Indiferentemente del gobierno que un país asuma; sea de derecha o de izquierda, monarquía, comunismo, socialismo, democracia; entre otros; su defensa en el contexto social, cultural, político y ambiental no es de única responsabilidad de las Fuerzas Armadas que posea. Cada persona, como sujeto de derechos y deberes, que forma parte de ese elemento físico existencial del Estado, en corresponsabilidad con este último, tiene una cuota de participación en promover su contención ante cualquier vulnerabilidad que afecte o altere su convivencia social. Incluso, los sujetos que por cualquier circunstancia se hallen en otro territorio, llámense inmigrantes o forasteros, extranjeros, tienen el deber de coadyuvar con la defensa del territorio donde estén. A mi modo de ver, es un asunto de naturaleza humana, viéndolo desde el punto de vista de comunidad universal; sin menoscabo de la protección que el Estado deba asistirle a personas indefensas. No son expresiones salidas a boca de jarro. Es un estado de necesidad imperante.
Ahora bien, mis estimados facehabientes –masculinos y femeninas-, se hace necesario distinguir, grosso modo, la sinergia existente entre Defensa y Seguridad de un país de cualquier punto del globo terráqueo. Supongamos que en su vivienda se introduce alguien violentamente, amenazándolo e intimidándolo a usted y su familia. Por instinto natural, cualquiera de los habitantes de la residencia, opta por tomar algún objeto contundente para contrarrestar la acción dolosa del victimario. Sepa usted que, cualquier instrumento se convierte en un arma defensiva. Estaríamos hablando aquí de una defensa legítima de las personas que reciben la ofensa, lo que conlleva a sinterizar, por analogía, que la defensa integral de un país, en cualquier punto del planeta, no es más que ese conjunto de métodos, fórmulas, actos y medidas sobrevenidas cualesquiera sea su intensidad y naturaleza. Aquí participan, además, personas connacionales o extranjeras. Todo esto está enmarcado en la integridad territorial, contextualizado en el principio de Ius Solis.
Por otro lado, ¿cómo se digiere esto de la Seguridad de la Nación? Antes de dilucidar la interrogante, es preciso apuntalar que cada ciudadano, cada ciudadana, espera encontrar la suma de felicidad posible de manera individual que pueda ofrecerle el Estado o la Nación donde hace vida. No obstante, cuando se encuentra en un entramado social, ya el egocentrismo va traspolándose hacia lo colectivo, en la medida que, necesariamente, tiene que ir sistematizando socialmente con el entorno que lo rodea, de lo contrario, sería un ermitaño. Bueno, ahora sí con la pregunta: según Ossorio, Manuel (Diccionario de Ciencias Políticas y Sociales. Buenos Aires, 27 edición: 906), la SEGURIDAD es "Exención de peligro o daño. / Solidez. / Certeza plena. / Firme convicción (…) / sistema de prevención adecuada". Puede traducirse el entrecomillado como el resultado de la ausencia de peligro para los particulares o de las amenazas que puedan presentar hacia la propiedad, y que de alguna manera implica confianza, subsanando el desarrollo de la Nación.
Ya, bajando la santa María, la importancia que reviste la Seguridad de la Nación de cada país del orbe, indistintamente de su ubicación, consiste, a grandes rasgos, la activación y protección del Estado frente a una inminente agresión proveniente del exterior, y en esa misma medida, todas las acciones desplegadas para dirimir las acciones de orden interno que puedan poner en peligro el orden público establecido, contribuyendo de esta manera a la pacificación y al desenvolvimiento armónico de la sociedad. Ciertamente que cada particular quiere estar alejado de lo que pueda producirle malestar, y no participar en lo que para él o ella no le corresponde, o no siente identificación con el suelo que lo vio nacer y donde hace vida, interaccionando con sus semejantes. Sin embargo, irremediablemente, debe tener consciencia que el Estado, dentro del espacio geográfico que ocupa, deberá garantizar el goce y ejercicio de los derechos y garantías en todos los ámbitos, fomentando los valores. Es así, como la Defensa de un país no recae solamente en sus Fuerzas Armadas.
Usted, como sujeto verbo-pensante, ¿qué opina de todo lo leído?
¿Cómo contribuye Usted ante la defensa integral de su país?
Escribe, que alguien lee. El que lee, algo le queda –dijo un mortal por ahí-
¡Muchas gracias por su atención!