"No odio a los reyes, odio la presión que conllevan"
Theodor Fontane
¡Le incautaron todos los bienes en el mundo al presidente Maduro, el mismo chiste malo de Ibéyise Pacheco!
El circo lo maneja el imperialismo y el principal payaso: Donald Trump, y una corte de marionetas, el cual van apareciendo de la noche a la mañana, como ha sucedido con la fiscal, Pamela Bondi, quien se encuentra haciendo el triste papel del gato, tapar por todos los medios posibles el hediondo y bochornoso caso de Jeffrey Epstein, el creador de un burdel infantil, por donde pasaron "connotados" y conocidos personajes, pero el más representativo y comprometido por su condición de ser el presidente de los Estados Unidos, el mismo Trump, quien ahora no haya, como esconderse del polvero levantado al conocerse todo el entramado de un verdadero antro de prostitución para una elite privilegiada y multimillonaria.
El Trump, se está defendiendo y atacando, como un verdadero dictador y por algo un periodista lo calificó, como el nuevo Hitler, alumbrado con toda el colorido y luces, que ofrece el capitalismo salvaje el cual utilizan para atrapar, como presas fáciles por medio de todos los adelantos conocidos para embelesar. Ahora, para seguir en la misma onda del hitlerismo, sacan de la manga de la camisa, la conocida y trillada estrategia del jefe de propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, repetir una mentira las veces, que sea posible, porque algo queda en el subconsciente del común del pueblo, ya que, siempre se apoyan con el mismo patrón establecido con anterioridad: una falsedad, sobre la otra, hasta conseguir algún resultado.
Ahora, el chiste, es tan malo, como para un público extremadamente gafo, repetir que le confiscaron los bienes al presidente Maduro, en todo el mundo, pero primero lo acusan de estar relacionado con el cártel de los soles de México y el llamado "tren de Aragua", el cual ha tenido un renombre, asombrando a medio mundo, hasta que apareció la verdad por encima de todas las gafedades del equipo propagandístico de Trump, desbordados por la desesperación al ver, como se les viene encima todo el andamiaje, con que mantenían, como en un cuarto oscuro a casi toda Latinoamérica. Total, un invento aplaudido por la oposición venezolana, pero hasta ahí, porque saben que en pocos días se evapora y nos les queda otra, que seguir buscando en la misma caja de mentiras.
Es el mismo método, desde Hitler, hasta su reencarnación en Trump, ya que, las invenciones no pasan ni siquiera la primera prueba; el único detalle, por resaltar es la manera tan peligrosa, como viajan las desinformaciones comparables a la velocidad de la fabricación y comercialización de armamentos, porque ahí, precisamente está el veneno y el peligro de una guerra mundial. La llamada guerra cognitiva, no, es más, que la guerra del desconocimiento y la desinformación, porque todo, absolutamente todo está planificado para llegar al mayor número de personas, para que adoren al enemigo y lo sigan tan ciegamente, que son capaces de dar su propia vida, ya que, la ignorancia sumerge al ser humano en la más profunda oscuridad y cuando trata de salir, ya lo han amaestrado. Lo demás es opresión, saqueo y una esclavitud manejada por los todopoderosos representantes del capitalismo salvaje.
El Trump, con sus arrebatos incontrolables, desde el mismo momento de asumir su primer mandato, enfiló las baterías contra el presidente Maduro, utilizando en primer lugar, al Guaidó, a quien lanzó, apoyó y mimó, como un recién nacido, hasta convencerse, que estaban en presencia de un perfecto muñeco de plástico, porque era muy poco lo que hablaba y cuando trataba de trasmitir un mensaje, eran candideces, que ni siquiera risas provocaban, para luego montarse en el proyecto alocada y aventurero de la María Corina, comparable al pavo real, mucha pluma y de aquello fracaso. Por esa razón, están echando mano a cualquier invento, con doble propósito, primero distraer la atención, cuando le están desempolvando un escándalo, el cual puede tener las mismas connotaciones, que llevaron a Richard Nixon a la Renuncia y por el otro lado, es el presidente de los Estados Unidos, la casa del imperialismo en una vertiginosa caída y ha sido elegido como el salvador.
Es tan descarado y pesado el paquete de mentiras, que, al buscar a los encargados de prestarse para tan vil maniobra, empezando por el mismo Trump, la fiscal Pompi, Marco Rubio y del otro lado la oposición venezolana: María Corina la inhabilitada, Antonio Ledezma, Julio Borges e Ibéyise Pacheco la misma, que pretendió dar un tubazo y salió con las tablas en la cabeza, nos encontramos con un saco de víboras, tan pesado a la mochila de falsedades, propio para una película de ficción, pero va correr con la misma suerte de Guaidó, Edmundo González y su aya, El gobierno de Trump, atropella, confisca bienes de la nación venezolana –Los aviones dónde están– y después se inventa, que le incautaron los bienes al presidente Maduro, en todo el mundo. Se le puede creer, para que no se sigan rompiéndose sus alocadas cabezas, cuando existen sobradas razones para llevar a juicio al Trump y su peligrosa comitiva de terroristas.