Ayer fuimos, mi mujer y yo, a alistarnos en defensa de la patria. Es un orgullo hacerlo y, más aún si esa defensa significa combatir a los gringos. Son la mayor calamidad que ha azotado el mundo, no hablo de Trump y sus acólitos, hablo de todos aquellos que, en ese país, se asumen como rectores del mundo.
Fuimos además con el orgullo de haber visto, un video de nuestro pelotero Ronald Acuña, enfrentándose a esos miserables de la ICE que pretendieron llevarse detenidos a unos niños latinos que salían con sus padres del estadio. Es una Gestapo del siglo XXI, similar a la de los miserables judíos que se dedican a cazar niños palestinos.
En la cola para llenar los datos del alistamiento, en la plaza Bolívar de El Hatillo, les pregunté a los que allí estábamos, qué debíamos hacer con María Corina y sus acólitos que, al parecer, siguen en Venezuela. Todos coincidieron: detención inmediata y juicio sumario como traidores a la patria. Y también afirmamos que cualquier militar armado que pretenda desembarcar en nuestras costas, debe ser dado de baja inmediatamente, así sea a costa de nuestra propia vida.