Escribió un poeta: El planeta muere a puñaladas. Se desangra entre el ego de los líderes, las ansias expansionistas, el caos ecológico, el genocidio, el nuevo colonialismo y la nueva esclavitud. Las noticias conmueven el espíritu de los pacifistas, que entienden que no se trata de ser parciales, sino de advertir que estamos en la tenue línea que de romperse, la humanidad podría reducirse a escombros y fósiles. En el mundo trastocado, unos ponen las balas y los misiles, y otros, las lágrimas y las esperanzas de lo imposible.
Así, o peor se ve el mundo en la actualidad. Pero, lo curioso es que se ha incrementado considerablemente las actitudes poéticas de la población mundial, especialmente de las ganadoras de los espacios de paz más relevantes, que son las mujeres. Sin duda las "Madres de mayo" han triunfado; las madres de Washington todavía no existen y no existirán allá, por ahora; pero en otras tierras habrá madres pidiendo con cantos que devuelvan los niños secuestrados, hijos de las madres expulsadas sin sus críticos. Mire usted las manifestaciones pacifistas en todo el mundo, escuche las mujeres que aliadas al sufrimiento claman, no piedad, sino el fin de la barbarie. Y luego transcribe sus sentimientos. a versos que denotan la profundidad de lo que piensan.
No existe acera de enfrente para la verdadera poesía y razón poética. La poesía une los espacios separados por límites imaginarios, depone las barreras geográficas, viaja en el tiempo hacia adelante y hacia atrás, espacio y tiempo son parte de una redefinición para la vida digna, en paz. Estamos en los tiempos de la resignificación de la vida, sobre la significación de causar destrucción y muerte; porque lo absurdo de la guerra, el hambre, la segregación y otras calamidades se ha vencido, tanto que las reacciones dentro de los países con capacidades definidas agresoras claman por otro tipo de discurso. Hay que deshilachar los discursos anti humanistas hasta que sean volátiles, efímeros.
El cambio en el discurso hacia lo sublime de la humanidad es por sí misma poesía. La geopolítica diferente a la imposición, colonialismo, sustracción, aniquilamiento, dependencia, ha de ser otra, y posiblemente no está a la vuelta de la esquina, está un poco más allá, cuando las propias circunstancias obligan a priorizar en la solidaridad, cooperación, fraternidad, en el amor humano ya la naturaleza. Los ruines, los malvados, los expoliadores serán desechables en la lógica de una geopoética que quiere otra historia y que con otras palabras se cuente la vida vivida y la que se desea. Todo parece que cambios significativos en la geopolítica provocarán aproximaciones a la geopoética. De seguir el camino que describimos al comienzo del artículo, el distanciamiento se hará más evidente.
La geopoética demanda aclarar y des-construir conceptos, con ayuda de los versos, como los citados antes, hambre, pobreza, libertad, apropiación, dependencia, esclavitud, sumisión, alienación, derechos, deberes, flores, mariposas, arcoíris, vida, muerte, naturaleza, caos, amor, odio... todo está por revisarse, hasta Dios.
Estando en el XII Encuentro Latinoamericano de Poetas "La Victoria", realizado en la hermosa ciudad de Barquisimeto (Venezuela), mayo de 2025, probé en varios momentos el uso del término geopoética, mis amistades le ven un espacio entre los miles de miles de poetas que somos en el mundo, eso nos obliga a pensar que nos aproximamos al momento de construir una estructura de pensamiento sobre la geopoética latinoamericana, una asociación, un instituto, un tanque de pensamiento, una red... eso lo veremos luego.