"Ciencia sin conciencia
no es más que rutina del alma"
Rabelais
La mañana de este lunes, tuve un encuentro con un profesional de la medicina, quien debería callarse para que no caiga en tamaña ridiculez de opinar, como un perfecto pitiyanqui, sobre la situación de hostigamiento del gobierno de los Estados Unidos, sobre Venezuela, el presidente Maduro y el pueblo venezolano; fue tanta la verborrea, que lo deje hablar y al final se fue apagando, porque simplemente se dio cuenta que me estaba burlando. Pero quién puede aceptar semejante estupidez, cuando en una parte de lo que expresado dio una muestra de su ignorancia heredada de su infancia, ya que, en su hogar se persignaban frente al retrato de Rómulo Betancourt: "Deberían entregarse para no crearle más problemas a Venezuela, están provocando la invasión" Lo único, que le respondí en tono burlón ¡Hasta luego Dr. no sabía que usted lo único que tiene en el cerebro es cagajón y sal y mucho amor por los gringos!
Con toda razón, el cantor del pueblo Alí Primera, dejó una reflexión en unas de sus canciones ¡La ignorancia no mata al pueblo, pero tampoco lo salva! Da pena ajena, cuando una persona, después de haber pasado por una universidad, salga con tamaño disparate, contribuyendo a la opinión muy difundida, hasta hace poco, cuando decían, que el gremio médico, es uno de los que menos lee. Ni siquiera el folklórico dirigente de AD, Henry Ramos Allup, tiene ese sentir tan descabellado, y por el contrario ha dejado ver con cierta ligereza estar en contra de la intromisión descarada del mandatario Donald Trump, en los asuntos internos de Venezuela y rechazando la presencia gringa en el mar caribe.
Por algo el médico y catedrático español José de Letamendi dejó la frase ¡El médico que solo sabe de medicina, ni medicina sabe! Esto es una profunda reflexión, porque he visto médicos, que solamente con el título se creen algo sobrenatural en la sociedad, pero la gran mayoría terminan en las filas de AD o COPEY. No es la primera vez, que oigo a galenos lanzar verdaderas patadas cuando se expresan en contra del gobierno, empezando por el presidente vitalicio de la Federación Médica Venezolana, Douglas León Natera, ficha de AD, hasta los tuétanos, quien, en una oportunidad de manera muy alegre para no perder la costumbre y creyendo que se la está comiendo lanzó el adefesio ¡En Venezuela se está produciendo un holocausto en la salud! Ni siquiera se dio una vueltecita por el mataburro: el diccionario para conocer la verdadera definición de esa palabra.
El gremio médico, desde que lo conozco ha sido siempre un apéndice de AD, duela a quien le duela y tengo sobradas razones para pensar de esa manera, porque en mis años de activista político, visitaba todos los días el hospital central "Casal Ramos" de Acarigua-Araure, llevando el periódico y algunas revistas, que llegaban de la desaparecida Unión Soviética y fueron muchos los encontronazos con médicos abiertamente adecos, porque querían prohibirme mi tarea, incluso hubo uno, que llegó amenazante de mandarme preso, ya que, según él, estaba haciendo política, cuando ellos se creían dueños y amos de la institución, por el simple ello de ser fichas totalmente comprometidas con AD, a tal punto, que mi compañera de vida, concursó para el cargo de Psiquiatra del Seguro social y por los años de servicio era la lógica aspirante, pero por estar casada con un comunista la apartaron, dándole el cargo a uno de su entorno.
Me supongo, que la opinión de este médico, sobre el gravísimo problema de salud pública en la franja de Gaza, creado por los genocidas al querer arrebatarle sus tierras a los palestinos es porque no se rinden para entregarse a los designios macabros de Benjamín Netanyahu, con el apoyo descarado de Trump, quien parece existir solamente para amasar dólares y después emplearlos en todos sus caprichos propios de un dictador al mejor estilo de Hitler. Aquí, en Venezuela, no se están defendiendo puestos, lo que se está defendiendo es la sagrada independencia y soberanía dejada por el Libertador Simón Bolívar, a sangre, sudor y dignidad, que nunca la tuvieron los altos dirigentes de AD y COPEY, el cual sentían inmenso placer, cuando se arrodillaban a los enviados por el imperialismo a negociar nuestro petróleo y demás riquezas naturales.
AHORA MÁS QUE NUNCA ¡LEALES SIEMPRE, TRAIDORES NUNCA!