Se ha dado por hecho o es lo que se impuso después de que el tiempo comenzara a ser para algunos, que se separaron de los otros que comenzaron a contar desde antes de que el tiempo fuera. Y fue la forma más expedita de dominar y controlar al grupo, una vez que éste había aumentado en número, siendo una población mayor, estableciéndose las limitaciones desde quien poseía el poder. Fue así o fue asado, y así viene siendo, pero la realidad es que la pregunta sigue sin respuesta, pues qué fue primero, el huevo o la gallina, es la pregunta de las cien mil lochas; dos lochas un medio, cuatro lochas un real, ocho lochas un bolívar, y cinco bolívares un fuerte. Cada cabeza es un mundo y todas ellas un universo, pero se cree, así como se dice que hay un dios creador, como que la lo que hay es evolución, que son ambas las concepciones más arraigadas en el mundo bajo tales concepciones. Uno dios, varios dioses, el cosmos, o lo que también se viene pensando que es el hombre y por supuesto la mujer, que en el fondo son la misma cosa, porque en realidad lo que cambia es lo que lo hace diferente, para que parezca que tiene mayor sentido la dualidad que lo uno, único y absoluto. En eso es en lo que hemos debatido desde que hay mundo, desde que tuvimos la primera idea y lo transformamos en pensamiento, y éste se tematizó para ir elaborando discursos y narrativas, para hacer creíble un asunto o el otro, dejando una línea divisoria entre lo real y lo trascendente como realidad.
Hasta ahora nadie ha podido demostrar la falsación en ambos supuestos fehacientemente, porque está fuera del alcance de quien busca en lo empírico, cosas que no son. O acaso ha sido comprobado algo relacionado con el momento preciso de la concepción de alguna teoría o doctrina que prevalezca sobre los cánones propuestos se dice hace mucho tiempo. Cuánto tiempo ha transcurrido, los que creen y tienen fe, dicen que unos seis mil años, otros menos creyentes y más científicos, que hace 13.8 mil millones de años, como si fuera posible contabilizar cuándo la partícula o singularidad, que para los efectos es lo mismo, se dio por iniciar lo que luego se convertirá en todo lo que hay, lo físico, junto a lo que nuestros sentidos nos informan sobre lo que es posible y lo que al parecer no lo es tanto. Ante tales propuestas lo que queda es, en todo caso, proponer un tercer elementos a la hipótesis, y formular otra ecuación probable o posible, propuesta que abarca lo que hubo antes de que desde Babilonia se pasará a Grecia y sistematizarán el conocimiento aportado por los pensadores y filósofos, abriendo las posibilidades de ir planteándose desde otros sistemas que llamaron ciencias, como alternativa confiable para dar pasos sostenidos sobre evidencias tangibles, tanteado sobre un piso firme, lleno de convicciones, alejadas de las creencias innatas, y confiando más en los criterios matizados de ideas y conceptos, propuestas llenas de elementos particulares, que le dieran seriedad a las cosas infranqueables.
Llevamos millones de años en la Tierra, dicen los geólogos, por las estratificaciones que arrojan tales lecturas, lo que fue el escenario propicio para que se iniciara, digamos una participación eficiente, capaz de llegar a garantizas la posibilidad de vida, luego que se formaran los primeros organismos que comenzaron a medrar, creando la naturaleza como tal, de la cual también nos alimentamos y soportan la vida, por lo menos en este planeta. Ciertamente la cosa es más compleja de lo que parece, tan así que nadie sabe a ciencia cierta si la propia existencia es algo real o es una ilusión de los sentidos, un engaño de la mente, que en su manifestación sobre lo exterior, se propuso dar forma a lo que se requería para hacer posible lo imposible, o sea, esto que creemos la realidad. Pensemos por un momento en la nada o el vacío, cabe la posibilidad de que en la nada haya algo, y que ese algo esté en el vacío. Concebirlo desquicia, porque no tiene asidero lógico y menos racional. Pero hay que preguntarse también si lo que ayer fue creíble para algunos, luego fue descartado con una nueva propuesta al respecto, como ocurrió con el átomo, o lo indivisible. Divide y vencerás dicen que dijo César en las Galias y venció. Pues lo que constituye al átomo son partículas, las cuales a su vez se subdividen, cada una con una propiedad particular que se está estudiando. Es como hablar de misticismo y confundirla con religión, que hoy pasan de más de siete mil sectas, en Occidente, un récord en materia de creencias y de fe en lo que no se ve ni se puede tocar, pero que pareciera estar en todas las cosas, por lo menos en las cosas buenas, lo bonito y lo hermoso, dejándole al bicho lo feo, horrible y malo, es o no la dualidad que se mencionó antes, cuando todo comenzó a tener cierta relación.
Cuánto somos capaces de imaginarnos, dónde está el límite de lo simbólico, habrá una totalización de lo universal, tendrá fin el cosmos, seremos los únicos que nos hagamos tales preguntas. Mientras pensamos en estas cosas, cuántas otras no ocupan nuestros pensamientos al despertar a un nuevo día, como si en realidad no tratara del mismo tiempo que transcurre y al paso envejecemos y estamos cada vez más cerca del final de una existencia actual. Son apenas un asomo a premisas críticas planteadas al voltear las cosas para buscarle el trasfondo, en busca de la respuesta que no será sino parcial, mientras estemos atados a estas circunstancias construida por cada cual y cada quien, incorporando a las externalidades, lo que considera puede ser para que de la masa no sólo se haga mazamorra. Una de las maneras que existen como para acercarse a lo inconcebible y darle contenido y contención, es probando desde otros sentidos lo que hay, dejando de lado lo que nos han planteado sobre lo desconocido, es decir, lo que no conozco, lo que ignoro, y más allá de los dogmas, adentrarse desde lo que está, hacia un viaje interior sin ideas preconcebidas, sin pensamiento, sin nada que te ate a lo que te han dicho que hay y a lo que es. Eres singularidad, eres vida, y eso solo se manifiesta fuera de la naturaleza y de todo lo que hemos podido concebir porque lo hemos creado fuera de nosotros mismos. Tú eres lo único que hay que tiene la respuesta a todas las preguntas, a las incógnitas, pero la única vía, es que sigas tu sendero interior hacia lo que está en ti.