Lo que encontraron en el interior de la Luna

Lunes, 24/11/2025 09:31 AM

© Elena11 -

Durante más de medio siglo, la Luna ha sido el mayor archivo geológico al alcance de la humanidad.

Misiones, sensores, experimentos y montañas de datos han intentado descifrar qué ocurre bajo esa superficie gris que parece tranquila, pero que en realidad preserva claves ancestrales sobre cómo se formó el sistema solar.
Sin embargo, uno de los mayores enigmas permanecía intacto: ¿qué se esconde realmente en el centro del satélite?

Diversas hipótesis habían sugerido respuestas, desde estructuras semi–fundidas hasta modelos híbridos sin confirmación.

Pero un nuevo estudio internacional acaba de presentar una evidencia imposible de ignorar.

Su conclusión no solo despeja una duda histórica: obliga a replantear la manera en que entendemos la dinámica interna de los cuerpos planetarios.

El reciente avance, publicado en una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo, confirma algo que durante años fue motivo de debate:

La luna posee un núcleo interno sólido, sorprendentemente similar al de la Tierra, con una densidad equiparable a la del hierro.

El hallazgo fue liderado por Arthur Briaud, del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, junto con especialistas de múltiples países.

Su investigación logró lo que las misiones Apolo, los experimentos de retro reflectores y las mediciones gravitacionales no habían podido determinar con total certeza: la estructura exacta del corazón lunar.

del satélite está compuesto por dos capas principales.

Una envoltura externa fluida, con un radio cercano a los 362 kilómetros.

Un núcleo interno completamente sólido, de unos 258 kilómetros.

Ambas regiones representan alrededor del 15% del radio total.

Pero lo más llamativo no es su tamaño, sino su composición: la densidad registrada —7.822 kg/m³— casi calcada Un dato que resuena con fuerza porque acerca la estructura lunar al modelo terrestre más de lo que se pensaba.

Este descubrimiento no es solo un dato técnico: sugiere que la Luna compartió procesos geológicos internos más complejos de lo que se imaginaba y que su evolución pudo seguir un camino sorprendentemente parecido al nuestro.

La investigación que reconstruyó un rompecabezas imposible

Para llegar a esta conclusión, el equipo combinó información de distintas épocas y misiones.

Utilizaron datos sísmicos históricos, mediciones milimétricas en la distancia Tierra–Luna y modelos computacionales completamente nuevos.

Esta estrategia permitió reconstruir un perfil interior mucho más preciso que en estudios anteriores.

Los resultados, sorprendentemente, coinciden con una hipótesis propuesta en 2011 por un grupo de investigadores de la NASA, que ya sugería la existencia de un núcleo sólido pero sin la robustez de evidencia actual.

El progreso tecnológico fue clave: los algoritmos utilizados hoy tienen la capacidad de integrar señales dispersas que hace veinte años se consideraban ruido. Gracias a ese refinamiento, la estructura lunar emergió con nitidez por primera vez.

Una pieza perdida en la historia del sistema solar

La pregunta inevitable es: ¿por qué este hallazgo es tan relevante?
Porque la existencia de un núcleo sólido ayuda a explicar un fenómeno que durante décadas desconcertó a la comunidad científica: la Luna, en su juventud, poseyó un campo magnético tan fuerte que rivalizaba con el terrestre.

Ese campo desapareció hace miles de millones de años, pero su presencia quedó registrada en minerales antiguos traídos por astronautas.

La gran incógnita era cómo un cuerpo tan pequeño pudo generar una magnetosfera tan intensa.

La nueva investigación aporta una respuesta convincente.

El movimiento y la convección del núcleo interno habrían generado corrientes eléctricas capaces de originar un campo magnético estable.

Con el paso del tiempo, al enfriarse esa región sólida, el mecanismo se debilitó hasta apagarse.

Y con él, el escudo magnético lunar desapareció.

conservaron.

Este descubrimiento redefine el papel de la Luna como archivo geológico.

Deja de ser un simple objeto rocoso para convertirse en una cápsula del tiempo que conserva información crucial sobre los primeros mil millones de años del sistema solar, un período del que casi no existen vestigios en la Tierra debido a la actividad tectónica.

Hoy, la confirmación de ese núcleo sólido abre nuevas preguntas:
¿Qué tan activa estuvo la Luna en su infancia?¿Pudo su campo magnético influir en la Tierra primitiva?
¿Compartieron ambos cuerpos un origen más íntimo de lo que pensamos?

Preguntas que en algún momento tendrán su respuesta.

NO SE DEBE SE DÉBIL, SI SE QUIERE SER LIBRE

24 11 2025

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