Hay muchos latinos en EE UU, aferrados al fulano TSP (Estatus de Protección Temporal), otros aspirando a que le pase la histeria a The Orange Pig (Trump) para ver si pueden dormir tranquilos, salir a la calle sin la angustia de que puedan ser detenido; para ver si pueden viajar dentro del propio Estados Unidos, visitar a familiares y amigos. La vida para ellos se les está volviendo un tormento. Pero aún resisten, aunque se sientan atormentados. Aún hacen lo imposible por no volver a su país, después de haber odiado tanto a Venezuela, porque no es sólo que desprecien al gobierno chavista, sino que se sienten acomplejados sencillamente por ser latinos. Eso de regresar, lo considerarían una horrible raya. Después de haber gritado una y mil veces: ¡MADURO COÑO DE TU MADRE!, aún a sabiendas de que eso a Maduro le importe un comino, que es, en el fondo, como si ellos mismos se mentasen la madre. Ellos para justificar hasta la propia humillación que sufren por parte de los gringos, llegan y les echan la culpa a los chavistas diciendo que Trump tiene razón en no querer recibir delincuentes (de El Tren de Aragua). Son tan obtusos que no entienden que ese odio a los latinos por parte de los gringos, es algo connatural en ellos. Porque no es sólo Trump, y no se trata sólo del invento del Tren de Aragua, se trata de que así piensa el 90% de los norteamericanos y 100% de sus instituciones. Pero ahora están por allá lejos, desamparados, impotentes, con el enorme rabo entre las piernas, después de haber inventado que en Venezuela fueron torturados, perseguidos, humillados y violados en las cárceles venezolanos, cuando en verdad jamás les tocaron un pelo, ni nunca estuvieron presos.
Hoy leemos en el diario "El País" del estado franquista español, una nota de prensa redactada por un tal Alonso Martínez en la que dice. "Durante mucho tiempo, el sueño americano ha sido un pilar fundamental del optimismo migrante en Estados Unidos. En especial entre los latinos. Pero después de décadas de estar a la vanguardia de ese sueño, parece que la idea de que cualquier persona, sin importar su origen, puede alcanzar éxito, prosperidad y movilidad social mediante trabajo duro y oportunidades en ese país, se desvanece a un ritmo acelerado. Los resultados publicados este mes en el Estudio sobre la opinión de los hispanos de 2025 realizado por la empresa analista Nielsen entre marzo y abril, muestran que la fe en este ideal ha alcanzado su punto más bajo desde que se inició la encuesta en 2018, y casi la mitad de los hispanos afirma que el sueño está desapareciendo o ya se ha desvanecido".
Ese fulano SUEÑO consistía sobre todo en que iban a volverse ricos en poco tiempo, en que iban a vivir con los super héroes que todo lo pueden, que dominan el mundo, que iban a intimar con las mujeres más bellas, con los catires más lindos, moviéndose siempre entre rutilantes rascacielos, pudiendo adquirir de la noche a la mañana bellos y lujosos carros, darse la vida entre casinos y burdeles, recorriendo noche y día los alucinantes centros comerciales con sus inmensas virguerías. Eso es lo que casi todos los que van a EE UU buscan. No buscan ser más humanos, más nobles, sino ricos y tener en abundancia bienes materiales. Y ahora se están encontrando con que tiene que vivir escondidos, asustados, con sus hijos o padres temblando, temiendo que puedan ser enviados El Salvador, o a Allegator Alcatraz, o a un centro de refugiados para indocumentados, porque aun teniendo la Green Card, aun siendo gringos asimilados, pueden llegar a ser encarcelados y torturados. Es imposible imaginar mayor humillación, pero todo se lo calan porque quieren soñar, soñar y soñar. No quieren abrir los ojos, ver la realidad.
Ahora resulta que en el tal SUEÑITO se experimenta un tremendo aumento del costo de vida, los salarios son precarios, no pueden tener cuentas en los bancos porque son seriamente investigados. Según un sondeo oficial, realizado por los propios estadounidenses, en 2025, el 48,3% de los propios hispanos señala que el sueño americano va en picada, porque en 2018, sólo lo consideraban un 30,5%, en 2023, un 34%. Y hay que tener en cuenta que un porcentaje bien grande, considera que ese fulano SUEÑO es la más grande mentira que jamás hayan imaginado. En el Estado de La Florida, el pánico ha cundido en dimensiones catatónicas, porque muchos que quieren huir, siendo horriblemente antichavistas no saben cómo hacerlo, porque tienen los pasaportes vencidos y se encuentran por así decirlo, de manera ilegal. Si se presenta ante ICE diciendo que quieren regresar, los meten en Allegator Alcatraz.
Según escribe el susodicho Alonso Martínez: "…los latinos más jóvenes siguen siendo más optimistas que personas mayores. Entre los jóvenes de 18 a 24 años, el 11,1% aún cree que el sueño está "vivo y coleando", la proporción más alta entre todos los grupos de edad. En comparación, solo el 6,7% de los que tienen entre 45 y 54 años comparten esa opinión… Los adultos jóvenes también son menos propensos a haber abandonado el sueño por completo. Solo el 15,2% de los jóvenes de entre 18 y 24 años afirma que el sueño americano "ya no existe", en comparación con el 29,7% de los de entre 25 y 34 años y el 25,6% de los de entre 45 y 54 años". Sigue diciendo el señor Alonso. "En 2025, el 35,4% de las personas con un título universitario de cuatro años afirmaba que el sueño americano ya no existía, junto con el 26,6% de las personas con títulos de posgrado. Por el contrario, solo el 16,6% de las personas con un título de secundaria y el 21,1% de las personas con un título de dos años compartían esta opinión".