La senda de la liberación nacional: Manolo Monereo y la ruptura con el consenso europeísta y neoliberal
En el panorama político e intelectual español, dominado durante décadas por un consenso mayoritario en torno a la pertenencia a la Unión Europea y a la OTAN como pilares incuestionables del progreso y la modernidad, la figura de Manolo Monereo destaca como una de las pocas voces que, siguiendo la estela crítica de Julio Anguita, se ha resistido a ceder a la ideología europeísta, otanista y neoliberal. Su pensamiento no se limita a una crítica puntual, sino que construye un proyecto alternativo de país, articulado alrededor de un concepto radical: la "liberación nacional". Este ensayo argumentará que la propuesta de Monereo representa una de las pocas visiones integrales que plantean una ruptura soberanista con el régimen del 78 y sus constricciones externas, proponiendo una república popular, productivista y socialmente exigente como única vía para recuperar la dignidad y la soberanía perdidas.
Monereo, en continuidad con el "no a la OTAN, no a la Europa del capital" de Anguita, identifica a la Unión Europea y a la arquitectura atlántica no como espacios de cooperación, sino como estructuras de dominación neoliberal que vacían de contenido la soberanía popular y la democracia. Para él, la UE actúa como una "dictadura de Bruselas" que, a través de tratados y mecanismos no democráticos, impone políticas económicas (austeridad, liberalizaciones) que priorizan los intereses del gran capital y de las potencias hegemónicas, principalmente Alemania, sobre las necesidades de los pueblos. Esta sumisión externa es, en su análisis, la causa fundamental de la "degeneración y humillación nacional" que padece España: desindustrialización, dependencia tecnológica, precariedad estructural y pérdida de control sobre sus recursos estratégicos.
Frente a esta alienación, Monereo propone la "liberación nacional". Este concepto va más allá de la independencia formal; implica la recuperación efectiva por parte del pueblo español de su capacidad para decidir sobre todos los ámbitos de la vida colectiva, sin tutelas externas. El instrumento jurídico-político para ello sería una república popular, cuyo marco constitucional establecería de forma taxativa la prevalencia de la voluntad democrática interna sobre cualquier mandato o tratado internacional. Esto simboliza la ruptura total con el Régimen del 78, al que ve agotado, corrupto e incapaz de defender los intereses nacionales por su compromiso fundacional con la integración subalterna en Occidente. La república sería, por tanto, el acto fundacional de una nueva comunidad política, basada en una "gran fuerza popular" que supere las divisiones fomentadas por la vieja partitocracia.
Este proyecto de república popular tiene un componente productivista y de cohesión interna esencial. Monereo argumenta que la recuperación de la soberanía exige una reindustrialización planificada y dirigida por un Estado fuerte, que despliegue un nuevo desarrollismo. Este no debe confundirse con una mera nostalgia del desarrollismo franquista, un sentimiento que, advierte, no puede ser capitalizado por la extrema derecha. Se trata de un desarrollismo democrático y popular, orientado a las necesidades sociales y ecológicas del siglo XXI, y "desconectado" de los circuitos de dependencia de la UE. Requiere, a su vez, una "cultura del trabajo" renovada, que dignifique el esfuerzo productivo y la creación de valor real.
Para sustentar esta transformación, creemos, Monereo debe abogar también por un sistema educativo exigente, riguroso y selectivo. Su visión pedagógica debería ser doble: por un lado, debe garantizar la igualdad de oportunidades y la formación crítica de la ciudadanía; por otro, debe ser capaz de crear élites técnicas e intelectuales competentes y comprometidas con el proyecto nacional de desarrollo. Estas nuevas élites, surgidas del mérito y al servicio del interés colectivo, serían las encargadas de dirigir la nueva etapa productivista, en contraste con las élites financiero-especulativas del régimen actual.
Finalmente, el proyecto de Monereo incluye una firme defensa de la unidad nacional frente a lo que consideramos "intentos golpistas y supremacistas" de sectores independentistas vascos y catalanes. En su perspectiva, estos nacionalismos periféricos, al fragmentar la soberanía popular y aliarse a menudo con fuerzas reaccionarias o con intereses externos, debilitan la capacidad de España para llevar a cabo su liberación nacional. La república popular sería, por definición, un proyecto de soberanía compartida para todos los españoles, indivisible y solidaria, sin perjuicio de un respeto a los regionalismos leales con el Estado en una República Española que necesariamente debe ser plural, porque la propia España es plural.
En conclusión, Manolo Monereo representa una corriente político-intelectual que, por acción censora mediática parece marginal, pero dotada de una coherencia extraordinaria en el España contemporánea y muy necesaria para salir del pozo. Hay muchos que, en silencio, la secundan,. Su pensamiento, heredero del anguitismo más comunista en lo hondo, rechaza los dogmas europeístas y atlantistas para construir un relato alternativo de soberanía, república y desarrollo nacional autocentrado. Su propuesta de "liberación nacional" es un desafío integral al status quo: plantea no solo cambiar un gobierno o una política, sino fundar un nuevo régimen político, económico y educativo que ponga fin a lo que él ve como una época de sumisión, decadencia y falta de proyecto colectivo. Más allá de las discrepancias que sus tesis puedan generar, su obra constituye un testimonio indispensable de que, en el pensamiento político español, aún existe un espacio de resistencia frontal al consenso neoliberal y una defensa radical de la democracia como autogobierno del pueblo.