Hallacas con mucho bollos fríos en Navidades en Venezuela

Lunes, 29/12/2025 02:48 PM

Las Navidades son para gozarlas, es un consejo apetitoso que abre caminos de paz. Aunque Trump se tragó y se atragantó de rabia mientras, en Venezuela con lluvia y frío: las ganas de seguir adelante no se perdieron sin ser patio trasero de nadie. Ni se aceptan espejitos gringos por petróleo. Y, es para contarlo y pásame la botellita de ron para echarme un palo y, que crezca el montón que el sancocho está en la candela y, que siga la fiesta y que dure hasta que el cuerpo aguante que, la invasión de Trump y Marco Rubio sigue en veremos como el país de mierda que somos para ellos.

Hallacas hubo por demás de lo que quisieran los paladares, siempre con la mente abierta, porque hay mucho loco suelto dentro y fuera del país y fascistas por demás y, los bollos se quedaron fríos por falta de fuego al cañón que, con los rusos en Margarita como turistas espantando malos pensamientos y, tirándose ese sol que quema las desigualdades, la vida sigue adelante allá y, cuando menos se espera sale el pan de jamón del horno y, venga ese abrazo compadre que, jamás dejaremos de ser libres y, que la paz siempre os acompañe.

Y las campanas están sonando y no, por Trump sino, por la alegría que un nuevo año llegará con muchos bonos para la subsistencia hasta que la marea baje que la Patria se construye con manos a la obra.

Mientras el cuatro y el furruco se expresan con música navideña como obra teatral del cielo y, es que esta vida hay que gozarla sin que nos parta un rayo.

¡Anjá!

¿A qué no me adivinas: lo que está en puerta? A no ser el viejo año que se va y, el nuevo que llegará con su maraquita latiendo de esperanza y, a bailar se ha dicho.

Mientras, Trump después de pensarlo quiere cogerse el subsuelo venezolano para él solito. Sin que nadie se dé cuenta. Ni que nadie lo contradiga que, lo que hay abajo es mío, mío, mío -dijo. Y quién me critique solo le digo que, eso es para hacer más próspero mi país. Y, Milei desde Argentina cuando lo oyó dijo: ¡Qué boludo! Y el mundo sin egoísmo crujió de rabia.

Y que nos queda: tragar las 12 uvas del tiempo y, una tras una con la campanita de Belén y, ellas se pierden como a la vuelta de la esquina con una Venezuela esperanzada que arde por dentro de vivencias compartidas y, el año que viene aunque se opongan los gringos será mejor que, petróleo es lo más que hay y, las puertas abiertas siempre estarán para aquellos que como inmigrantes se fueron y, ahora regresan por el mal sabor del sueño americano que, les enflaqueció las ganas de echar raíces allá, donde no los quieren y, más en EEUU donde el racismo compartido por Trump, Marco Rubio y tantos, está floreciendo como las bestias que son.

Entonces, en Venezuela te quedas. No importa que te coma el tiempo que, ella es pan comido de nuestra convivencia sin tristeza de arrepentimiento como pobre o rico sin miramiento pues, todos nos vamos sin nada que es lo más triste después de tanto reunir para que otros disfruten sin compartir esfuerzos, pero, todo lo material es de Trump como ejemplo de su estoicismo. ¡Bravo!

¿Y tú mi amigo? Cómo te cogió el año. Un año más en tu vida que, otros dirán tanto trabajar para nada. No importan los avatares del camino recorrido que, mientras haya Navidad con hallacas, pan de jamón y, la botellita de ron no se envidia a nadie y, menos a los gringos que siguen viviendo de lo ajeno dentro del cuento rutinario de más de lo mismo.

Y. yo con mi soledad completamente en paz sin envidiar las injusticias de otros ni que me parta un rayo.

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