Derechos de los pueblos Orignarios

Domingo, 12/10/2025 06:57 PM

Las naciones son anteriores históricamente al surgimiento de los Estados, y de la propiedad

privada; por tanto, la nación es una entidad con permanencia histórica mayor que el Estado.

Los pueblos originarios nacieron en su territorio, vivieron y se desarrollaron en ellos;

crearon su propia identidad y sus elementos culturales; los territorios son la base natural

de los pueblos originarios.

Antes de nuestra presencia (ANP) ya estaban los pueblos originarios como lo demuestran

las diferentes teorías sobre el origen del poblamiento del continente "americano"; de tal

forma que ese territorio que posteriormente llamaron AFRICA es la cuna de la humanidad

Entonces cronológicamente se puede afirmar que los pueblos originarios antecedieron

mucho antes a las invasiones europeas.

En 1492 los europeos llegaron a América buscando rutas alternativas para el comercio con

Asia de especias y productos de lujo, como sedas, joyas y perfumes, entre otros.

De forma paulatina fueron "descubriendo" y despojando un continente entero, poblado

por otras personas, a quienes los castellanos llamaron "indios" por considerarlos

inicialmente habitantes de la India, de las "Indias Occidentales" (Antillas y Bahamas, islas

del Caribe). Lo primero que sorprendió a los recién llegados, cuyas filas estaban integradas

por hidalgos ( de sangre limpia se habían dedicado a la milicia, donde lucharon contra los

musulmanes), una minoría de clérigos y caballeros (quienes podían comprar un caballo) y,

sobre todo, por soldados y campesinos pobres, fue lo saludables que parecían los indígenas

en comparación con ellos: más altos y robustos, limpios y con una dieta muy nutritiva. Pero

esta imagen no persistió.

Las expediciones inglesas de peregrinos que llegaron años después de los primeros

contactos a la llamada "Nueva Inglaterra" (Estados Unidos), por ejemplo, describieron

pueblos abandonados, cadáveres y esqueletos desparramados por el suelo de antiguos

asentamientos.

Las doctrinas de terra nullius y del "descubrimiento"

Las doctrinas del desposeimiento que surgieron con posterioridad a la conquista y

colonización, en el desarrollo del derecho internacional moderno, de terra nullius y del

"descubrimiento", tuvieron efectos perjudiciales incalculables para los pueblos indígenas.

La doctrina de terra nullius, tal y como se aplicaba a los pueblos indígenas, sostenía que las

tierras indígenas estaban legalmente desocupadas hasta la llegada de una presencia

colonial, y por tanto, podían convertirse en propiedad de la potencia colonizadora mediante

la ocupación efectiva. En sentido estricto, en los siglos XVII, XVIII y XIX, la doctrina del

"descubrimiento" otorgó a los Estados que descubrían tierras previamente desconocidas

para estos un título imperfecto que podía perfeccionarse mediante la ocupación efectiva

dentro de un plazo razonable. Esta doctrina, tal y como fue aplicada por los Estados, con

escaso o ningún apoyo del derecho internacional, otorgaba a la potencia colonial

"descubridora" jurisdicción sobre las tierras indígenas que eran utilizadas y ocupadas por

estos, a lo que a veces se hacía referencia como título aborigen.

El término "descubrimiento" es producto de la "genialidad" del que descubre, del que

encuentra algo. Así, quien supo encontrar fue Europa; los que llegaron de otras tierras, no

quienes ya estaban instalados desde hacía siglos en sus tierras, y comprendían un territorio

mucho más grande que el "fabuloso continente de la sabiduría y del poder cristiano". No

sabían que existían quienes ya estaban instalados con sus tradiciones antiquísimas, sus

dioses benignos o terribles, su exquisita orfebrería y organización social, sus sueños

fabulosos y su humana cosmovisión.

El certificado de "Descubridores" lo sellaba y refrendaba Europa, como si ella fuera la madre

depositaria del registro Universal, cuando en realidad estaba tan despistada moral

espiritualmente que propagaron es estas tierras de "América" las injusticias más sórdidas y

los elementos de la servidumbre más atroz.

Esos "descubridores no vinieron a gobernar sino a explotar; traían en su sangre el concepto

de propiedad como viene definido en el derecho romano; el derecho de usar y abusar de

las cosas en cuanto lo autorice la razón.

RAZA Y RACISMO.

Según Aníbal Quijano (2014), "Para invadirnos, someternos, saquearnos y diezmarnos, los

conquistadores europeos se valieron de dos instrumentos, la cruz y la espada, para imponer

su doctrina: un solo dios, un solo rey. Obtuvieron una bula papal que les otorgaba estas

tierras con la condición de "evangelizar" a los indígenas (extirpar idolatrías). E inventaron el

racismo, el criminal concepto de razas "superiores" e "inferiores", sustento ideológico de

ese y posteriores genocidios".

El término "raza" y "racismo" son el producto del proceso sociohistórico que significó la

colonización para crear toda una estructura de dominación; estableciendo la clasificación

social de la población mundial, es una construcción social que expresa la dominación

colonial; es decir que dicho término "raza" no es en ningún caso un término neutral e

inofensivo como lo han querido establecer las diferentes instituciones que conforman el

Estado.

Es un término donde confluyen diversas cargas ideológicas, políticas, culturales, y

económicas que forman parte de la superestructura de la sociedad; siendo lo más negativo

es que hasta hoy en pleno siglo XXI el término "raza" aún subyace en el imaginario cognitivo

de las sociedades; pues el sistema educativo, la formación de la ciudadanía la siguen

fortaleciendo como una forma de mantener la discriminación social y como una de las

formas de establecer exclusión social y afincar el no reconocimiento sociohistórico de las

culturas y legado de los pueblos originarios.

El nombre del continente que luego denominaron América "se constituyó como el primer

espacio//tiempo de un nuevo patrón de poder de vocación mundial y, de ese modo y por

eso, como la primera id-entidad de la modernidad"; esto quiere decir que los pueblos

originarios fueron desplazados de su propia identidad que tenían como pueblo organizado

con propia construcción histórica.

Los pueblos originarios fueron los primeros habitantes de sus territorios que vivían según

sus propias creencias y creando sus propias formas de auto gobierno y organización social.

A través de la creación del término "raza" comienza la sustitución de la id-entidad autóctona

de dichos pueblos generando la idea de superioridad de unos versus la inferioridad de los

naturales.

De tal forma, que así fue creada la división y estratificación social entre indios, negros,

mestizos, blancos, y luego los amarillos y aceitunados. Se impuso a sangre, fuego, espada y

cruz la evangelización con un Dios blanco y de ojos azules

El término "raza" ha dado origen a las traumáticas divisiones en toda la estructura social

que conocemos hasta ahora. Raza y división racial del trabajo, ejercieron todas las formas

de control y de explotación del trabajo y de control de la producción- apropiación-

distribución de productos articulados alrededor de la relación capital-trabajo.

El pueblo indígena inicialmente fue utilizado como mano de obra desechable forzados a

trabajar hasta morir pues supuestamente eran seres inferiores y sin alma, sin derecho a

salario.

El otro gran componente credo a raíz de la raza fueron las personas de color protagonistas

del trabajo esclavo sufrida por la población traída de la futura África y llamados

despectivamente "negros". Por cierto, según relatare Houtart (2007) no podemos olvidar

que el primer navío que transportó el contingente de esclavos de la lejana África tenía por

nombre "JESUS"; lo cual demuestra como la religión católica fue un cómplice del ideario

"raza".

Durante la colonización, la unión de la cruz y la espada constituyo el drama y la ambigüedad

de la primera evangelización. No solo fue el origen de la amalgama entre un proyecto de

explotación económica de imperialismo político y la predicación del evangelio, sino que

condujo además a la instrumentalización de la fe para legitimar la dominación de la "raza"

superior y organizar la opresión.

Hoy más que nunca si tiene pertinencia histórica el tema de los pueblos originarios, pues es

relevante para mantener la memoria histórica, la tradición de lucha, la cultura desarrollada

por esos pueblos; es necesario para reivindicar la presencia originaria que dieron origen a

los territorios.

Los pueblos originarios continúan enfrentándose a barreras estructurales que limitan su

plena inclusión social y económica. Datos disponibles del último censo muestran que en

2010 existían alrededor de 42 millones de personas indígenas en América Latina, lo que

representa casi el 8 por ciento de la población total.

Uno de los mayores desafíos que enfrenta la región en su búsqueda de la igualdad es la

inclusión de los derechos de los pueblos originarios entre las prioridades de las políticas.

Los retos son enormes, si se considera que, en América Latina, existen más de 800 pueblos

originarios, con una población cercana a los 45 millones de personas, que se caracterizan

por su amplia diversidad demográfica, social, territorial y política, e incluyen desde pueblos

en aislamiento voluntario hasta su presencia en grandes asentamientos urbanos. En

Venezuela existen actualmente 42 pueblos originarios.

A esto se agrega que el crecimiento económico registrado en la región es altamente

dependiente de los recursos naturales y de sus precios internacionales, al mismo tiempo

que se observa una débil gobernanza de estos recursos. La reprivatización de la economía

ha ocasionado fuertes presiones sobre los territorios de los pueblos indígenas y ha

desencadenado numerosos conflictos socioambientales todavía no resueltos.

La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Originarios ha sido

el corolario de las prolongadas luchas indígenas y sintetiza el estándar internacional,

obligatorio para los Estados, ofreciendo un marco normativo explícito como enfoque para

las políticas públicas.

En la medida en que los derechos de los pueblos indígenas han sido reconocidos, el marco

de referencia de la autonomía que ellos demandan ha sido el reconocimiento del derecho

a la libre determinación, que supone la existencia y el ejercicio de derechos colectivos, así

como el respeto a las instituciones y sistemas de autogobierno.

Fuentes:

Houtart, F (2007). Mercado Y Religión. Fundación Imprenta de la Cultura. Caracas.

Quijano, A. (2014). Colinealidad del Poder, Eurocentrismo y América Latina, en http:

www.clacso.org.ar/biblioteca.

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