La promesa de "Mi Casa Bien Equipada" para los maestros se desvanece en el olvido

Martes, 19/08/2025 06:25 AM

Miles de educadores sentimos una profunda mezcla de tristeza y frustración cada vez que pensamos en los planes del IPASME, ya sean los de vivienda o el de "Mi Casa Bien Equipada". Hoy, en especial, mi mente vuelve a ese último programa. Se cumplen tres años desde que Aporrea publicó mi primer artículo, "El Ipasme está raspado en gestión de Mi Casa Bien Equipada", una denuncia que jamás hubiera querido escribir, tristemente, sigue siendo tan relevante como el día en que la escribí.

Nos prometieron un beneficio, una ayuda para dignificar nuestros hogares después de años difíciles de trabajo. Para mí y para miles de colegas, aquello no era un simple electrodoméstico; era la nevera que mi familia necesitaba, la lavadora que aliviaría la carga de mi esposa. Era, en resumen, una promesa de que alguien se preocupaba por nosotros.

Pero esa promesa se nos esfumó entre los dedos. Han pasado ya siete largos años desde que nos dijeron como parte de la propaganda "Primero los Maestros", un marketing político que pudo tener una historia de éxito y aquí seguimos, con las manos vacías.

Recuerdo cuando Elías Jaua estaba en el ministerio. Al menos él actuó cuando se supo de la corrupción; detuvieron a unos cuantos funcionarios del IPASME en San Cristóbal, eso brindaba confianza y esperanza.

Pensamos que la justicia, aunque lenta, llegaría. Pero cuando él se fue, todo se detuvo. Fue como si cerraran una puerta y nos dejaran afuera, en el frío, esperando.

Denuncias en el vacío y la burla del silencio

Hemos intentado de todo. Fuimos al Ministerio Público, protestamos cívicamente, creyendo que el sistema nos protegería. Puse mi denuncia en mayo de 2021, con la esperanza de que alguien investigaría. Y hace tres años, cuando se habló de un fiscal nacional, sentí un pequeño rayo de luz. Pero esa luz se apagó, algún día hablaré de los detalles.

Las denuncias no tuvieron eco, y la respuesta que hemos recibido del IPASME ha sido un silencio que nos duele más que las palabras. Nos han dejado en el limbo, sin una sola explicación.

La impotencia es lo que más pesa. Ver a mis colegas, gente que lo da todo en las aulas, que se vio obligada a usar la aplicación VenApp para pedir justicia. Y aun así, nada.

Muchos de nosotros hemos llegado a un punto en el que nos preguntamos: ¿para qué seguimos afiliados al IPASME? Sentimos que la institución nos ha dado la espalda. Han perdido nuestra confianza, han roto ese lazo que nos unía.

Al final, "Mi Casa Bien Equipada" no fue un programa, fue un espejismo. Una historia más de incumplimiento que se suma a la larga lista de promesas rotas.

Solo nos queda la pregunta, esa que nos hacemos cada día al llegar a casa: ¿cuánto más tendremos que esperar para que alguien, por fin, nos dé la cara y nos responda por lo que perdimos o nos robaron?

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