo de comunicación con sus familiares. Embarcaciones de nuestra Armada se mantuvieron a una distancia prudencial manteniendo el monitoreo de este incidente y preservando la integridad física de nuestros pescadores, cuyo único delito era cumplir la faena que realizan todos los días, y debidamente autorizadas por nuestras autoridades.
Del mismo modo, ayer el Vicepresidente de Defensa y Soberanía y Ministro del Poder Popular para la Defensa, General en Jefe Vladimir Padrino López, en su balance del entrenamiento militar a los 8,2 millones de compatriotas alistados ante estas amenazas contra nuestra Patria, denuncio el constante sobrevuelo de aviones de inteligencia electrónica de EEUU, violando el espacio aéreo venezolano. Abiertas provocaciones en la cuales no podemos caer en las primeras de cambio.
Luego del montaje hace menos de dos semanas del ataque al supuesto peñero cargado de drogas que habría salido de Venezuela, las tensiones en el caribe escalan, debido a este hecho real donde se trató de amedrentar e intimidar a pescadores venezolanos como hemos indicado párrafos más arriba.
Pero este hecho de suma gravedad, como otros tantos que posiblemente sean objeto de comentarios nuestros en próximos análisis en nuestra columna, nos hizo evocar en nuestras mentes, episodios que lamentablemente se han vuelto cotidianos para nuestros hermanos palestinos en la Franja de Gaza, por la implementación del Estado Sionista de Israel, de un bloqueo terrestre, marítimo y hasta aéreo, donde no le permiten el ingreso de alimentos, medicamentos y toda clase de ayuda a este heroico y hermano pueblo.
El incidente con nuestros 9 valientes pescadores venezolanos, nos hizo recordar uno de los escenarios que nos planteamos hace 10 años casi, cuando comenzó a implementarse la Orden Ejecutiva 13.692 del 9 de marzo, que en nuestro país conocemos como "El Decreto Obama", donde fuimos declarados como "amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional de Estados Unidos". Dentro de los escenarios de conflicto que manejábamos, era la posibilidad de que Estados Unidos implementase un bloqueo naval o marítimo sobre nuestras costas.
El mes pasado se difundió un video a través de diferentes plataformas tecnológicas y redes sociales digitales, con el actual Secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio. El mencionado video no hacía mención de fuentes de ningún tipo, además de inconsistencias, donde Rubio habría ordenado un bloqueo naval a las costas venezolanas como una de las maneras para presionar la salida de Nicolás Maduro del poder.
El audiovisual in comento, de una duración de 3.54 minutos, tiene un copy con la frase: "Bloqueo Naval a Venezuela". Durante los casi 4 minutos de duración del referido video, un presentador de nombre Carlos Pasquini, trata de explicar la presunta medida ordenada por Marco Rubio, mientras el video muestra dos textos superpuestos:
"Último minuto. Decretan bloqueo naval contra Venezuela", además de otro en el que se asegura que "está por caer la dictadura de Maduro".
Según Pasquini:
"Marco Rubio habría dado la orden para que se realice, lo que precede a la reactivación de la DEA, con este cartel de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, esto sería un bloqueo naval".
Aunque esta información forma parte de las Operaciones de Guerra Psicológica para desestabilizar a nuestro país, hay que realizar algunas consideraciones y análisis a nuestro pueblo, en base a la verdad histórica y objetiva que tenemos ante nuestros ojos.
La hoy República Bolivariana de Venezuela ya ha vivido eventos de esas características. Entre diciembre de 1902 y comienzos del año 1903, aplicándonos la diplomacia de las cañoneras, la armada de Alemania, Inglaterra e Italia cercaron nuestras costas por cobro de deudas a nuestro país. El gobierno de Cipriano Castro, debilitado por guerras internas y una economía en bancarrota, respondió con una proclama que despertó sentimientos nacionalistas y el respaldo de voluntarios inesperados. La crisis terminaría en Washington, bajo la mediación de Estados Unidos, con un acuerdo que redujo significativamente el monto exigido. Un episodio que selló la hegemonía estadounidense en el continente y que hoy resuena en la memoria histórica como metáfora de nuevos cercos.
El 9 de diciembre, quince unidades de guerra británicas y alemanas irrumpieron en La Guaira. En un solo movimiento tomaron seis buques venezolanos anclados en dique seco, desembarcaron tropas y ocuparon los muelles sin disparar un tiro. A medianoche, soldados germanos marcharon por la ciudad para evacuar a sus diplomáticos hacia la flota, temerosos de una represalia. Horas más tarde, marineros ingleses hicieron lo mismo con sus connacionales.
No sería la única operación. En Guanta, dos buques alemanes capturaron un vapor de guerra venezolano. En Trinidad, la marina británica incorporó el vapor Bolívar, obligándolo a enarbolar bandera inglesa. Días después, entre el 12 y 13 de diciembre, fuerzas británicas tomaron el castillo Libertador y el fortín Solano en Puerto Cabello. El mar Caribe hervía de acorazados, cruceros y cañoneros europeos que se turnaban para patrullar, bloquear y presionar.
La tensión escaló cuando, el 22 de diciembre, los británicos anunciaron por medio del vicealmirante Archibald Lucas Douglas que se declaraba el bloqueo de La Guaira, Carenero, Guanta, Cumaná, Carúpano y las bocas del Orinoco. Los alemanes, por su parte, proclamaron el cierre de Puerto Cabello y Maracaibo. El Caribe venezolano quedó paralizado bajo ordenanzas publicadas en la prensa local y firmadas a bordo de buques de guerra.
El conflicto no se resolvió con armas, aunque hubo momentos tensos. En enero de 1903, buques alemanes e ingleses intentaron forzar la barra del lago de Maracaibo. Desde el castillo San Carlos, la artillería venezolana respondió. Se libró un breve duelo que terminó con la retirada europea. Fue el único enfrentamiento directo, más simbólico que efectivo, pero que alimentó la narrativa de resistencia.
El desenlace se produjo en la mesa de negociaciones. El 13 de febrero de 1903 se firmaron en Washington los protocolos de acuerdo. Venezuela estuvo representada por el ministro estadounidense en Caracas, Herbert Wolcott Bowen, designado mediador por Castro.
Más de un siglo después, aquel cerco naval resuena con ecos inquietantes. Hoy Venezuela no está sitiada por cañoneras extranjeras, pero sí por un cerco político, económico y social que parte de unas medidas impuestas por un país que en el pasado pretendía erigirse como nuestro "benefactor". Desde La Casa Blanca y del Departamento de Estado, una plutocracia —ilegítima a los ojos del mundo, repudiada en múltiples foros internacionales— y con una terrible crisis económica que comienza a estallarle en la cara, mantiene sofocada a su pueblo y pretende hollar el sagrado suelo de nuestra nación. Ya no son las flotas del Imperio Británico ni de la Alemania Guillermina las que restringen la libertad, sino un régimen imperial desde el norte que bajo el pretexto de la lucha antinarcóticos, pretende rendirnos mediante la represión, la intimidación, el amedrentamiento, la censura y el hambre.
El 25 de junio de 2020 en el portal Misión Verdad se publicó un trabajo refiriéndose a la estrategia del cerco naval o bloqueo naval contra Venezuela como el centro de la estrategia de Estados Unidos contra Venezuela. Este trabajo fue realizado por Ernesto Cazal y lo recomendamos ampliamente.
En ese entonces, Cazal señalaba que el escenario de asfixia económica-financiera-comercial que impuso el gobierno de los Estados Unidos a la República Bolivariana de Venezuela es una pieza más del rompecabezas en la estrategia de guerra irrestricta que lleva a cabo contra el país de la Cuenca del Caribe.
Específicamente se refería Cazal a las repercusiones en la carta de navegación de los barcos que son de Venezuela o tiene relaciones comerciales y de otras índoles con el estado y empresas privadas. Para respaldar tal agenda asfixia, en ese entonces, la Armada estadounidense tenía un despliegue múltiple en todos los puntos del planeta, que funciona como policía militar y móvil destacado para operaciones navales y ejercicios militares de distinto tipo.
La doctrina de espectro completo del Pentágono contempla una patente de corso para sí mismo y para sus aliados de mayor confianza, y una restricción militar a todo lo que navegue con banderas sancionadas por el Departamento del Tesoro o que amenaza de manera castrense sus planes trazados, así como los de la Casa Blanca propiamente.
Venezuela no de ahora, sino desde la implementación de las Medidas Coercitivas Unilaterales por parte de EEUU ha venido siendo víctima de dicha estrategia en estos últimos años. Solo que ahora con el pretexto de la lucha antidrogas, se pretende escalar en la misma.
En el momento en que Cazal escribió esa nota, petroleros con cargamento de petróleo listos para ser comercializados estuvieron atrapados casi dos meses en alta mar debido a que "las refinerías mundiales rehúyen del petróleo del país sudamericano para evitar caer en las sanciones de Estados Unidos, según fuentes de la industria, documentos de PDVSA y datos de envío".
Durante la primera administración de Donald Trump, el establecimiento de este cerco naval en una primera instancia como cerco sobre el comercio del crudo venezolano, buscaba evitar que el Estado liderado por Nicolás Maduro pudiera surtirse de divisas para abastecerse de bienes y servicios esenciales a la República Bolivariana y su población, minando al mismo tiempo la industria petrolera gestionada por PDVSA.
Así que uno de los objetivos de este despliegue en el Caribe de los barcos gringos apunta hacia esta dirección.
También debemos recordar cuando en aquel momento, como nos lo recuerda Cazal, cruzaban por el caribe embarcaciones iraníes para aprovisionar con gasolina y tecnología a la industria petrolera venezolana, los voceros de Estados Unidos habían amenazado con evitar que descargaran a través del acoso de la Armada a los cargueros iraníes.
Debido a esa estrategia, nada más hasta febrero de 2020 Venezuela calculaba 116 mil millones de dólares en pérdidas por el bloqueo.
Vistos los últimos acontecimientos, podemos concluir que el tan anunciado bloqueo naval contra Venezuela auspiciado por la Administración Trump ha sido desplegado de manera no formal. Ya no funciona de manera frontal como en 1902, en el que buques alemanes, ingleses e italianos, cercaron el país entonces presidido por Cipriano Castro, o incluso como lo hicieron contra Cuba en la década de 1960, cuando Estados Unidos determinó que la soberanía insular no podía erigirse en su "patio trasero".
Pero gracias a nuestras investigaciones, y a esta nota de Cazal, nos topamos que incluso Trump y Rubio, lo que hacen es repetir lo que ya aplicaron en el año 2020 (año en el que justamente nos aplicaron en mayo la Operación "Gedeón"). A inicios de abril de ese año, es decir, un mes antes de la referida Operación, se había comenzado una nueva fase en el escalamiento del conflicto en cuanto a este bloqueo naval, nada más y nada menos que con el despliegue de una operación antinarcóticos desplegada en el Hemisferio Occidental de la Armada estadounidense, abriendo paso a todo un conjunto de operaciones psicológicas a gran escala en el Caribe y para la coordinación de fuerzas e inteligencia del Comando Sur con países socios del Pentágono, sobre todo Colombia y Brasil en aquel entonces.
Por eso es que cualquier parecido con lo que está ocurriendo ahora no es mera coincidencia. Lo único que los actores que cambian son ahora la República Cooperativa de Guyana, Trinidad y Tobago y otros países del Caricom que se prestan para estos planes.
El 23 de junio de 2020, un destructor de la Armada estadounidense navegó cerca de las costas venezolanas, y en aquella oportunidad el entonces Vicepresidente Sectorial de Soberanía Política, Seguridad y Paz y Ministro del Poder Popular para la Defensa, General en Jefe Vladimir Padrino López, catalogó dicho acto como provocación.
En aquel momento, al igual que ahora, Padrino López advirtió que si ocurren operaciones de barcos estadounidenses en aguas venezolanas habrá una respuesta "contundente" de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. "No se atreva con sus buques de guerra a navegar en nuestras aguas jurisdiccionales, a ejercer operaciones militares", agregó el general.
Si bien las provocaciones son una táctica que el ejército naval estadounidense suele usar contra sus adversarios, cruzando límites marítimos ajenos no solo en el Caribe sino en otros puntos del mundo (como el Mar del Sur de China o el mismísimo Golfo Pérsico) generalmente los generales gringos autorizan este tipo de operaciones para recabar información de inteligencia e inquietar al contrario. ¿Bajo cuáles objetivos: militares, ¿comerciales o incluso ambos?
Sin duda, la presión del Comando Sur y sus destructores merodeando por el Caribe, combinado con la estrategia del Departamento del Tesoro, dibujan un cerco en alta y a orillas de las costas que pone en alerta a la República Bolivariana y lesiona económicamente a las mayorías que vivimos en Venezuela.
Semanas atrás, conversaba con el compañero David Vivas desde Táchira, y este escenario que acá planteamos ya él lo avizoraba antes de este despliegue naval gringo de este último mes y medio casi que se viene dando esta situación que ha acrecentado las tensiones entre EEUU y nuestro país.
En resumen, podemos decir que la posibilidad de un bloqueo naval a Venezuela es muy factible. Solo que no se hará de manera tradicional, sino de manera no formal. De hecho ya se ha hecho, valga la redundancia durante la primera administración de Trump como lo hemos indicado. Trump lo que hace es reactivar la medida, de manera gradual, e incluso escalar y superar a lo que ya hizo en el año 2020.
La Operación de Falsa Bandera con el supuesto peñero volado por ellos para acusarnos, ante el desmonte perfecto que se hizo demostrando que dicho video fue realizado por inteligencia artificial, más los tratados internacionales en materia del combate de drogas que Estados Unidos ha violado, pretenden subsanarlo ahora con este amedrentamiento a nuestros pescadores y pescadoras. No podemos olvidar que el Vicepresidente Sectorial de Política, Seguridad Ciudadana y Paz y Ministro del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Capitán Diosdado Cabello Rondón, advirtió y denunció además los intentos que hará EEUU para sembrar de droga a un tanquero venezolano, el cual detendrán ellos en el caribe. Por ello, esto sería la excusa ideal para los gringos para bloquear nuevamente la salida de nuestro petróleo hacia los mercados internacionales donde lo estamos vendiendo, y reducir nuestro flujo de caja, nuestros ingresos.
Asimismo uno de los objetivos que buscarían con la implementación de este bloqueo naval no formal es detener a los barcos mercantes que traen insumos para el país y que los necesitamos.
Nuestra pregunta sería: ¿El mundo se hará de la vista gorda si esta agresión se concreta?
Esta claro que el objetivo con la reactivación de esta medida es crear una situación interna que no lograron con la guerra económica de los años 2016 al 2020. Por lo que Venezuela estaría en su derecho, en el marco de su legítima defensa, de romper por la fuerza si así fuere, este bloqueo, aunque eso sería darle a EEUU el casus belli que ellos están buscando para intervenir.
Hay que aprovechar el marco de la 80 Asamblea General de las Naciones Unidas para denunciar esta amenaza, y sentar el precedente para evitar que esto se siga aplicando a los pueblos que no nos plegamos a los intereses hegemónicos de Washington.
Sin embargo, en la parte alimentaria, ya hubo una primera medida, lo que haría ineficiente este bloqueo naval en materia alimentaria por lo menos, cuando la semana pasada el Presidente Nicolás Maduro anunció que la reserva estratégica alimentaria del país podía durar en caso de contingencia 101 días.
En el resto de los ámbitos, debemos seguirnos preparando y tomar las medidas ante estos escenarios de nuevas dificultades.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!